martes, 12 de noviembre de 2013

Mira el mar, siempre el mar, Gerardo Diego; Sirenes, Claude Debussy




Mira el mar, siempre el mar. Es el eterno,

Infatigable, obrero, batihoja,
que va puliendo el agua hoja tras hoja
y legando a la playa su cuaderno.


Rítmicos siempre, pero nunca iguales,
el viento va extendiendo con su pluma
los versos blancos de rizada espuma
que avanzan paralelos y triunfales.


Jamás le ha de fallar ritmo ni rima,
ni imagen justa ni materia prima.
muere un verso en la arena y otro escribe.


Aprende su alfabeto y deletrea
mi poema que en él eterno vive.
Yo para ti lo pienso y él lo crea.









¿Quién inventó la 'www'?

World Wide Web significa "una telaraña tan grande como todo el mundo". Eso es: una tela tejida con sutiles hilos que conectan textos, imágenes, sonidos y todo tipo de documentos 

En 1990 Tim Berners Lee trabajaba en Ginebra, en el CERN. Habitualmente se comunicaba con sus colegas de ése u otros centros de investigación, enviándoles artículos en los que se citaban otros artículos, que contenían gráficos... Para facilitar esa labor diseñó la primera versión del HTML (Hiper Text Markup Language), un lenguaje para marcar textos que permitía incluir enlaces a otros documentos. En 1991, su programa se empezó a distribuir espontáneamente y gratuitamente en el mundo académico. Todos lo encontraron útil y fácil de usar por lo que el número de usuarios creció rápidamente. 

Pronto se hicieron nuevas versiones de HTML y programas comerciales. En 1994 lo usaban ya 50 millones de personas en todo el mundo. Actualmente el WWW es el servicio más utilizado en Internet y se le considera la causa y vehículo principal de la gran expansión de la Internet privada y comercial. 
Actualmente Tim Berners Lee trabaja en el MIT. Es el fundador de 3WC, la corporación que trabaja en el desarrollo y normalización del WWW.

Fuente:
http://www.taringa.net

viernes, 8 de noviembre de 2013

Síndrome del corazón roto





Hoy en día, el corazón roto es una condición médica reconocida: se da cuando una persona vive un choque emocional estresante –la muerte de una pareja, un divorcio o separación– que genera una enorme cantidad de adrenalina, metanefrina y serotonina, esto causa una conmoción real en el corazón, similar a un ataque cardíaco. Los síntomas de la misma son similares a los del síndrome coronario agudo: dolor en el pecho y falta de aliento.

A esta condición se le llama síndrome del corazón roto o cardiopatía de Takotsubo. Suele afectar a las mujeres, especialmente a aquellas que están en la menopausia, aunque lo cierto es que nadie se libra de un corazón roto. Lo bueno de este síndrome es que tiene solución, y aunque pueda parecer doloroso –tanto física como emocionalmente–, los síntomas desaparecen en unas semanas.

Esta puede ser una de las razones por las que duele tanto el desamor: porque realmente hay una parte física en el asunto. Todos sabemos que muchas veces las emociones pueden afectar a la salud física: esto se debe a que el dolor es la forma en que el cerebro responde a los problemas –ya sean físicos o emocionales– para intentar solucionarlos y recuperarse lo antes posible.

Cuando experimentamos el desamor, la depresión causa un barrera para que no podamos sentir y vivir la vida plenamente, con variedad de sensaciones y emociones, así como también con algunos síntomas de dolor físico. El sentir que se pierde una parte de uno mismo cuando se pierde al ser amado puede sonar trágico y exagerado, pero en cierto punto es cierto.

En muchos casos, las personas tienen un sentimiento como si estuvieran perdidos o aislados, y esto se debe por cambios en el cerebro y el flujo de sangre en el mismo. En la corteza cingulada anterior –la responsable de la regulación del dolor físico y emocional– hay más actividad. Por eso, las personas deprimidas, sea por la razón que sea, suelen sentir más dolor físico también, corriendo mayores riesgos de desarrollar enfermedades cardiovasculares.

El amor tiene diferentes etapas y algo similar ocurre con el desamor, que tiene diversas fases por las cuales el cerebro va regulando la depresión y los otros sentimientos que van de la mano, por lo que tal vez la única esperanza en ese momento es dejar pasar el tiempo y permitir que el cuerpo regule naturalmente nuestros sentimientos.



Fuente:
http://www.ojocientifico.com


jueves, 7 de noviembre de 2013

Los hilos del corazón (fragmento), Carole Martinez



En el encaje, la belleza proviene de esos espacios delimitados por los hilos. 
Revelar, ocultar. Aligerar el mundo. ¡Lo suntuoso es ver a través de él! 
La transparencia… La finura de la tela difumina y enmarca un fragmento de universo, y al hacerlo lo revela… 
El encaje expuso la belleza de lo mucho que le faltaba todavía por comprender y dominar: el color, la blancura, los tejidos, la transparencia…


Herida, Lantana






Acariciando el viento a dónde va
El sueño de esta noche busca dueño
¿A dónde van los que no están?
¿De dónde son los que vendrán?

Si pienso en ti un instante
¿A dónde irá la fibra de la que está hecha la vida?
La puerta por donde escapar
La línea entre el bien y el mal

Herida de amor
y yo sin ti
Haciendo que no duele tu ausencia
Haciendo que te tengo cerca

Buscando una salida
¿A dónde iré?
Querer o no quererte no me hace falta
Me vestiré de ayer
Desnudaré el amanecer

No volveré a escuchar tu voz
Olvidaré que fuimos dos
Repetiré que no te amo

Conquistaré otro corazón
Al mío pediré perdón
Repetiré que no te amo

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Una frase...




Para enamorarte de mi, David Bisbal

Te has vuelto una razón para decir
que doy mi vida a cambio de tu amor
fue un beso infinito,
un segundo contigo
estoy perdiendo
en ti mi corazón
te has vuelto
una razón para sentir
que callas
el vació en mi interior
hoy tengo en mis manos
el alma rogando
que sientas
lo que estoy sintiendo yo
escúchame,que el amor es como es
llega en silencio y descalzo
entiéndeme,yo no descansare
hasta tenerte a mi lado
para enamorarte de mi,
yo seré quien tome en sus manos
la luna y te la entregare
para enamorarte de mi,
yo seré tu cómplice
en cualquier locura y acompañare
seré tu soldado,en tu cuerpo tu esclavo
guardián del sabor de tu piel
por siempre,
mi amor,he jurado
que así te amare
te has vuelto
una razón para pensar
que el cielo me ha devuelto algún favor
tus ojos me llenan,el tiempo se frena
buscando enamorarte como yo
escúchame,que el amor es como es
llega en silencio y descalzo
entiéndeme,yo no descansare
hasta tenerte a mi lado
para enamorarte de mi,
yo seré quien tome en sus manos
la luna y te la entregare
para enamorarte de mi,
yo seré tu cómplice en cualquier locura
y te acompañaré
seré tu soldado,en tu cuerpo tu esclavo
guardián del sabor de tu piel
por siempre
mi amor,he jurado
que así te amare
para enamorarte de mi,
yo seré quien tome en sus manos
la luna y te la entregaré
para enamorarte de mi,
yo seré tu cómplice en cualquier locura
y te acompañare
seré tu soldado,en tu cuerpo tu esclavo
guardián del sabor de tu piel
por siempre,
mi amor, he jurado
que así te amaré



Canción de los remos, José Ángel Buesa




I

Quizás olvidaremos, pues siempre hay que olvidar;
pero escucha los remos, cantando sobre el mar...

