lunes, 13 de agosto de 2012

Una canción...




Si no vives...

...el coraje de sufrir lo inevitable,
la humildad de equivocarse en el camino,
la audacia de arriesgarte,
la valentía de saber perder,
la libertad de dejar que te desaprueben,
la sencillez de no hincharte con los aplausos,
la paciencia de perdonarte,
la constancia de comenzar cada día,
la intrepidez de esperar pese a todo,
la alegría de amar y ser amado.
es posible que dures muchos años,
pero morirás sin haber conocido
la dicha de vivir intensamente.

 
René J. Trossero

Un jardín...

...de rosas


El poeta Coleridge recibió un día la visita de un admirador.

Cuentan que en el transcurso de la conversación, surgió el tema de la niñez y la educación:

- "Creo", afirmó con rotundidad el visitante, "que debe dejarse a los niños total libertad para que piensen y actúen desde que son muy pequeños y que puedan tomar sus propias decisiones sin que nosotros intervengamos. Sólo así podrán desarrollar al máximo toda su potencialidad."

- "Ven a ver mi jardín de rosas", le dijo Coleridge, acompañando a su admirador hasta el jardín.
 

Al verlo, el visitante exclamó: 

- "¡Pero esto no es un jardín... esto es un patio lleno de maleza!"

- "Solía estar lleno de rosas", dijo el poeta, "pero este año decidí dejar a las plantas de mi jardín en total libertad de crecer a sus anchas sin atenderlas. Y este es el resultado."

Alguien especial...


Buenas noches,
Mucho gusto,
Eras una chica más.
Después de cinco minutos…ya eras alguien especial.


Ámbar


Resina vegetal.
El ámbar, cárabe o succino (del latín succinum) es una resina vegetal fosilizada proveniente de restos de coníferas.
Etimológicamente su nombre proviene del árabe, ámbar, significando lo que flota en el mar, ya que flota sobre el agua del mar, aunque originalmente se refería al ámbar gris.

Origen
El ámbar es una sustancia dura, liviana y quebradiza; es la única piedra preciosa de origen vegetal.
Pertenece al grupo de las gemas orgánicas como el azabache, las perlas o los corales.
Se forma de una resina vegetal residual de algunos árboles que data de hace 25 a 40 millones de años y que con el tiempo sufrió un proceso de fosilización formando masas irregulares y extensas dentro de los estratos de arenisca y pizarras arcillosas de la edad terciaria.
Los árboles producían la resina como una protección contra enfermedades e infestaciones de insectos, cuando la corteza de un árbol era herida debido a rotura o a un ataque por escarabajos de madera u otros insectos o por otras razones.
Después de exudar al exterior, la resina se endurecía en sedimentos húmedos tal como la arcilla y arena que se formaban al fondo de lagunas o deltas de río y se conservaba en la costra de la tierra por milenios.
El ámbar no es un mineral ya que su origen es orgánico y su estructura es amorfa.
Su composición varía dependiendo del árbol del que proviene, aunque todos tienen terpenos o compuestos que son comunes en las resinas endurecidas.
En Europa, el ámbar se forma a partir de la resina del Pinus Succinifera, en tanto que en América proviene de la leguminosa Hymenaea Courbaril conocida en Chiapas (México) como Guapiñol y en Nicaragua y República Dominicana como Algarrobo, perteneciente al período geológico terciario.
Los colores del ámbar son ocho: amarillo (el más común), naranja (cognac), rojo (cherry), blanco, café (cajeta), verde azuloso y "negro" o musgo (tonos obscuros de otros colores) que son menos frecuentes que el amarillo.
De estos colores se desprende una amplia gama de tonalidades.

El ámbar rojo de Chiapas es de los más hermosos, valorados y apreciados existentes.
El primer lugar que se tiene registrado como fuente original del ámbar es la región del Mar Báltico.

