domingo, 17 de enero de 2016

Hice llorar hasta a los ángeles, Alejandro Sanz

Como la lluvia, como la brisa
Sencillo como una sonrisa
Como la tierra donde naciste
Como la búsqueda de amor

Como la eternidad del beso
Como el calor de un abrazo viejo
Como la tarde que te perdiste
Y encontraste el corazón

Es como el pacto con Dios
Vida…

Como el silencio del mar adentro
Como el jaleo de lo inconexo
Como el murmullo de aquella orilla
Como el planeta y su emoción

Quiero ser parte del universo
Ya mi esperanza no tiene miedo
Frente al destino tengo tu voz
Ya no pongo condición

Es que no te quiero perder
Yo hice llorar hasta a los ángeles amor
Sé que no es fácil el perdón
Pero si buscas en mis ojos
En lo más profundo
Sólo verás el reflejo de tu rostro
Y es que no te quiero perder
Seremos lo que quieras
No hay limitación
El horizonte es un balcón
El más allá no queda lejos
Y lo nuestro puede estar mejor

Yo pongo el alma con esmero
Morirme vivo es lo que quiero
Hice llorar hasta a los ángeles
Que me lo perdone Dios

Vale la pena que lo intentemos
Es una prueba no tengas miedo
Que se haga corto cualquier adiós
Que la noche dure amor, amor, amor...




Sembrar y crecer, Clarissa Pinkola Estes





En nuestra vida, aún cuando un episodio resulte en una caída fuerte o una quemadura seria, siempre hay otro episodio esperándonos, y luego otro. Siempre hay más oportunidades de hacerlo bien, de labrar nuestra vida del modo en que merecemos tenerla. No pierdas tu tiempo odiando un fracaso. El fracaso es mejor maestro que el éxito. Escucha, aprende, sigue adelante.


La mejor tierra para sembrar y hacer crecer algo nuevo otra vez está en el fondo. En ese sentido, tocar fondo, aunque extremadamente doloroso, es también el terreno de siembra.


Se nos ha enseñado que a la muerte siempre le sigue más muerte. Simplemente no es así. La muerte siempre está en proceso de incubar nueva vida, aún cuando nuestra existencia haya sido cortada hasta los huesos.