Bajo este cielo claro tu alma llega a la mía,
como la luz de un faro desde la lejanía.

Así como la espuma pasará este momento;
nuestra ilusión se esfuma, como la espuma al viento;

Pero en el alma sola, sin un gran amor la llena,
hay algo de la ola y hay algo de la arena.


II

Náufrago de su espanto, piloto de su hastío,
el mar canta en su canto que ya tu amor es mío.

Yo soy la vela rota que da al aire su duelo,
y tú eres la gaviota que va a estrenar su vuelo.

Pero aún quedan futuros que yo desconocía
en tus ojos oscuros donde nunca es de día.

Aún hay algo postrero mas allá del olvido,
y en tu amor recupero todo lo que he perdido.


III

Ni digo que te quedes ni quiero que te vayas,
pues soy como las redes tendidas en las playas.

arroyo de ternuras hazme tuyo en lo mío,
llenando de agua pura mi cántaro vacío.

Ya mi voz tiene un eco; ya mi voz no se pierde...
Por eso el tronco seco retoña la hoja verde.

Y así mi vida espera la gracia de un retoño,
como la primavera que ilumina un otoño.

Por eso aunque olvidemos que siempre hay que olvidar,
¡ oye cantar los remos sobre el dolor del mar!



Curiosidad. origen de la palabra "tabú"



La palabra "tabú" es de origen polinesio. En la lengua del archipiélago de Tonga se conoce la palabra "tabú", compuesta de las raíces "ta", que significa "tocar", y "pu", que significa "no". Con ella se designa lo sagrado y prohibido.


En las agrupaciones primitivas los comportamientos causativos de una reacción tribal eran aquellos que ofendían el tabú mágico, esto es, las prohibiciones vigentes en la tribu oriundas de supersticiones, hechicerías y costumbres ancestrales, en las que los magos o sacerdotes -siempre al servicio de los poderosos- eran sus veladores.

No hay en estas agrupaciones humanas primitivas un concepto destacado de lo que hoy estimamos como delito, pues las violaciones de los tabúes mágicos tenían más bien la naturaleza de lo que las religiones positivas han considerado pecado. 


Las sanciones que seguían a la violación del tabú tenían también carácter religioso, ya que consistían en la privación de los poderes protectores de los dioses de la comunidad.

El comportamiento punible era oriundo de hábitos y supersticiones, usanzas y ritos; estaba considerado como una ruptura de la paz interna o externa del clan; e imperaba en su concepción un acusado de carácter religioso sacerdotal de colectiva defensa física, objetiva y ciega de los principios ancestrales en que se fundaba la propia existencia de cada tribu o colectividad.

El hombre primitivo pensaba que si cometía ciertos actos debía sufrir, inevitablemente, ciertas consecuencias. Las aceptaba sin exigir que la relación de causa a efecto tuviera un contenido lógico, ni tampoco una base ética y moral. La tradición y la costumbre le habían enseñado que si hacía esto o aquello (ya que los tabúes tenían vigencia en relación a acciones, no omisiones), sufriría tales y cuales castigos. No porque los mismos fueran inevitables, porque hubiera infringido un precepto legal, o porque hubiese causado daño sino, simplemente, porque había violado un tabú, vale decir, una prohibición atávica.

En la mayoría de las sociedades primitivas los tabúes estaban representados por una serie de reglas negativas, cada una de las cuales preveía, y sancionaba, una forma de conducta prohibida, cuya concreción debía determinar, inevitablemente, un daño al culpable o, en algunos casos, a todo el grupo al que pertenecía.

Sirvieron para acostumbrar al hombre a la obediencia, y prepararon su ánimo para que en estadios posteriores de la civilización aceptara los castigos derivados de la violación de las leyes humanas.

Ayudaron a mantener el imperio de las normas de moralidad corrientes dentro de cada grupo social, las que podían aplicarse no sólo a una relación arbitraria del hombre con la divinidad, sino también a la conducta cotidiana y corriente.

El peso de los tabúes se hizo sentir en forma efectiva en los pueblos primitivos, extinguidos o actuales, porque el grado de conocimiento de sus miembros no les permitía entender la naturaleza. Los pueblos que forman el "mundo civilizado actual" hicieron una selección inteligente dentro del dominio de los tabúes. En consecuencia permitieron que subsistieran únicamente aquellos que, de acuerdo con la experiencia, mostraban tener una utilidad social.

Los mismos sobreviven bajo el aspecto de reglas de etiqueta o preceptos morales, o adoptaron la forma más solemne de leyes civiles o penales.

El pasaje del tabú mágico al concepto de la prohibición o sanción motivada y razonable siguió un camino paralelo y equivalente al recorrido por el progreso de la mente humana. Así, el temor a lo sobrenatural fue reemplazado por el temor concreto a las sanciones de las leyes humanas.


Fuente:
http://www.culturizando.com

lunes, 4 de noviembre de 2013

Canción de amor, Rainer María Rilke




¿Cómo sujetar mi alma para
que no roce la tuya?
¿Cómo debo elevarla
hasta las otras cosas, sobre ti?
Quisiera cobijarla bajo cualquier objeto perdido,
en un rincón extraño y mudo
donde tu estremecimiento no pudiese esparcirse. 

Pero todo aquello que tocamos, tú y yo,
nos une, como un golpe de arco,
que una sola voz arranca de dos cuerdas.
¿En qué instrumento nos tensaron?
¿Y qué mano nos pulsa formando ese sonido?
¡Oh, dulce canto!


Algunas curiosas profecías literarias...



La historia de la literatura tiene un apartado curioso que puede estar más asociado con el mundo de las profecías. Se trata de las serendipias literarias. La serendipia es un término que se refiere a los descubrimientos casuales que realizan los científicos a partir de accidentes o acciones inesperadas. En la literatura este término está asociado más con el relato de una historia de ficción que tiempo después se concretiza en la realidad.