La pieza de ámbar más antigua trabajada por el hombre data de hace 30 mil años y se encontró en Hannover, Alemania.
En Europa se encuentra ámbar en España, Lituania, Polonia, Alemania, Letonia y Rusia y en América Latina se encuentra en México, República Dominicana y Nicaragua.
En la Antigüedad se pensaba que el ámbar poseía propiedades místicas o mágicas, siendo utilizado por muchas culturas como un talismán o remedio medicinal.
En Chiapas, México, el ámbar aún se usa para proteger a los niños contra el "mal de ojo".
Los griegos se percataron de sus propiedades eléctricas producidas al rozar ámbar con otros objetos.
De ahí la etimología de la palabra electricidad que viene del griego (élektron), que el nombre que le dieron.
Dependiendo de su calidad, puede tener interés comercial como material para elaborar joyas, siendo éste su principal uso en la actualidad.
Tipos específicos de ámbar incluyen gedanita, simetita y birmita.
La extracción del ámbar se realiza principalmente de dos formas: a cielo abierto y de manera subterránea. Las minas son túneles de tiro y están abiertas en escarpadas laderas, los hombres van excavando el cerro hasta encontrar la capa de carbón que contiene "el corazón del ámbar" para lo cual perforan hoyos por donde algunas veces entran arrastrándose.



Inclusiones
En muchas ocasiones la resina al escurrir sobre la corteza de troncos y ramas llegó a atrapar burbujas de aire, gotas de agua, partículas de polvo o pequeños seres vivos como plantas (orquídeas, hongos, musgos, líquenes, semillas y un sinfín de flores diminutas), insectos, gusanos y otro tipo de animales que van desde diminutas hormigas, arañas, mosquitos, abejas, termitas, mariposas y libélulas, hasta lagartijas, ranas y escorpiones, quedando guardados y preservados como inclusiones fósiles deshidratadas pero sin el encogimiento que normalmente causan las deshidrataciones, conservándose de tal forma que su estructura celular y hasta fragmentos de su ADN pueden encontrarse todavía hoy.
Estas inclusiones agregan no sólo belleza a una pieza de ámbar sino una gran cantidad de información de suma importancia para científicos, pues de esta manera se tiene conocimiento de la vida de hace millones de años, disponiendo, incluso, de especies ya desaparecidas.
Existen muestras de ámbar de gran valor desde el punto de vista paleoambiental, lo que permite que científicos reconstruyan un modelo de un ecosistema de milenios pasados, desaparecido hace ya mucho tiempo.
El tamaño, el tipo de espécimen, su visibilidad, la cantidad y hasta la posición son factores importantes que intervienen en la valuación de una inclusión.

El ámbar mexicano
En México, el ámbar se localiza en los municipios chiapanecos de Simojovel de Allende, Huitiupán, Totolapa, El Bosque, Pueblo Nuevo Solistahuacán, Pantelhó y San Andrés Durazanal.
El ámbar localizado en la zona de Simojovel proviene de la época Terciaria con una antigüedad de 25 millones de años.
En este municipio se extraen alrededor de 292 kilos mensuales, equivalentes a 90% de la extracción del producto en el país.
Una de las mayores exudaciones de ámbar del mundo se encontró en México, con un peso de 11,7 kilogramos.
La dureza del ámbar mexicano es de 2,5 en la escala de Mohs, cualidad que le da un alto prestigio internacional como material para la talla y la escultura.
Con fecha del 15 de noviembre de 2000, se publica en el Diario Oficial de la Federación (México) la declaración general de protección de la denominación de origen "ÁMBAR DE CHIAPAS".

El ámbar báltico
El del báltico también es conocido con el denominativo "succino".
El origen de esta gema vegetal es la resina fósil de las coníferas que, en la mayoría de los casos, superan los cuarenta millones de años.
Uno de los factores que más distingue el ámbar báltico del de otras regiones del mundo es el contenido de ácido succínico.
En el caso del ámbar báltico nos encontramos con un contenido entre el cinco y el ocho por ciento frente a un número mucho más bajo en el ámbar del resto del mundo.

