domingo, 16 de junio de 2013

Pomea XIII, Pablo Neruda




 
He ido marcando con cruces de fuego
el atlas blanco de tu cuerpo.
Mi boca era una araña que cruzaba escondiéndose.
En ti, detrás de ti, temerosa, sedienta.

Historias que contarte a la orilla del crepúsculo,
muñeca triste y dulce, para que no estuvieras triste.
Un cisne, un árbol, algo lejano y alegre.
El tiempo de las uvas, el tiempo maduro y frutal.

Yo que viví en un puerto desde donde te amaba.
La soledad cruzada de sueño y de silencio.
Acorralado entre el mar y la tristeza.
Callado, delirante, entre dos gondoleros inmóviles.

Entre los labios y la voz, algo se va muriendo.
Algo con alas de pájaro, algo de angustia y de olvido.
Así como las redes no retienen el agua.
Muñeca mía, apenas quedan gotas temblando.
Sin embargo, algo canta entre estas palabras fugaces.

Algo canta, algo sube hasta mi ávida boca.
Oh poder celebrarte con todas la palabras de alegría.
Cantar, arder, huir, como un campanario en las manos de un loco.
Triste ternura mía, qué te haces de repente ?
Cuando he llegado al vértice más atrevido y frío
mi corazón se cierra como una flor nocturna.



El Rey Ciclotímico (Recuerdos para Demián), Jorge Bucay



Cuando comencé a hablar, me di cuenta de mi aceleramiento. Estaba eufórico.

A medida que le contaba a Jorge, me daba cuenta de cuántas cosas había hecho durante la semana.

Como otras veces, me sentía un Supermán triunfal, un enamorado de la vida. Le contaba al gordo mis planes para los próximos días. 
Tenía tanta fuerza, tanta energía...

El gordo se sonrió alegre y acompañante.

Como siempre, me pareció que ese tipo me acompañaba en mis estados de ánimo, cualesquiera que fueran. Compartir esta alegría con Jorge era una razón más para estar alegre. Todo me salía bien. Seguí planeando cosas. No me alcanzarían dos vidas para hacer lo que estaba dispuesto a empezar.

—¿Te cuento un cuento? –dijo.

Con esfuerzo, reconozco, me callé.



Había una vez un rey muy poderoso que reinaba un país muy lejano. Era un buen rey. Pero el monarca tenía un problema: era un rey con dos personalidades.

Había días en que se levantaba exultante, eufórico, feliz.

Ya desde la mañana, esos días aparecían como maravillosos. Los jardines de su palacio le parecían más bellos.

Sus sirvientes, por algún extraño fenómeno, eran amables y eficientes esas mañanas.

En el desayuno confirmaba que se fabricaban en su reino las mejores harinas y se cosechaban los mejores frutos.

Esos eran días en que el rey rebajaba los impuestos, repartía riquezas, concedía favores y legislaba por la paz y por el bienestar de los ancianos. Durante esos días, el rey accedía a todos los pedidos de sus súbditos y amigos.

Sin embargo, había también otros días.

Eran días negros.

Desde la mañana se daba cuenta de que hubiera preferido dormir un rato más. Pero cuando lo notaba ya era tarde y el sueño lo había abandonado.

Por mucho esfuerzo que hacía, no podía comprender por qué sus sirvientes estaban de tan mal humor y ni siquiera lo atendían bien. El sol le molestaba aun más que las lluvias. La comida estaba tibia y el café demasiado frío. La idea de recibir gente en su despacho le aumentaba su dolor de cabeza.

Durante esos días, el rey pensaba en los compromisos contraídos en otros tiemposy se asustaba pensando en cómo cumplirlos. Esos eran los días en que el rey aumentaba los impuestos, incautaba tierras, apresaba opositores...

Temeroso del futuro y del presente, perseguido por los errores del pasado, en esos días legislaba contra su pueblo y su palabra más usada era NO.

Consciente de los problemas que estos cambios de humor le ocasionaban, el rey llamó a todos los sabios, magos y asesores de su reino a una reunión.

—Señores –les dijo— todos ustedes saben acerca de mis variaciones de ánimo. Todos se ha n beneficiado de mis euforias y han padecido mis enojos. Pero el que más padece soy yo mismo, que cada día estoy deshaciendo lo que hice en otro tiempo, cuando veía las cosas de otra manera.

Necesito de ustedes, señores, que trabajéis juntos para conseguir el remedio, sea brebaje o conjuro que me impida ser tan absurdamente optimista como para no ver los hechos y tan ridículamente pesimista como para oprimir y dañar a los que quiero. Los sabios aceptaron el reto y durante semanas trabajaron en el problema del rey.

Sin embargo todas las alquimias, todos los hechizos y todas las hierbas no consiguieron encontrar la respuesta al asunto planteado.

Entonces se presenta ron ante el rey y le contaron su fracaso.

Esa noche el rey lloró.