Edgar Allan Poe: Las aventuras de Arthur Gordon Pym

En el año 1850, Edgar Allan Poe escribe “Las aventuras de Arthur Gordon Pym”. La historia cuenta el naufragio de un barco en los mares del Atlántico sur, cerca de las Islas Malvinas, del que sólo sobreviven cuatro personas que quedan a la deriva en una balsa. Desesperados por el cansancio y el hambre deciden matar a uno de ellos para poder subsistir, por lo que echan el destino a la suerte y realizan un sorteo, siendo elegido el cocinero de la embarcación. Un tal Richard Parker.

Algunos años después, en 1884, una goleta de origen británico naufraga cerca de las islas atlánticas. Sobreviven cuatro personas que quedan a bordo de una balsa. Desesperados, deciden matar a uno de ellos para comérselo. La suerte indica que el asesinado será el cocinero. Un tal Richard Parker.


Jonathan Swift: Los viajes de Gulliver

Singular es el caso del escritor Jonathan Swift que en su famoso libro del año 1726, “Los viajes de Gulliver”, habla de las dos lunas en el planeta Marte. Les da el nombre de “Miedo” y “Terror” y describe su órbita y su distancia del planeta.

En ese tiempo no se sabía de la existencia de luna alguna en Marte. Pero hay dos. Y fueron descubiertas recién en el año 1877. Las lunas tenían un diámetro muy parecido al expresado por Swift, y además su órbita era prácticamente igual. Las lunas fueron bautizadas como Fobos y Deimos, términos griegos que significan miedo y terror.


Lester del Rey: Viaje a la luna

El escritor norteamericano Lester del Rey, por otra parte, publicó en el año 1954 su novela “Viaje a la Luna”. En ella cuenta como la nave Apolón, tras dar unos pequeños brincos se posa finalmente en el suelo lunar. Y cómo cuando se abre la escotilla desciende de la nave el comandante Armstrong para pisar por primera vez el suelo de ese mundo desconocido. Quince años mas tarde la realidad imitaba a la ficción, cuando Neil Armstrong llegaba a la Luna a bordo del Apolo 11.


Morgan Robertson: Futility

Por último, en el año 1898, Morgan Robertson, publicó una obra que se llamó “Futility” y que describía el hundimiento de un gran barco en su viaje inaugural de Londres a Nueva York. Los relatos coinciden con el naufragio del Titanic, sucedido 14 años después de editado el libro. En principio este también se hundió en su viaje inaugural hacia Nueva York. El hecho se produjo por el choque contra un iceberg en los mares del Atlántico norte, tal como sucedía en el libro. También era un barco de proporciones considerables, que se consideraba imposible de hundir. El capitán del barco de novela se apedillaba Smith, tal como el capitán del Titanic. Aunque seguramente la mayor coincidencia esta en el nombre que Robertson le dio a su barco. Se llamaba “Titán”.


Fuente:
http://www.culturizando.com



domingo, 3 de noviembre de 2013

Pausa, Mario Benedetti




De vez en cuando hay que hacer
una pausa
contemplarse a sí mismo
sin la fruición cotidiana
examinar el pasado
rubro por rubro
etapa por etapa
baldosa por baldosa

Pero me acuerdo de ti, Cristina Aguilera



Ahora que ya mi vida se encuentra normal, ooh, ooh 
Que tengo en casa quien sueña con verme llegar, ooh, oh
Ahora puedo decir que me encuentro de pie
Ahora que me va muy bien

Ahora que con el tiempo logre superar,
Aquel amor que por poco me llega a matar, no
Ahora ya no hay mas dolor
Ahora el fin vuelvo a ser yo


Pero me acuerdo de ti
Y otra vez pierdo la calma
Pero me acuerdo de ti
Y se me desgarra el alma
Pero me acuerdo de ti
Y se borra mi sonrisa
Pero me acuerdo de ti
Y mi mundo se hace trizas

Ooh, oh, hey
Ahora que me futuro comienza a brillar, hmm-mm
Ahora que me han devuelto la seguridad, oh, whoa
Ahora ya no hay mas dolor
Ahora al fin vuelvo a ser yo



Oh, oh, whoa
Pero me acuerdo de ti
Oh no, no
Y se me desgarra el almo
Pero me acuerdo de ti
Mi sonrisa
Pero me acuerdo de ti
Mi mundo trizas
Pero me acuerdo de ti
Ooh
Pero me acuerdo de ti
Oh pero me, pero me, pero me, pero me
Pero me acuerdo de ti
Pero me acuerdo de ti
Oh, whoa
Pero me acuerdo de ti...

La elegancia del erizo, Muriel Barbery




No hay nada más difícil e injusto que la realidad humana:
Los hombres viven en un mundo donde lo que tiene poder son las palabras y no los actos, donde la competencia esencial es el dominio del lenguaje. Eso es terrible porque, en el fondo, somos primates programados para comer, dormir, reproducirnos, conquistar y asegurar nuestro territorio, y aquellos más hábiles para todas esas tareas, aquellos entre nosotros que son más animales, ésos siempre se dejan engañar por los otros,  los que tienen labia pero serían incapaces de defender su huerto, de traer un conejo para la cena y de procrear como es debido. 

Es un terrible agravio a nuestra naturaleza animal, una suerte de perversión, de contradicción profunda. Para muchos la manifestación de algo divino, algo que en nosotros escapa al frío determinismo al que están sometidas todas las cosas físicas.


1 de noviembre, Jp Torga




Aquí estoy... sentado ante vosotros un día más... 
Si... reconozco que me gusta venir y hacerlo. Estar aquí, a vuestro lado, me da tranquilidad y sosiego. Recobro una calma, que todos perdemos ante las variadas situaciones que nos muestra la vida. 


A la vez, a vuestro lado... siempre vivo un torrente de buenas sensaciones. Sensaciones que se transforman en emociones dentro de mi pecho... emociones que me colman de sentimientos y trasladan a la mente recuerdos de un pasado cercano.

Recuerdos... 
Hoy... esos recuerdos me trasladan una vez más a revivir el niño que fui... y me veo acurrucado en tu regazo papá, viajando en aquel vespino azul... ¿te acuerdas?
¡Cómo me gustaba esperarte cada tarde, apenas cincuenta metros de casa! ¡¡qué sonrisa me dibujabas y que cosquilleo en el pecho al verte llegar!! Aquel viaje era mi ilusión de cada día, y... recuerdo tu risa y tus bromas cuando llegábamos a casa... para después... después abrir la tartera de tu comida y merendar un poco de conejo que siempre dejabas para mí. 


Desde mi admiración de niño... te veía trabajar y... ¡me parecías tan fuerte! A tu lado me sentía protegido, papá. Sabía que nada malo podía ocurrirme...
Y... siempre contabas con el apoyo de mamá... ¿recuerdas mamá? siempre nos decías "si haces esto... o lo otro, a papá le gustará mucho y así el no tendrá tanto que hacer, llega siempre tan cansado del trabajo..."