El ámbar español
En España hay localizados cinco yacimientos de ámbar en la provincia de Alava, y en los municipos de Reocín, Utrilla, Fígols y Vilada, de otras provincias. El de Álava se sitúa como referente internacional para el estudio del Cretácico Inferior gracias a las excavaciones en Salinillas de Burandón y Peñacerrada.
El ámbar que se ha extraído de estos yacimientos permite conocer las condiciones de vida de este período, situado en torno a los 120 – 130 millones de años atrás.
Las muestras analizadas presentan una gran cantidad de invertebrados y restos vegetales bien conservados que pueden darnos una definición más exacta del ecosistema Cretácico Inferior en el sur del País Vasco, siendo varias las especies nuevas halladas en este yacimiento.
La dureza del ámbar español va entre 2 y 2,5.

El Museo del Ámbar
El Convento de la Merced de Ciudad Real, hoy San Cristóbal de la Casas, Chiapas, México fue el primer establecimiento de los Mercedarios en América.
Iniciando la Evangelización Fray Pedro Barrientos y Fray Pedro Benítez de Lugo en 1536, quedándose hasta 1546. Regresan en 1624 y abandonan su convento en 1859.
En la segunda mitad del siglo XIX el convento fue utilizado como Cuartel Militar modificándose su fachada y construyéndose, a finales del siglo, El Torreón.
En 1963 el Ex Convento se adecuó como Cárcel Municipal y se le da este uso hasta 1933.
En 1996 se integra el Patronato Pro Reconstrucción del Ex Convento de La Merced, para rescatar y reconstruir el edificio, con aportaciones en su mayor parte de la iniciativa privada.
El Museo del Ámbar de Chiapas se inaugura el 4 de diciembre del año 2000 en ese edificio. Es el único de su tipo en América y de los pocos en el mundo.
Actualmente cuenta con más de 350 piezas en exhibición tanto en bruto como tallado, así como una gran cantidad de piezas ganadoras de importantes concursos y de gran calidad; está diseñado para que tanto adultos como niños puedan disfrutarlo de una manera didáctica.
El Museo del Ámbar de Chiapas posee una Sala de Exposición de Ámbar que comprende: Origen, historia, extracción, pulido y talla. También cuenta con una tienda, un taller de Ámbar, un taller de metalistería y una sala de usos múltiples.
En los diferentes espacios se le muestra a los visitantes el Ámbar desde su origen, países donde existieron y existen yacimientos, cómo se formó, cómo se extrae, todos los usos prehispánicos y actuales, e infinidad de información. Se muestra la habilidad de los artesanos y escultores con piezas únicas -todas ellas ganadoras de concurso- cada una perfectamente iluminada y con una cédula de información traducida del Español, Inglés, Francés, Italiano, Alemán y Japonés.

La Expo Ámbar
En la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, se realiza anualmente en agosto, la Expo Ámbar, la cual representa un espacio ideado para mostrar el talento de los artesanos chiapanecos. Busca desarrollar e integrar a los grupos de artesanos chiapanecos en la extracción, producción y comercialización del ámbar, fomentando el crecimiento económico, social y cultural de la región.
Al promocionar de la mejor manera la cultura chiapaneca, a través de la joyería del ámbar de excelente calidad, se logra proyectar a México en mercados nacionales e internacionales, con gran éxito.
La novena edición de la Expo Ámbar se llevó a cabo del 28 de julio al 13 de agosto del año 2006.

Ámbar falso
Ornamentos, como lo son aretes, pendientes, etcétera, pueden parecer que estan hechos con ámbar, aunque la realidad sea que han sido "falsificados", con el uso de resinas y pigmentos comerciales que pueden lograr el mismo efecto óptico característico del ámbar, especialmente si se añaden algunos insectos, o partes de éstos, con tal fin.
Una forma práctica de verificar su autenticidad, es el de someter brevemente la piedra a una llama de un encendedor. La resina sintética tenderá a derretirse más rápidamente, arrugándose.
"El ámbar no es cualquier cosa, la gente debe tener en cuenta que cuando adquiere un objeto hecho con este material, se trata de una pieza antigua, la cual fue extraída de las entrañas de las minas para ser transformada por las manos y la creatividad de los artesanos".
Proveniente del árbol conocido como Imenea curuarie, el ámbar es una resina fosilizada que cuenta con más de 40 millones de años y se encuentra en diversas minas del estado de Chiapas, teniendo en el municipio de Simojovel su más importante yacimiento.
La promotora cultural Natalia Aguilar considera que en esta zona del sureste mexicano, el bosque de coníferas fue afectado por una lluvia de meteoritos que provocó heridas en los árboles y la resina emanada de éstos se quedó en las profundidades. Por eso también es conocido como "lágrimas de la tierra".

