sábado, 22 de febrero de 2014

Luna nueva, una frase para recordar...




-Si pudieras pedir algo, cualquier cosa, ¿qué pedirías?
-A ti.
-Algo que no tengas ya..


Volver a amar, Cristian Castro

Tras el umbral de mis temores
de mis errores y mis fracasos
tras las heridas del pasado
y los amores ya olvidados...

Tras las inocencia que hubo un día
tras la ironía de aquellos años
solo ha quedado un frío inmenso
la espina cruel del desengaño...

Y llegas a mi vida como un sol
como la suave transparencia del amor
como el aroma de la brisa en la mañana
borrando para siempre mi dolor...

Volver a amar una vez mas
nacer de nuevo en ti
en tu mirar
llenando con tu luz
las sombras de mi soledad...

Tras la inocencia que hubo un día...

Volver a amar una vez mas...

Volver a amar sentir que ya
te quedas junto a mi
que no me dejaras
y así poder vivir
el dulce amor que tu me das...



A un olmo seco, Antonio Machado



Al olmo viejo, hendido por el rayo 
y en su mitad podrido, 
con las lluvias de abril y el sol de mayo 
algunas hojas verdes le han salido. 

¡El olmo centenario en la colina 
que lame el Duero! Un musgo amarillento 
le mancha la corteza blanquecina 
al tronco carcomido y polvoriento. 

No será, cual los álamos cantores 
que guardan el camino y la ribera, 
habitado de pardos ruiseñores. 

Ejército de hormigas en hilera 
va trepando por él, y en sus entrañas 
urden sus telas grises las arañas. 

Antes que te derribe, olmo del Duero, 
con su hacha el leñador, y el carpintero 
te convierta en melena de campana, 
lanza de carro o yugo de carreta; 
antes que rojo en el hogar, mañana, 
ardas de alguna mísera caseta, 
al borde de un camino; 
antes que te descuaje un torbellino 
y tronche el soplo de las sierras blancas; 
antes que el río hasta la mar te empuje 
por valles y barrancas, 
olmo, quiero anotar en mi cartera 
la gracia de tu rama verdecida. 
Mi corazón espera 
también, hacia la luz y hacia la vida, 
otro milagro de la primavera.







Viajes en el tiempo: ¿qué es la paradoja del abuelo?



Uno de los mayores anhelos del hombre ha sido viajar en el tiempo. La imposibilidad física de trasladarse a un evento anterior o posterior al nuestro, puebla y estimula la imaginación de novelistas y cineastas que sueñan con ver algún día por parte de la ciencia, cristalizada esta utopía.

Una de las posibles paradojas que se desprenderían de un potencial viaje en el tiempo es conocida popularmente como la paradoja del abuelo. Vamos a ver en qué consiste esta disparatada idea popularizada por la cultura popular, particularmente por muchas series de televisión actuales.

El origen de la idea




Para entender mejor la idea, remontémonos al año 1943. En el libro del escritor de ciencia ficción Rene Barjavel, El Viajero Imprudente, se esbozó por primera vez esta paradoja usada por muchos físicos para demostrar los riesgos del viaje en el tiempo.

Allí el personaje que retrocede en el tiempo, asesina a su abuelo, antes de que haya entablado relación amorosa con su abuela. En esta extensión de sí mismo, es decir su abuelo en el pasado, el viajero imprudente cometería el error de aniquilarse potencialmente en un futuro posible, dando origen a la paradoja del abuelo.

Una contradicción filosófica




Dado el caso de que la ciencia avanzara en su cometido de crear un dispositivo para conseguir transportar a alguien a un punto distante en el tiempo, ya sea hacia adelante o hacia atrás –aunque los científicos han advertido, que en este último caso, se requeriría hipotéticamente la existencia en dicha época del mecanismo para viajar en el tiempo–, el hecho de que alguien decidiera atentar contra sí mismo al matar a su propio abuelo, se podría considerar como autoinfanticidio, consistente en suicidarse en un estado de potencialidad del ser.