Mamá... ¿y... cuando me contabas el miedo que habías pasada de niña, al vivir la angustia de una cruel guerra civil? ¡¡Cómo me gustaba escuchar esas historias!! Las contabas de tal manera, con tantos detalles... que podía sentir que estaba allí mientras sobrevolaban los aviones con su ruido infernal, o cuando llegaban los soldados y tenias miedo... al escucharte, me hacías sentir todo lo que tu habías vivido... inseguridad, temor y hambre.


En mi niñez fuisteis un buen espejo donde reflejarme... ¡¡me enseñasteis tantas cosas!! A ese espejo me asomo ahora, cada día, buscando unas palabras que a veces no llegan...


Más tarde, en la adolescencia, cometí el error de pensar que sabía más que vosotros... ¡Qué ingenuo! ¿saber más que vosotros? ¿Con todo lo que habéis vivido? Con toda vuestra experiencia... ¿Sabéis? Ahora yo también he vivido eso, apreciar como ciertos jóvenes creen que saben más que la experiencia...


Después... en mi primera juventud, busqué vuestra opinión o consejo. Para mí era importante esa consulta. Muchas veces no necesité cometer errores, solo con hacer caso de vuestra sentir ya fue suficiente.


En mi segunda juventud fue cuando pude descubriros con más fuerza. Vuestras vivencias se sumaban a las mías. Fui valorando aun mas vuestro esfuerzo. Ese brío con el que desempeñasteis vuestro trabajo por sacar una numerosa familia adelante en tiempos tan difíciles...Y es que... hoy hablamos de crisis, pero vosotros supisteis hacer de la necesidad y del esfuerzo un estilo de vida, un proyecto donde día a día administrabais recursos más que escasos.


Hoy... cuantas veces me sorprendo hablando a mis hijos a través de vuestras palabras. Cuantas veces opino del tiempo que va hacer mañana, a través de lo que indicaba la naturaleza y tú me mostrabas, papá y... ¡qué pocas veces fallabas!


¡Cuántas veces reproduzco tus refranes y dichos, mamá! Cuantas veces en mi conversación te menciono con orgullo. Con el paso del tiempo, con la ausencia... ¡se valoran tantas cosas!


Aquí sentado, frente a vosotros, solo puedo leer vuestros nombres escritos sobre mármol... pero al leerlos, os veo sonriendo y llenos de ánimo... ánimo que siempre supisteis trasmitirme. 
Ahora, al irme, cumpliré el ritual de besaros. Lo haré con velada emoción en mis ojos, después de deciros, una vez más, lo que os echo de menos. 


Hoy... como cada vez que estoy aquí ante vosotros, besaré mis dedos y con ellos acariciaré vuestro nombre. A través de ese gesto podré sentiros una vez mas ... y con el corazón encogido por la ausencia, me iré con vuestra presencia a mi lado...



Jptorga________




Sobre fantasmas y su naturaleza...



Hace más de 20 años, el físico Donald A. Wright publicó en "The Worm Runner's Digest" un artículo muy interesante acerca de los fantasmas y su naturaleza. Wright hace un minucioso análisis de las propiedades físicas que debería tener un fantasma, partiendo de la base de sus habilidades y limitaciones (como su capacidad para atravesar paredes, la tendencia a permanecer confinados en castillos oscuros o sitios fríos).

Apoyándose en los principios físicos de la mecánica cuántica y calculando el peso y la densidad necesarios para cumplir con las características típicas de un fantasma, llegó a sorprendentes conclusiones:

• Son tan livianos, que la única manera de observarlos es con muy poca iluminación, ya que todo objeto iluminado recibe una presión por parte de la luz. Esa presión de la luz arrojaría al fantasma inmediatamente fuera de nuestra vista, lo cual coincide con los testimonios y explica por qué les gusta tanto la oscuridad.

• La masa de un fantasma debe ser minúscula, muchísimo menor que la de un solo electrón (un billonésimo de billonésimo de millonésimo de gramo). Se necesita una cantidad de energía ínfima para acelerarlo a velocidades cercanas a la de la luz. Una palabra cerca de él alcanzaría para enviarlo fuera del sistema solar en pocas horas.

• Bastaría una temperatura cercana a los 20 grados centígrados para que el fantasma alcance velocidades hasta del 70% de la de la luz. De hecho, muy pocos fantasmas podrían ser vistos a temperaturas superiores a los 273 bajo cero.



Según estas premisas,cualquiera de nosotros se puede preguntar: ¿se puede ir a la caza de los fantasmas?

Para llevar a cabo una investigación acerca de apariciones fantasmales se requiere paciencia, inventiva y habilidad. ¿Cómo puede un buen cazador de fantasmas poner a prueba la autenticidad de una aparición?

"El miedo descendió sobre mi, y el temblor hacía que chocaran mis huesos. Entonces un espíritu pasó ante mi rostro: se me pusieron los pelos de punta. Estaba inmóvil, pero no pude discernir su forma." Así describe el libro de Job (4, 14-16) la reacción ante un fantasma.
Dos formas fantasmales (a la izqda de la foto) aparecen detrás de un turista,
en la basílica de Domrémy, Francia, en 1925.

La palabra "fantasma" deriva de un verbo griego que significa "aparecer" o "mostrarse". Por tanto, el fantasma es un fenómeno básicamente sensorial, y suele provocar reacciones muy traumáticas. Afortunadamente, algunas personas, en vez de atemorizarse, están dispuestas incluso a consagrar su vida a la búsqueda activa de fantasmas.

Una investigación minuciosa debe empezar por buscar las causas naturales que pueden haber dado lugar al incidente estudiado. Los ruidos fantasmales a menudo son provocados por elementos totalmente cotidianos, como pueden ser el viento, las tuberías del agua, la vibración de ventanas o de adornos por efecto del tráfico callejero, ruidos de animales, etc. en cierta ocasión se dio un caso en la casa de una familia en la que los fantasmas eran nada menos que ratas empujando manzanas almacenadas en la cavidad de una pared del desván. Otro caso famoso es el del "fantasma de la calle Villarroel", que a finales de la década de los 70 trastornó la opinión ciudadana en España: el presunto "fantasma" resultó ser un hombre sin empleo ni hogar que solía refugiarse en una casa en construcción una vez se habían marchado los operarios. Los ruidos que causaba empezaron por inquietar al sereno de la obra y a los vecinos... ¡pero la "vox populi" acabó asegurando que se trataba del alma en pena de un cadáver que había sido hallado al excavar los fundamentos de la nueva casa!

Ante este tipo de hechos, el investigador debe mostrarse escéptico acerca de las explicaciones paranormales que le parezcan sospechosas. Sin embargo, debe tener también en cuenta todo lo que hasta ahora se sabe de los fantasmas: su existencia ha sido aceptada con naturalidad en casi todas las culturas, a lo largo de la historia. Sólo en Occidente, el desarrollo del punto de vista científico en los últimos siglos ha hecho que su existencia y su naturaleza fueran cuestionadas. Sin embargo, a lo largo de la historia los intentos serios de descubrir qué son y de estudiar su conducta han sido muy escasos. Y muchas personas todavía reaccionan ante la idea de los fantasmas con una mezcla irracional de temor, ridículo y risa. Estamos demasiado acostumbrados a rechazar lo que no entendemos.