El proceso del ámbar
María Elizabeth Mendoza expresa que el proceso para obtener el ámbar es peligroso y muy complicado, ya que las minas se encuentran en zonas arenosas.
En tiempos de lluvias existen muchos derrumbes, lo que provoca que los yacimientos se vuelvan a tapar. "Los mineros cumplen jornadas de 7 de la mañana a las 6 de la tarde y en ocasiones se tardan hasta 15 días en reunir un cuarto de ámbar, por ese motivo es muy caro; los artesanos lo compramos a granel: el kilo de ámbar amarillo cuesta de 3 a 4 mil pesos y el de ámbar rojo hasta 12 mil pesos, porque es muy difícil de conseguir".

La artesana añade que este material también se obtiene del cascajo de la mina. Una vez en el taller, el ámbar se limpia, se pule y se le da forma con limas o lijas de diferentes números.
Muchos trabajadores pulen sus piezas con ceniza de roble, manta o con un pedazo de cuero.

Anteriormente se hacían objetos muy modestos como pulseritas y collares, pero hoy las hechuras incluyen combinaciones con plata y jade, obsidiana, turquesa y ónix, entre otros materiales; también, varios artesanos se han especializado en la escultura.
Ahora el cliente puede adquirir pulseras, aretes y collares con acabados muy novedosos; pisacorbatas, broches, prendedores, mancuernillas, brazaletes, dijes, pipas y hasta portacelulares, entre otros adornos. En Simojovel, casi mil familias viven de esto.
Don Ernesto Ramírez recuerda que hace varias décadas, en Simojovel casi nadie tomaba en cuenta el ámbar. "Antes éramos pocos, cuando yo era niño, en el pueblo había como cinco familias que se dedicaban a esto.
Me acuerdo que hace más 50 años, cuando empecé la docena de piedras de ámbar costaba 5 centavos. Con un peso se podía poner una tienda porque era extremadamente barato.
En 1955 hice mi primera pieza", recuerda con orgullo.

Los colores y aromas del ámbar
En Chiapas, la región del ámbar abarca seis municipios: Simojovel, Huitiupán, El Bosque, Pueblo Nuevo, Sitalá, Duraznal y Totolapa, y se extrae principalmente de las minas Ejido los pocitos, Pauchil los cocos y Chanalcum.
En tsotsil la palabra "pauch" significa ámbar, y a decir de los artesanos este recurso no renovable representa una forma de vida y a nivel cultural un orgullo que distingue a Chiapas de otros estados.

El ámbar de esta región se distingue por tres colores: amarillo, rojo y verde, este último el más difícil de conseguir y el más suave para trabajar.
"Para lograr un conjunto de collar, aretes y pulsera en ámbar rojo, el artesano tarda de 4 a 5 días, comenta Azucena Hidalgo Velasco, quien aprendió este oficio a los 14 años por herencia de sus padres y hermanos".
"Es noble el ámbar de mi pueblo y por eso lo trabajamos con mucho cariño", agrega.

"Muchas personas creen que el ámbar no arde. Existe la errónea creencia de que éste no enciende y es al contrario.
Una manera de confirmar que el ámbar es bueno es porque al arder desprende un aroma agradable a incienso o maderas y no se derrite; otra forma de saber que es bueno consiste en acercar la pieza a una lámpara de luz negra y ésta tomará un color tornasol; también se nota cuando sus residuos fósiles no son uniformes; incluso, una chuleta de ámbar puede servir de lupa porque tiene aumento, además no se raya, el ámbar falso hecho con plástico o vidrio sí sufre transformaciones".

El otro ámbar
Aunque hay yacimientos en otras partes del mundo, el otro ámbar de Chiapas presenta características especiales.
En su estado natural aparece en forma de nódulos de color amarillo, rojizo o dorado, dentro de estratos de areniscas calcáreas marinas y capas de lignito en formaciones geológicas, correspondientes a la parte final del Oligoceno y principios del Mioceno, con una antigüedad de 22.5 a 26 millones de años.
Este, se ha determinado que su origen paleobotánico, fue la resina de una leguminosa del género Hymenaea, ancestro del árbol conocido localmente como guapiñol.