Otros ejemplos de la Paradoja del abuelo




En el siglo XX, la idea del viaje en el tiempo estimuló a científicos teóricos, pero particularmente a los creadores y artistas. El primer antecedente fue la novela de H.G. Wells, La Máquina del Tiempo.

Luego, la idea se había de convertir en uno de los referentes de la cultura ciber de los años ochentas, considerada hoy día una película de culto en el tema de la ciencia ficción post apocalíptica:Terminator. Claramente aquí es posible ver la paradoja del abuelo encarnada en el robot aniquilador que quiere exterminar a John Connor, asesinando a Sarah Connor y evitando que extermine a Skynet en un futuro distante.


Fuente:
http://www.ojocientifico.com




¿Por qué el tiempo pasa más rápido al envejecer?



Cuando somos niños, un viaje en coche puede parecernos una eternidad, y a los 30 años nos estamos preguntando qué pasó durante todos los meses del año, porque para ti aún estás en el año anterior. ¿Por qué el tiempo pasa más rápido a medida que envejecemos? Este sentimiento –que por cierto, se nota en todas las culturas– no tiene una clara explicación, sin embargo sí hay algunas claves para entender los misterios del cerebro.

Tiempo proporcional

Una explicación bastante coherente explica que cuando tenemos cinco años, un año más de vida es un 20% de las memorias que guarda nuestro cerebro; pero cuando tenemos cincuenta, solo representa un 2%. Por lo tanto, cada año de vida que sumas se hace menos y menos importante a medida que cumples, ya que representa una proporción menor de recuerdos en el cerebro.

Disminuye la velocidad del cerebro


A medida que las personas envejecen, la velocidad de conducción nerviosa disminuye. Eso quiere decir que los impulsos del cerebro están más separados. Un experimento sencillo al respecto es preguntarle a una persona joven y una mayor para que cierren los ojos e informen cuando creen que ha pasado un minuto. Los jóvenes suelen dar respuestas muy precisas –entre 55 y 65 segundos– y los adultos mayores suelen anunciarlo cuando han pasado 90 segundos.

Pero, ¿qué tiene que ver esto con el hecho de que el tiempo pase más rápido al envejecer? Si tenemos en cuenta que las personas consideran que un minuto pasa más lentamente, probablemente pasen más cosas durante ese minuto irreal de su cerebro. Y por ende, sienten que el tiempo pasa más rápidamente.

Cosas nuevas

Cuando experimentamos algo nuevo, nuestro cerebro “escribe” muchas más cosas que cuando vivimos una experiencia repetida: el primer beso, la primera vez que probaste tu comida favorita, o incluso alguna situación negativa –el primer día en el trabajo–, que no solo recordamos con todo lujo de detalles sino que parece haber durado una eternidad.


Cuando somos jóvenes, la mayoría de las experiencias son nuevas, por lo que nuestro cerebro tiene que codificar mucho más, por lo que el cerebro genera la ilusión de que el tiempo ha pasado más lentamente.

Cuando envejecemos prestamos menos atención al tiempo

Cuando eras niño, probablemente contabas los días para Navidad o para tu cumpleaños; mientras tanto, de adulto estás muy centrado en otro montón de cosas –generalmente, obligaciones–. Mientras más atención prestamos a otras cosas, menos lo hacemos al paso del tiempo, y por eso sentimos que el tiempo pasa más rápido al envejecer.

El estrés

Muchas veces sentimos que no tenemos suficiente tiempo para hacer todo lo que queremos hacer, y eso acabamos por interpretarlo como si el tiempo pasara más deprisa. E incluso aquellas personas mayores que ya no trabajan tienen esa sensación debido a deficiencias físicas o una capacidad cognitiva disminuida.

Aunque sintamos que el tiempo pasa más rápido al envejecer, debemos tener en cuenta que realmente no es así, solo es una sensación que sentimos, por una razón científica que aún no se sabe a ciencia cierta cuál es.


Fuente:
http://www.ojocientifico.com