Los fantasmas son rechazados hasta por quienes los han visto. "¡Lo vi, pero no me lo creo!" es una reacción bastante frecuente, ya que la mente humana rechaza instintivamente las informaciones que no puede asimilar e interpretar. Es evidente que harán falta más y mejores pruebas antes de que los fantasmas hallen su lugar en los libros de física y biología.

Para empezar, ¿es un fantasma? Algunos diccionarios lo definen como "figura de una persona muerta que se aparece a los vivos". Esta explicación de la naturaleza de los fantasmas no es suficiente, ya que, como hemos visto, no es rara la aparición fantasmal de personas todavía vivas. La palabra "fantasma" ha adquirido también otros sentidos, como por ejemplo el de "persona entonada o presuntuosa", o de "imagen de un objeto impreso en la fantasía". Frederick W. H. Myers, uno de los primeros investigadores psíquicos, se refería a la noción de "vestigio" que posee el concepto de fantasma, cuando los caracterizó como "una manifestación de energía personal persistente", conclusión a la que llegó después de estudiar una gran cantidad de datos.

Existen numerosas pruebas de que ver y oír una presencia fantasmal es una experiencia muy común. En 1889, la Society for Psychical Research, de la que Myers fue socio fundador, se embarcó en una investigación de experiencias de apariciones, basada en la siguiente pregunta: ¿Alguna vez, creyendo estar totalmente despierto, tuvo usted la clara impresión de ver o ser tocado por un ser viviente o un objeto inanimado, y esa impresión, por lo que usted sabe, no se debió a cualquier causa física externa?

Fotografía de la Dama de Marrón de Rayham Hall, Inglaterra.
Casi el 10 % de las respuestas de las 17.000 personas encuestadas fueron afirmativas. Otras encuestas en varios países confirmaron este porcentaje. Por otra parte, el investigador G. N. M. Tyrrell, en su libro Apparitions (Apariciones), publicado en 1943, identificaba cuatro grupos principales en base a la conducta de los fantasmas, mucho mejor conocida -por cierto- que su propia naturaleza.

El primero de los grupos de Tyrrell está formado por las apariciones que frecuentan habitualmente un lugar determinado. En conjunto no provocan miedo, son inofensivos y a veces llegan a ser tratados como un miembro más de la familia. Además, existen numerosas pruebas fotográficas que respaldan su existencia. 

Ya se ha dicho que existen muchas fotografías de fantasmas tomadas en iglesias: de monjes, de clérigos, de personas arrodilladas... Dos sacerdotes fantasmales aparecieron, junto con la turista lady Palmer, en una foto que tomó en 1925 su amiga la señorita Townsend cuando estaban visitando la basílica de santa Juana de Arco en Domrémy (Francia). Pero el premio a la calidad técnica en una fotografía de un fantasma habría que concedérselo al reverendo K. F. Lord, de Newby (Yorkshire); registró la presencia de un espectro muy nítido -aunque un poco teatral- que se hallaba de pie ante el altar con las cuencas de los ojos vacías.

La segunda categoría de fantasmas, según la clasificación de Tyrrell, es la de las apariciones post-mortem. Suelen tener lugar poco tiempo después de la muerte de la persona vista, y no acostumbran a estar relacionadas con un lugar o un acontecimiento concreto.

En tercer lugar están los casos "críticos": la aparición de alguien que está viviendo una experiencia importante (a menudo desconocida por el testigo de la aparición), como un accidente, una enfermedad o, por supuesto, la muerte.

La última de las categorías de Tyrrell es la aparición menos conocida y quizás la más sorprendente de todas: la aparición inducida experimentalmente. En estos casos, el fantasma no es el de una persona muerta o moribunda, sino el de alguien que está con vida, y que intenta deliberadamente hacer que su imagen se haga visible a otra persona. Tyrrell se preguntó por qué un experimento tan fácilmente repetible había sido ignorado por los investigadores, sobre todo teniendo en cuenta que las experiencias de viajes astrales si han sido objeto de estudio.

Los fantasmas cuya existencia ha sido comprobada de forma más fehaciente, y que son considerados genuinos por los investigadores serios, presentan generalmente una serie de rasgos comunes. Obedecen a las leyes de la perspectiva, según el punto del espacio desde el que se los contempla; parecen sólidos; se reflejan en los espejos y producen ruidos sincronizados con sus movimientos (pasos, etc.). Generalmente dan la impresión de ser tan reales como las personas vivientes, aunque sólo durante un período limitado. Su presencia también puede provocar en los observadores una súbita sensación de frío.

Esa sensación constituye también un rasgo típico de los casos de actividad poltergeist, aunque los poltergeists son muy distintos de los fantasmas convencionales: hacen que se muevan los objetos, pero no son visibles. Se ha informado de apariciones asociadas con actividad poltergeist, pero nadie ha visto todavía a un fantasma arrojando un objeto.

Por otra parte, los fantasmas suelen ser vistos por más de una persona al mismo tiempo, aunque no necesariamente por todos los presentes. Esto suele ser suficiente para descartar la posibilidad de engaño o error, pero la verdadera naturaleza de la aparición sigue siendo un misterio. No tiene por qué ser necesariamente un espíritu desencarnado; podría ser un fenómeno "intersubjetivo", creación conjunta de las mentes de quienes lo ven.

Una aparición suele proporcionar pruebas claras de su naturaleza no física. Puede atravesar paredes; a veces aparece y desaparece por puertas también fantasmales que se abren y se cierran mientras las puertas "reales" permanecen cerradas; puede ser transparente y desvanecerse.
Avión Tri-Star de la Eastern Airlines, que se estrelló el 29 de diciembre de 1972.
Luego del accidente fueron vistos los fantasmas del piloto y copiloto.

Sin embargo, parece claro que esos inasibles espectros pueden ser registrados por una película fotográfica. Existen, como hemos visto, muchas fotografías de fantasmas, aunque pocas son convincentes. El fraude es cosa tan corriente en el campo de la fotografía psíquica, que se ha prestado poca atención a los pocos ejemplos que podrían ser auténticos. 

Un caso muy impresionante es el que ocurrió en 1936 en Raynham Hall (Norfolk, Inglaterra), en casa del marqués de Townshend. Un fotógrafo profesional y su ayudante estaban tomando fotografías de la casa. Mientras fotografiaban la escalera, el asistente dijo haber visto una figura fantasmal que bajaba por ésta. Y la foto tomada en ese momento, auténtica y no manipulada en opinión de los expertos que la examinaron, muestra, de hecho, una figura borrosa. Se supone que desde hace tiempo una "dama de marrón" frecuenta aquella casa. Fue vista simultáneamente por dos testigos en 1835. Más tarde, otro testigo le disparó con una escopeta. Pese a esta mala acogida, fue vista de nuevo en 1926 por lord Townshend y dos testigos más.