A la mañana siguiente, un extraño visitante le pidió audiencia.



Era un misterioso hombre de tez oscura y raída túnica que alguna vez había sido blanca.

—Majestad –dijo el hombre con una reverencia—, del lugar de donde vengo se habla de tus males y de tu dolor. He venido a traerte el remedio.

Y bajando la cabeza, acercó al rey una cajita de cuero.

El rey, entre sorprendido y esperanzado, la abrió y buscó dentro de la caja. Lo único que había era un anillo plateado.

—Gracias –dijo el rey entusiasmado— ¿es un anillo mágico?

—Por cierto lo es –respondió el viajero—, pero su magia no actúa sólo por llevarlo en tu dedo...

Todas las mañanas, apenas te levantes, deberás leer la inscripción que tiene el anillo. Y recordar esas palabras cada vez que veas el anillo en tu dedo.

El rey tomó el anillo y leyó en voz alta:



Debes saber que ESTO también pasará

10 Películas malditas

 
La historia les ha dado su puesto, no solo como clásicos de su género o películas emblemáticas de su tiempo, sino también por las consecuencias nefastas que estas han traído a su casting y equipo de trabajo.
Aquí te presentamos 10 de las películas cuyas maldiciones han trascendido en el tiempo, sin tener, hasta ahora, mayor explicación.


1. El exorcista (1973)
Una de las películas de terror más populares de la historia tiene una gran lista de horrores consigo. La consecuencia más dramática de la supuesta maldición fue la cadena de fallecimientos que se produjeron entre el equipo técnico y artístico del filme.
Según las versiones, entre cuatro y nueve personas perecieron durante el rodaje. Dos de ellos fueron actores: Jack MacGowran y Vasiliki Maliaros.

Además de esto, varios decorados se incendiaron y algunos testimonios afirman que Linda Blair (la niña poseída) pronosticó la muerte de un miembro del equipo técnico en una línea de diálogo.

2. La trilogía de Poltergeist (1982-86-88)
Es quizá el caso más conocido de una película maldita. El “maleficio” que acompañó al primer filme de la saga se extendió a toda la trilogía. Según se cuenta, la mala suerte arrancó después de que se utilizaron restos humanos verdaderos para algunas de las escenas de la primera parte.
Así, entre el primer y el tercer filme, cuatro miembros del reparto murieron. Dominique Dunne, que interpretaba a la hermana mayor de Dana, fue asesinada por su novio a la edad de 22 años. Julian Beck, que interpretaba a Kane en la segunda parte, murió de cáncer de estómago a los 60 años.

Will Sampson, el médico indio del segundo filme, falleció por culpa de problemas post-operatorios a los 53 años. Y Heather O’Rourke murió de choque séptico a los 12 años.


3. El Cuervo (1994)
Muere el actor Brandon Lee (hijo de Bruce Lee). Perdió la vida durante el rodaje tras ser tiroteado en una escena. En lugar de recibir una bala de salva, una bala real perforó su cuerpo y lo mató al instante.
Los encargados de la cinta pensaron en abandonar el proyecto, pero finalmente siguieron adelante utilizando un doble, escenas oscuras y retoques por computadora.

La película se presentó como un homenaje a Lee y al final colocaron una dedicatoria: “para Brandon y Elisa”.

4. Juego con la muerte (1978)
Bruce Lee sigue siendo hasta el día de hoy el ícono de las artes marciales en el cine. Y es quizás su misteriosa muerte la que ha seguido alimentando y haciendo crecer el mito.
Mientras filmaba El Juego con la muerte, supuestamente el actor chino sufría de un dolor de cabeza y una amiga le dio un analgésico. Se tendió sobre la cama y nunca más despertó, llevándose consigo las verdaderas razones de su muerte, que algunos atribuyen a un aneurisma o a una reacción alérgica. Así, la cinta fue terminada de rodar con imágenes de archivo y algunos dobles.

Esta película fue arreglada en 1978 y uno de sus actores, Gig Young, fue encontrado muerto junto a su esposa en su domicilio, poco meses después. El informe policial decía que Young mató a su mujer y luego se disparo a si mismo.


5. Rebelde sin Causa (1955)
La mítica película protagonizada por James Dean dejó su propio legado de tragedias. Tres de los protagonistas de la película murieron en extrañas circunstancias antes de cumplir los cuarenta años.
Para empezar, poco después del rodaje, Dean perdió la vida en un accidente de auto horas después de ser multado por exceso de velocidad. Luego, Natalie Wood falleció ahogada bajo extrañas circunstancias (la muerte fue considerada oficialmente un accidente, pero varias teorías apuntan al asesinato o al suicidio).

Además, el también integrante del reparto, Sal Mineo, murió apuñalado por un ladrón a la salida de su apartamento en Hollywood. Por último, Mick Adams, que interpretaba a Chick en la película, falleció a los 37 años víctima de una sobredosis.