El ámbar de la Republica Dominicana, tiene unas características un tanto peculiares, y es por ello que le dedicaremos un artículo a parte.



Misterios del ámbar: El Palacio de Catalina y la Sala Ámbar
  La mítica Sala de Ámbar, considerada la “Octava Maravilla del Mundo”, desapareció misteriosamente en 1945 y todavía no se ha logrado dar con su paradero. Se llama así por que sus estaban recubiertas de ámbar, una valiosa resina fósil del de la miel. 

Fue un regalo que le hizo el rey de Prusia, Federico Guillermo I al zar Pedro I el Grande en 1.716. A Rusia llegaron los paneles de ámbar listos para ser montados. En 1.755, la zarina Catalina II ordenó instalar la espectacular habitación en su palacio y, en 1757, añadió a la estancia cuatro mosaicos traídos de Florencia.


El italiano Rastrelli, arquitecto del Palacio de Invierno (Ermitage), fue a quien la zarina encargó dirigir los trabajos. Entre el mobiliario de la sala había una cómoda realizada por ebanistas berlineses en 1.711. Ese mueble y uno de los cuatro mosaicos, el denominado “Los sentidos del tacto y del olfato”, son las dos únicas piezas originales que se han conservado.

La habitación real fue saqueada por soldados de la Wehrmacht en 1.941 y llevada a un castillo de Königsberg, (actual territorio ruso de Kaliningrado). Desde allí, en 1945, fue trasladada a un lugar desconocido. La cómoda fue hallada por casualidad en 1.997, en el almacén del museo berlinés de artes aplicadas, y el mosaico apareció, aquel mismo año, cuando el hijo del soldado alemán que se apoderó de él, un tal Achtermann, se proponía venderlo por 5 millones de marcos. Tras la contienda, Achtermann se llevó el mosaico a su casa y su hijo Herbert se lo encontró en el desván, en 1978. Lo colgó en el recibidor y, 19 años más tarde, supo que lo que tenía en su casa era una obra de arte muy buscada y de gran valor.


En mayo 2003, se terminó de reconstruir en su emplazamiento primigenio, es decir en el palacio de Catalina II de Tsárskoye Seló, (afueras de San Petersburgo), una réplica exacta del salón perdido. Se emplearon seis toneladas de ámbar. Los trabajos comenzaron en 1979 y se utilizaron como modelo viejos dibujos y fotografías en blanco y negro. El conjunto está compuesto por un total de medio millón de piezas de ámbar.




El nombre se debe a que sus paredes estaban recubiertas de ámbar, resina fósil del color de la miel. Fue un regalo que le hizo el rey de Prusia, Federico Guillermo I al zar Pedro I el Grande en 1.716. A Rusia llegaron los paneles de ámbar listos para ser montados. En 1.755, la zarina Catalina II ordenó instalar la espectacular habitación en su palacio y, en 1757, añadió a la estancia cuatro mosaicos traídos de Florencia.
Cuando Catalina entró en la Sala de Ámbar quedó maravillada ante semejante belleza. Desde que la viera por primera vez en San Petersburgo había quedado prendada de ella y había deseado trasladarla completamente a su palacio en Tsarskoye Selo. Setenta y seis soldados habían necesitado para trasladarla a cuestas, panel a panel, durante seis días. Y aún así, no habían sido suficientes como para cubrir toda la sala, por lo que los huecos en las paredes los habían rellenado con otros mosaicos y con espejo. Además, los bajos de la Sala los habían tenido que pintar en el mismo color miel. Pero ahora, al fin, aquélla era su maravilla. La que todos considerarían desde entonces como la “Octava Maravilla del Mundo“.
El maestro italiano Rastrelli, arquitecto del Palacio de Invierno (Ermitage), fue a quien la zarina encargó dirigir los trabajos. Entre el mobiliario de la sala había una cómoda realizada por ebanistas berlineses en 1.711. Ese mueble y uno de los cuatro mosaicos, el denominado “Los sentidos del tacto y del olfato”, son las dos únicas piezas originales que se han conservado. La habitación real fue saqueada por soldados de la Wehrmacht en 1.941 y llevada a un castillo de Königsberg, (actual territorio ruso de Kaliningrado). Desde allí, en 1945, fue trasladada a un lugar desconocido.
Aunque se recuperaron algunos objetos, no hay confirmación de la ubicación exacta de la sala.


