domingo, 21 de abril de 2013

Las caricias, Manuel Altolaguirre





¡Qué música del tacto
las caricias contigo!
¡Qué acordes tan profundos!
¡Qué escalas de ternuras,
de durezas, de goces!
Nuestro amor silencioso
y oscuro nos eleva
a las eternas noches
que separan altísimas
los astros más distantes.
¡Qué música del tacto
las caricias contigo!



La canción que necesito, Ricardo Montaner


Cuando estas lejos de mi
la canción que necesito
suena a historia triste
a melancolía
y a caricias que no di jamas

y cuando estas cerca de mi
la canción que necesito
suena a amor bonito
a pasion sorpresa
a regalo que aun no abrí

Adonde vas sin mí
adonde vas sin mí
adonde va tu amor
tu corazón
y tu promesa
adonde, va

Si ahora es cierto que te vas
la canción que necesito
me hara ahogar de pena
suena a amor solito
que se muere despacito

Adonde vas sin mí
adonde vas sin mí
adonde va tu amor
tu corazón
y tu promesa

Voy a buscar una cancion que le haga daño a mi dolor
que me haga mal
que me corte hasta sangrar

Adonde vas sin mí
adonde vas sin mí
adonde va tu corazón
adonde va tu corazón
sin mí



Siento que me estoy alejando, fragmento, Gioconda Belli



Siento que me voy alejando, que voy saliéndome poco a poco de esta realidad de las mañanas y las tardes y voy entrando a un mundo que estoy construyéndome con mis deseos y mis ansiedades y todas las cosas reprimidas que empiezan a querer salírseme y que me empujan, casi sin darme cuenta, en la incertidumbre, allí donde deberé quedarme sola, donde me da miedo ir porque sé que tendré que asumir toda la responsabilidad del haberme dado cuenta, del saber que no todo es aire y agua y pan y leche y que hay algo más que nos rodea, que está en la atmósfera, que nos persigue y espera para envolvernos en esa belleza dolorosa que quisiéramos compartir y acercarla a los demás pero, al contrario, nos aleja, nos hace sentirnos irreales, diferentes, como que acabáramos de nacer a un mundo que no conocimos hasta entonces o como que hubiésemos llegado de la estrella más cercana o de la más lejana y estamos abiertos totalmente a las hojas, al ruido, sintiendo derramarse la vida, sintiendo que nos acercamos a esa, la verdadera realidad, aunque todos crean lo contrario y nosotros no podamos explicárselos.



Teoría del átomo según Cantinflas...


De acuerdo a una leyenda con la que él está de acuerdo, el joven Mario Moreno, intimidado por el pánico escénico, una vez en la carpa Ofelia olvidó su monólogo original. Comenzó a decir lo primero que le viene a la mente en una completa emancipación de palabras y frases y lo que sale es una brillante incoherencia. Los asistentes lo atacan con la sintaxis y él se da cuenta: el destino ha puesto en sus manos la característica distintiva, el estilo que es la manipulación del caos. Semanas después, se inventa el nombre que marcará la invención. Alguien, molesto por las frases sin sentido grita: «Cuánto inflas» o «en la cantina inflas», la contracción se crea y se convierte en la prueba del bautismo que el personaje necesita.
Carlos Monsiváis