Pero tanto si se basa en fotografías como en testimonios hablados y escritos, no siempre resulta fácil, para los "cazadores de fantasmas", llevar a cabo su tarea. En un mundo ideal, se dispondría de fondos, personal y equipo suficientes para realizar una investigación tan rigurosa como la que hace la policía ante un asesinato. Pero esos fondos no existen, y esta tarea suele quedar en manos de investigadores independientes, muchos de los cuales se ganan la vida escribiendo acerca de sus experiencias.

A pesar de todo, éstos hacen a menudo una labor muy meritoria investigando los acontecimientos tan pronto como ocurren. En los años 70, concretamente, dos casos fueron investigados de forma muy minuciosa y fiable. Uno de ellos consistía en una serie de apariciones a bordo de varios aviones Jumbo de una línea aérea norteamericana.


Espectros Del Aire.

Un Tri-Star de la Eastern Airlines (vuelo 401) se estrelló en un pantano de Florida en diciembre de 1972; murieron 101 personas. Los fantasmas del piloto, Bob Loft, y de su ingeniero de vuelo, Don Repo, fueron vistos en más de veinte ocasiones por miembros de tripulaciones de otros Tri-Stars de la misma compañía, especialmente en aviones que llevaban piezas de recambio recuperadas del avión que había sufrido el accidente. 







Bol Loft y Don Repo, piloto y copiloto, fueron vistos en varios aviones Tri-Star, todos ellos contenían piezas de repuesto del avión estrellado.



Las apariciones eran descritas, invariablemente, como total mente naturales. Informaron de ellas tanto hombres y mujeres que habían conocido a Loft y Repo, como otros que les reconocieron después en fotografías. El hecho llegó a ser bien conocido en el mundillo de la aviación, y hasta apareció un relato de los hechos en el boletín de la US Flight Safety Foundation en 1974.

El escritor John G. Fuller realizó una investigación exhaustiva del caso, con la ayuda de varios empleados de las líneas aéreas, quienes le proporcionaron gran cantidad de testimonios convincentes. 

Algunos afirmaron que los libros de vuelo que mencionaban las apariciones habían sido retirados, y que algunos de los testigos habían sido amenazados con una visita del psiquiatra de la compañía. Además, se realizó una sesión espiritista en presencia de la viuda de Repo, tras la cual ésta quedó convencida de que su marido seguía "existiendo". Este caso hubiera podido ser casi perfecto, si la compañía aérea hubiese cooperado, pero -comprensiblemente, desde luego-, no lo hizo.

Ojalá los futuros fantasmas sean tan visibles e informativos como Loft y Repo, y los futuros investigadores sean tan decididos como los que actuaron en este caso. Los espectros, sin duda, continuarán ofreciendo entretenimiento a los periódicos y a las pantallas, y los cazadores de fantasmas seguirán siendo considerados por algunos como unos maniáticos más o menos inofensivos. Sin embargo, el tema es serio, y posee un tremendo significado potencial: cuanto más sepamos de los fantasmas, mayor será nuestro conocimiento de la mente humana y de la materia.


Fuente:
http://www.mundoparanormal.com
http://www.culturizando.com






martes, 29 de octubre de 2013

El mundo de nuestra fantasía



Válvula de escape, de liberación. La mente imagina situaciones y lugares en el terreno afectivo, sexual y laboral. ¿Debemos sentirnos culpables por ciertos pensamientos?

Estaba lloviendo espesamente, pero para Esther aquella terraza salpicada donde se encontraba no perdía un ápice de su encanto. Y es que París es muy romántico. Mientras miraba, sin ver, esa cortina de agua, tuvo la absoluta certeza de que Juan cogería un avión y se presentaría. Quizá con un ramo de rosas rojas. Veía la escena a todo color en su mente. Al otro lado de los Pirineos, en Barcelona, Juan estaba en una maldita reunión y ni pensaba en Esther, de hecho ni siquiera recordaba su nombre (el nombre de esa chica nueva que había empezado a trabajar hacía solo un mes en su despacho).


"Nos podemos sentir infieles mentalmente. Pero las fantasías se encuentran en un mundo muy aparte, en otra dimensión"

"Las personas más indecisas, las que postergan las decisiones y las actuaciones, son las que fantasean en mayor medida"

El cerebro de Esther se las apañó durante un rato para hacer factible esta historia. Sus neuronas practicaron mil piruetas para que se creyera sin dificultad que un hombre a quien casi no conocía estaba locamente enamorado de ella, había conseguido averiguar dónde se encontraba y lo había dejado todo para ir a su búsqueda. Esta ficción duró solo unos minutos porque, después de un largo suspiro, Esther, que goza de una buena salud mental, volvió a lo que ella sabe que es la realidad.

Las fantasías son un producto natural de nuestra mente. Cuando nuestro cerebro no está ocupado en una actividad que requiere nuestra atención, empieza a divagar. De hecho, Malia F. Mason y su equipo de la Facultad de Medicina de Harvard han descubierto las regiones cerebrales del córtex dedicadas a ese pensamiento errabundo. Existe una red cortical que se conecta o desconecta dependiendo de si estamos fantaseando o atentos a una tarea determinada.

Amor, sexo, venganza...

"El beso es el contacto de

dos epidermis y la fusión

de dos fantasías"

(Louis Charles Alfred de Musset)

Las fantasías se definen como un guion imaginario en el que se halla presente la persona que las genera. Las temáticas pueden ser de lo más variadas, igual que las películas cinematográficas. Cuando estamos enamorados, sobre todo las mujeres, las románticas inundan nuestro cerebro.

Las fantasías más estudiadas son las sexuales. Un alto porcentaje tanto de hombres como de mujeres al masturbarse o practicar el sexo en compañía suelen utilizar las fantasías para aumentar su excitación. Esas creaciones pueden representar escenas habituales o constituir una alarde de imaginación extravagante. En algunos casos, tanto ellas como ellos pueden sencillamente recordar escenas pasadas con su pareja. Aunque el objeto de sus fantasías también pueden ser otros hombres o mujeres. Y por ello pueden traer consigo la culpa. Nos podemos sentir infieles mentalmente. Hemos de saber que las fantasías se encuentran en un mundo muy aparte, en otra dimensión. Que los protagonistas de nuestras fantasías no sean nuestra pareja no significa que forzosamente queramos acostarnos con otro, ni que esa fantasía traspase al mundo real. También se puede dar el caso de mujeres que imaginen sexo lésbico o de hombres que mentalmente disfruten de compañeros varones. Eso tampoco tiene que poner en duda obligatoriamente nuestra tendencia sexual.