Objetos recuperados

La cómoda fue hallada por casualidad en 1.997, en el almacén del museo berlinés de artes aplicadas, y el mosaico apareció, aquel mismo año, cuando el hijo del soldado alemán que se apoderó de él, un tal Achtermann, se proponía venderlo por 5 millones de marcos. Tras la contienda, Achtermann se llevó el mosaico a su casa y su hijo Herbert se lo encontró en el desván en 1978. Lo colgó en el recibidor y, 19 años más tarde, supo que lo que tenía en su casa era una valiosa y buscada obra de arte.
En mayo 2003, se terminó de reconstruir en su emplazamiento primigenio, es decir en el palacio de Catalina II de Tsárskoye Seló, (afueras de San Petersburgo), una réplica exacta del salón perdido. Se emplearon seis toneladas de ámbar. Los trabajos comenzaron en 1979 y se utilizaron como modelo viejos dibujos y fotografías en blanco y negro. El conjunto está compuesto por un total de medio millón de piezas de ámbar.
Nueva teoría sobre la localización de la mítica Sala de Ámbar

La última tentativa de dar con la Sala de Ámbar la llevó a cabo el año pasado el cazatesoros, Heinz-Peter Haustein, en una antigua mina de cobre en Deutschneudorf (este de Alemania). Él es alcalde de ésa pequeña localidad. Pero tuvo que abandonar las excavaciones por falta de recursos. Haustein, no obstante, está convencido de que los restos del misterioso aposento yacen precisamente allí bajo el suelo, junto con otros tesoros escondidos por los nazis.
Ahora, más de un año después, la controversia está servida, el historiador berlinés Günter Wermusch sostiene que la Cámara de Ámbar, considerada la “Octava Maravilla del Mundo” podría estar en la península de Wustrow, en Mecklemburgo-Antepomerania (noreste de Alemania). Así lo asegura en declaraciones al diario Ostsee-Zeitung. Se basa en sus propios cálculos en investigaciones.
La Sala de Ámbar desapareció sin dejar rastro hace 64 años. El nombre de la fastuosa estancia real se debe a que sus paredes estaban recubiertas de ámbar, resina fósil del color de la miel. Fue un regalo que le hizo el rey de Prusia, Federico Guillermo I al zar Pedro I el Grande en 1.716. A Rusia llegaron los paneles de ámbar listos para ser montados. En 1.755, la zarina Catalina II ordenó instalar la espectacular habitación en su palacio y, en 1757, añadió a la estancia cuatro mosaicos traídos de Florencia.
La zarina encargó dirigir los trabajos al maestro italiano Rastrelli, arquitecto del Palacio de Invierno (Ermitage). Entre el mobiliario de la sala había una cómoda realizada por ebanistas berlineses en 1.711. Ese mueble y uno de los cuatro mosaicos, el denominado “Los sentidos del tacto y del olfato”, son las dos únicas piezas originales que se han recuperado. La habitación real fue saqueada por soldados de la Wehrmacht en 1.941 y llevada a un castillo de Königsberg, (actual territorio ruso de Kaliningrado). Desde allí, en 1945, fue trasladada a un lugar desconocido, aunque existe la hipótesis de que todo ardiese en el incendio que acabó con el castillo.








 


Literatura: 

 

Un grupo de expertos en antigüedades se dedica al tráfico de arte y utiliza un convento para ocultar las piezas robadas hasta que llegan al comprador. Los miembros del grupo representan a cada una de las piezas del ajedrez, en el que el Rey (el miembro de más edad del grupo) es quien dirige todas las operaciones y el peón, (la protagonista) quien ejecuta las órdenes. La mayor operación a la que se enfrentan en buscar El Salón de Ámbar.