lunes, 10 de junio de 2013

Me tienes en tus manos, Jaime Sabines



Me tienes en tus manos
y me lees lo mismo que un libro.
Sabes lo que yo ignoro
y me dices las cosas que no me digo.
Me aprendo en ti más que en mi mismo.
Eres como un milagro de todas horas,
como un dolor sin sitio.
Si no fueras mujer fueras mi amigo.
A veces quiero hablarte de mujeres
que a un lado tuyo persigo.
Eres como el perdón
y yo soy como tu hijo.
¿Qué buenos ojos tienes cuando estás conmigo?
¡Qué distante te haces y qué ausente
cuando a la soledad te sacrifico!
Dulce como tu nombre, como un higo,
me esperas en tu amor hasta que arribo.
Tú eres como mi casa,
eres como mi muerte, amor mío.






¡Qué curioso: tu cerebro es un pequeño 'pervertido'!

  • Nuestra mente aprende a predecir, pero la experiencia puede conducir a errores.
  • Con imágenes del cuerpo humano, es más natural completar con piel desnuda que con ropa.
 
 
Para conseguir que la imagen de arriba cambie por completo basta con tapar los espacios adecuados. Nuestro cerebro tiende a completar los huecos en función de su experiencia, y en el caso del cuerpo humano se inclina casi siempre por el desnudo.
Esta ilusión óptica es uno de los muchos ejemplos recogidos por el neurocientífico Richard Wiseman en su blog para explicar la tendencia de nuestro cerebro a ver desnudos o imágenes eróticas en las más pintorescas situaciones.  En realidad, explica Kyle Hill en la web de la Fundación James Randi, el ojo no ve casi nada, apenas un punto fijo que va saltando de un lado a otro hasta reconstruir una imagen completa en función de su experiencia. Y es ahí donde puede inducirnos al error.
 
 
 
 
En esta imagen del actor Daniel Craig saliendo del agua, por ejemplo, basta rellenar la zona vestida con algunas burbujas de color colocadas en los lugares adecuados. En función de las formas, colores y líneas que tu cerebro ha encontrado en su experiencia diaria, realiza una predicción y rellena las áreas que no puedes ver.  En general, en estas imágenes donde abunda más la piel desnuda al cerebro le resultan más familiares las partes desnudas que la ropa, de modo que te induce a creer que el personaje no lleva nada encima.
El truco se ha usado innumerables veces, pero lo más llamativo es que da igual que sepas por qué se produce: una y otra vez tu cerebro vuelve a interpretar las líneas y formas a su modo y a hacerte creer que debajo de las burbujas de color está el cuerpo desnudo del protagonista.
 
 
Fuente.
 http://noticias.lainformacion.com


Perfecto es incompleto, Antonio Orozco

Los primeros besos siempre llegan,
En mitad de una frase.
Las canciones quedan incompletas,
Si no escuchas primero.
Incompleto me siento cada día que,
No paso contigo,
Incompleto y sin vida, incompleto.

La distancia no se cuenta en días,
Ni el amor con mentiras.
Las verdades cuestan media vida,
Y mi vida un te quiero.
Incompletos quedan los recuerdos que,
Me llevan contigo,
Me llenan de vida,
Incompleto, incompleto,

Sin ti, sin tu voz,
Sin elegir, incompleto aprendí,
A no buscar, a imaginar,
Perfecto es incompleto,
Perfecto es incompleto.

Los rumores, son medias noticias,
Las noticias son rimas.
Las del día. Lo hacen con dinero,
Las de ayer con sería.
Incompleto me siento cada día que,
Me venden mentiras,
Me llenan de ira,
Incompleto, incompleto,

Sin ti, sin tu voz,
Sin elegir, incompleto aprendí,
A no buscar, a imaginar,
Incompleto sin ti,
Sin ti, sin tu voz,
Sin elegir, incompleto aprendí,
A no buscar, a imaginar,
Perfecto es incompleto,
Completo es imperfecto.

En la orilla del aire, Jaime Sabines




En la orilla del aire
(¿qué decir, qué hacer?)
hay todavía una mujer.

En el monte, extendida
sobre la yerba,
si buscamos bien:
una mujer.

Bajo el agua, en el agua,
abre, enciende los ojos,
mírala bien.

Algas, ramas de peces,
ojo de náufragos,
flautas de té,
le cantan, la miran bien.

En las minas, perdida,
delgada, sombra también,
raíces de plata obscura
le dan de beber.

A tu espalda, en donde estés,
si vuelves rápido a ver
la ves.

En el aire hay siempre oculta
como una hoja en un árbol,
una mujer.