Existen diferencias entre las películas mentales masculinas y las femeninas. En la mente de los hombres podemos encontrar más argumentos donde ellos sean agresivos o dominantes, mientras en las mujeres una fantasía bastante habitual es la de ser raptada y forzada. Existen diferentes estudios al respecto. Jenny Birona y Joseph Critelly, en una investigación llevada a cabo con 355 estudiantes femeninas, comprobaron que un 62% tenía este tipo de fantasías una media de cuatro veces al año.

Las fantasías son como una válvula de escape, una grieta en las gruesas paredes de la lógica que nos permite expandirnos. Y muchas veces nos liberamos, bien liberados. ¿Cuántos jefes deben estar siendo asesinados en este momento en la cabeza de millones de trabajadores? Y es que cuando sentimos ira o frustración, cuando nos sentimos tratados injustamente, es muy difícil frenar este tipo de fantasías. Incluso con gente que queremos. Después de una tremenda discusión con nuestra pareja, a nuestras neuronas les puede dar por inventarse una historia donde muere y nosotros nos quedamos dichosamente anchos. El problema viene después, cuando la culpa empieza a invadirnos. Todos aceptamos sin problema que no podemos controlar lo que soñamos bajo las sábanas, pues no dejar escapar de la cabeza nuestras ensoñaciones diurnas también suele resultar imposible.

Luces y sombras

"La imaginación sirve para

viajar y cuesta menos"

(George William Curtis)

Las fantasías nos permiten evadirnos de la realidad, realizar nuestros deseos, ser creativos... La existencia sin ellas sería realmente aburrida, insoportable. Sin embargo, también tienen sus sombras.

Existen imaginaciones catastrofistas. Nuestro hijo no llega a casa a la hora prevista y todo nuestro mecanismo mental se pone rápidamente en marcha fabricando un argumento en el que no falta un accidente y, en el peor de los casos, la muerte. Podemos sufrir a chorro cuando estas imágenes cruzan nuestra mente. Y el peligro es que la repetición puede convertir las fantasías en verdades para nosotros. Podemos llegar a creérnoslas. Si empezamos a confundir, la patología mental nos abrirá sus puertas.

¿Quién no ha fantaseado que le tocará la lotería? Lo imaginamos a conciencia. En qué nos gastaremos el dinero, con quién lo repartiremos, cómo lo celebraremos, cómo invertiremos... ¡Es tan divertido imaginarlo por un rato! Lo malo es cuando la imaginación se pone en un plan tan convincente que estamos impacientes de que llegue el día porque sabemos a ciencia cierta que nos tocará. En los días de sorteo, el barómetro de terribles decepciones señala muy alto.

Fantasear repetida e intensamente sobre un tema nos puede empujar a querer protagonizar nuestra película en la realidad. Edward A. Selby, de la Universidad de Florida, ha estudiado detenidamente el comportamiento de los suicidas. Un alto porcentaje ha experimentado con fantasías antes de llevar a cabo el suicidio. Normalmente recrean escenas en su mente sobre el método que emplearán, sobre cómo van a reaccionar los demás, incluso sobre cómo va a ser su funeral. En algunos casos, esos montajes mentales tienen cierto halo de romanticismo. Es difícil escudriñar el camino de nuestras intenciones más profundas. Podemos suponer que estas personas primero sintieron la necesidad de suicidarse, empezaron a fantasear y finalmente lo consumaron. ¿Qué papel impulsor tienen aquí las fantasías? Quizá el barniz que las fantasías pusieron a su idea la convirtió en más atractiva. Su imaginación quizá desempeñó el papel de trampolín.

Ya hemos visto dos inconvenientes que en algunas ocasiones pueden conllevar ciertos tipos de fantasías recurrentes: creérnoslas y realizarlas. Existe otra trampa. ¿Constituye una conducta insana ir al cine? En principio no, solemos disfrutar, evadirnos de nuestro día a día. Sin embargo, si vamos tanto al cine que no podemos atender las obligaciones, podría empezar a constituir un problema. En el caso de las fantasías ocurre lo mismo. En la vida debemos afrontar problemas, actuar; unas dosis de evasión pueden ayudarnos a coger fuerzas, pero cuando la fuga de la realidad se convierte en nuestra principal estrategia de afrontamiento es cuando todo se complica. J. S. Harriot y su equipo publicaron un estudio en Journal of Social Behavior and Personality donde administraron a 107 sujetos un cuestionario de indecisión y otro para evaluar las ensoñaciones diurnas. Concluyeron que las personas más indecisas, las que postergan más las decisiones y las actuaciones, son las que fantasean en mayor medida.

Somos expertos guionistas

"La imaginación abre a veces

unas alas grandes como el cielo

en una cárcel grande como la

mano" (Louis Charles Alfred de Musset)

Las fantasías saltan a nuestra pantalla mental normalmente sin que nosotros les hayamos dado permiso. Pero una vez allí, podemos tomar conciencia y recrearnos en ellas, retocarlas y perfeccionarlas hasta que las dejamos dignas de ser galardonadas para los Oscar. Pensemos si no en las conversaciones imaginarias. En algunos casos están basadas en algún diálogo real perteneciente al pasado. Nuestra mente lo rescata y le da unas pinceladas para que quede patente nuestra brillante elocuencia. En otros casos se trata de alguna conversación que nos gustaría mantener con nuestro jefe en la que dejamos claro quiénes somos, o con nuestra pareja, a quien le confesamos nuestros sentimientos de una manera que por fin nos entiende.

Lo ridículo o, según como se mire, entrañablemente humano es que en nuestras fantasías también tenemos problemas. Imaginemos que esta tarde vamos a la presentación de un libro de nuestro autor favorito, no lo conocemos y estamos realmente ilusionados. La mente se dispara y empieza a elucubrar algo ingenioso para decirle mientras nos firma el libro. Obvio que en nuestra película se nos ocurre una frase brillante, y más obvio todavía es que a él le vamos a caer estupendamente. Pero, claro, le gustamos tanto que nos invita a cenar. ¿Qué hacemos? ¿Aceptamos o no? ¿Qué dirá nuestra pareja...? Igual nuestras sinapsis pueden pasarse trabajando a todo gas 10 minutos para solucionar este dilema.

De repente lo veo clarísimo. Este artículo va a gustar mucho. La gente, muy entusiasmada, lo va a recomendar a sus amigos... Sí, incluso me van a invitar a dar una conferencia para hablar del tema... ¡En las islas Fiji! Ahora que lo pienso, no sé qué me voy a poner. No tengo nada adecuado en el armario. ¿Me compro algo? Bueno, ya lo solucionaré... ¡Y la persona que va a presentar mi ponencia será un hombre muy atractivo...! Benditas fantasías.



PARA IMAGINAR Y SOÑAR


PELÍCULAS

- 'American beauty', de Sam Mendes.

- 'El laberinto del fauno', de Guillermo del Toro.

- 'Réquiem por un sueño', de Darren Aronofski.

LIBROS

Dos libros imprescindibles donde la realidad y la fantasía juegan a desvelarse mutuamente:

- 'La loca de la casa', de Rosa Montero (Alfaguara, 2003).

- 'El mundo', de Juan José Millás (Planeta, 2007).

OTROS LIBROS

Para saber más sobre fantasías sexuales:

- 'Tu sexo es tuyo', de Sylvia de Bejar (Planeta, 2011).

- 'El mundo íntimo de las fantasías sexuales femeninas', de Wendy Maltz y Suzie Boss (Paidós, 1998).



JENNY MOIX

Fuente:
http://carmenlobo.blogcindario.com












domingo, 27 de octubre de 2013

El diario de Noa



Los amores de verano se acaban por toda clase de razones. Pero al fin de cuentas tienen una cosa en común: Son estrellas fugaces, un instante grandioso de la luz de los cielos, una visión momentánea de la eternidad, y en un abrir y cerrar de ojos se van.


De nuevo... otoño


Otoño

El otoño, esa mágica y lírica estación, nos inunda los sentidos y nos desborda de belleza. La luz rivaliza con los colores, jugueteando entre los árboles, revelando asombrosas tonalidades. La tierra se convierte en teñidas y crujientes alfombras que nos invitan al paseo y a la contemplación de desnudos e implorantes árboles que, mirando al cielo, sueñan primaveras.
Festival de colores, bosque encantado, gnomos y hadas brincan alrededor de sus nuevas casas resurgidas, las setas. Los madroños presumen de rojo y las piedras de musgo. Olor a castañas, a nueces y a olvido.
Caen las hojas de los árboles como las del almanaque de nuestra vida. El sentido entierra pasiones, arranca olvidos, que el corazón vuelve a desenterrar. El aire, ocre y limpio, impone nostalgias en la mirada y estertores en el alma, que se niega a morir, apasionada.
El otoño nos envuelve con sus colores, sus aromas y su magia, y nos hace soñar, por un corto espacio de tiempo, que somos capaces de reconciliarnos con la vida, y sentirnos agradecidos por poder ser, un año más, afortunados espectadores del mismo milagro.

Carmen Bermúdez






Otoño

Qué noble paz en este alejamiento
de todo; oh prado bello que deshojas
tus flores; oh agua fría ya, que mojas
con tu cristal estremecido el viento!

¡Encantamiento de oro! Cárcel pura,
en que el cuerpo, hecho alma, se enternece,
echado en el verdor de una colina!

En una decadencia de hermosura,
la vida se desnuda, y resplandece
la excelsitud de su verdad divina.




Juan Ramón Jiménez








Sonata de otoño

Dejé abierta la ventana, y andando sin ruido, como si temiese que mis pisadas despertasen pálidos espectros, me acerqué a la puerta que momentos antes habían cerrado trémulas de pasión aquellas manos ahora yertas. Receloso tendí la vista por el negro corredor y me aventuré en las tinieblas. Todo parecía dormido en el Palacio. Anduve a tientas palpando el muro con las manos. Era tan leve el rumor de mis pisadas que casi no se oía, pero mi mente fingía medrosas resonancias. Allá lejos, en el fondo de la antesala temblaba con agonizante resplandor la lámpara que día y noche alumbraba ante la imagen de Jesús Nazareno, y la santa faz, desmelenada y lívida, me infundió miedo, más miedo que la faz mortal de Concha. Llegué temblando hasta el umbral de su alcoba y me detuve allí, mirando en el testero del corredor una raya de luz, que marcaba sobre la negra oscuridad del suelo la puerta de la alcoba donde dormía mi prima Isabel. Temí verla aparecer despavorida, sobresaltarla por el rumor de mis pasos, y temí que sus gritos pusiesen en alarma todo el Palacio. Entonces resolví entrar adonde ella estaba y contárselo todo. Llegué sin ruido, y desde el umbral, apagando la voz, llamé:
—¡Isabel!... ¡Isabel!...
Me había detenido y esperé. Nada turbó el silencio.
Di algunos pasos y llamé nuevamente:
—¡Isabel!... ¡Isabel!...
Tampoco respondió. Mi voz desvanecíase por la vasta estancia como amedrentada de sonar. Isabel dormía. Al escaso reflejo de la luz que parpadeaba en un vaso de cristal, mis ojos distinguieron hacia el fondo nebuloso de la estancia un lecho de madera. En medio del silencio, levantábase y decrecía con ritmo acompasado y lento la respiración de mi prima Isabel. Bajo la colcha de damasco, aparecía el cuerpo en una indecisión suave, y su cabellera deshecha era sobre las almohadas blancas un velo de sombra. Volví a llamar:
—¡Isabel!... ¡Isabel!...
Había llegado hasta su cabecera y mis manos se posaron al azar sobre los hombros tibios y desnudos de mi prima. Sentí un estremecimiento. Con la voz embarcada grité:
—¡Isabel!... ¡Isabel!...
Isabel se incorporó con sobresalto:
—¡No grites, que puede oír Concha!...
Mis ojos se llenaron de lágrimas, y murmuré inclinándome:
—¡La pobre Concha ya no puede oírnos!
Un rizo de mi prima Isabel me rozaba los labios, suave y tentador. Creo que lo besé. Yo soy un santo que ama siempre al que está triste. La pobre Concha me lo habrá perdonado allá en el Cielo. Ella, aquí en la tierra, ya sabía mi flaqueza. Isabel murmuró sofocada:
—¡Sí sospecho esto echo el cerrojo!
—¿Adónde?
—¡A la puerta, bandolero! ¡A la puerta!
No quise contrariar las sospechas de mi prima Isabel. ¡Hubiera sido tan doloroso y tan poco galante desmentirla! Era Isabel muy piadosa, y el saber que me había calumniado la hubiera hecho sufrir inmensamente. ¡Ay!... ¡Todos los Santos Patriarcas, todos los Santos Padres, todos los Santos Monjes pudieron triunfar del pecado más fácilmente que yo! Aquellas hermosas mujeres que iban a tentarles no eran sus primas. ¡El destino tiene burlas crueles! Cuando a mí me sonríe, lo hace siempre como entonces, con la mueca macabra de esos enanos patizambos que a la luz de la luna hacen cabriolas sobre las chimeneas de los viejos castillos... Isabel murmuró, sofocada por los besos:
—¡Temo que se aparezca Concha!
Al nombre de la pobre muerta, un estremecimiento de espanto recorrió mi cuerpo, pero Isabel debió pensar que era de amor. ¡Ella no supo jamás por qué yo había ido allí!

Ramón del Valle-Inclán