6. XXX (2002)
Harry L. O'Connor, el doble de riesgo de Vin Diesel, estaba filmando una peligrosa escena sobre un puente y se estrelló sobre el mismo a gran velocidad, perdiendo la vida casi instantáneamente.
El director de la película Rob Cohen decidió introducir toda la secuencia hasta los momentos finales donde el doble muere.

O'Connor había realizado antes una toma que había salido bien, pero el propio intérprete no quedó conforme y pidió repetirla.


7. Apocalypse Now (1979)
Muchos echan la culpa del desastre al director Francis Ford Coppola, que decidió irse a rodar a Filipinas durante la época de los monzones (vientos estacionales), lo que provocó la destrucción de varios decorados.
Por su parte, Marlon Brando apareció con un rotundo caso de sobrepeso y se negaba a aprenderse sus diálogos. Además, Martin Sheen, que bordeaba el alcoholismo por aquella época, sufrió un infarto, y su recuperación paralizó la producción por varias semanas.

El rodaje de la película se detuvo en varias ocasiones, debido a que Coppola no encontraba el final idóneo. Se comenta que el director –quien además perdió 45 durante los meses de rodaje- estuvo a punto de suicidarse en varias ocasiones.


8. El Conquistador de Mongolia (1956)
De las 220 personas que trabajaron en esta película, 91 contrajeron cáncer a principios de los 80 y 46 murieron por esta causa, incluyendo las estrellas John Wayne, Susan Hayward, Agnes Moorehead, y director Dick Powell.
Los expertos dicen que bajo circunstancias ordinarias solamente 30 personas podrían haber desarrollado la enfermedad. ¿La causa? Nadie puede decirla, pero muchos lo atribuyen al polvo radiactivo que emitían las pruebas de la bomba atómica en Nevada.

9. La Dimensión Desconocida (1983)
Fallece el actor Vic Morrow y los pequeños intérpretes Myca Dinh Le y Renee Shin-Yi Chen de siete y seis años de edad, respectivamente.
Durante la filmación de una secuencia, Morrow y los niños fueron víctimas de un accidente con un helicóptero que se utilizaba en la escena.

La nave volaba a una altitud de sólo ocho metros y las explosiones de pirotecnia utilizada afectaron la cola de la máquina que se salió de control y se estrelló, decapitando a Morrow y Le, mientras Chen murió aplastada. Los que se encontraban en el interior del helicóptero sobrevivieron.

10. Top Gun (1986)
El piloto acróbata Art Scholl, de 53 años, fue contratado para realizar una de las principales escenas de la película.
Él debía realizar una acrobacia bastante complicada llamada "flat spin". Todo iba bien hasta que ocurrió un problema que el mismo piloto reportó segundos antes de caer en el Océano Pacífico, en la costa de California, el 16 de septiembre de 1985.

Ni el cuerpo de Scholl ni el avión fueron recuperados.
 
 
Fuente:
http://www.culturizando.com 
 
 
 
 

¿Por qué los orientales tienen los ojos rasgados?





Esta distinción facial propia de los orientales obedece a una necesidad adaptativa para proteger el sistema visual del exceso de luz y de los fuertes destellos - por ejemplo del hielo y de la arena del desierto- que pueden dañar estructuras tan delicadas como la retina. Es por ello que la abertura entre párpado superior y el inferior se hace más estrecha. Popularmente se piensa que el ojo achinado o mongólico, como es conocido, se debe a que el globo ocular posee forma de almendra, algo que es totalmente falso. La fisonomía del ojo mongoloide viene en realidad determinada, además de por la estructura ósea facial, por lo que los antropólogos llaman la brida mongoloide y el repliegue palpebral superior. Este último, que se monta en el párpado superior, está constituido en su parte interna por una bolsita de grasa que hace que el párpado aparezca hinchado y las pestañas más cortas, aunque la longitud de éstas es idéntica a la de las otras razas. La brida mongoloide acentúa aún más la anatomía rasgada del ojo. Se trata de una doblez cutánea que prolonga hacia dentro el repliegue palpebral para cubrir la carúncula lacrimal -pequeña prominencia en el lado interior del ojo-, y desaparece confundiéndose con la piel del rostro.

Fuente:
http://www.curiosidadesdelaciencia.com


 

Un trozo de historia: Al alba, Luis Eduardo Aute




Pocas canciones van tan asociadas a un hecho histórico como esta: En septiembre de 1975 se ejecutan las últimas penas de muerte en España. Fusilan a cinco terroristas. El propio Aute declaró ” la escribí los días previos a los fusilamientos y con mucha urgencia. Debe haber sido una de las canciones que más rápidamente me surgieron, pero quería que la gente la cantara. La verdad es que no tuve que pensar mucho, salió del dolor”. Sin embargo al oírla choca que la letra hable de amor, Aute lo aclara: “Quería que pasara rápido la censura. Por eso la estructuré como una canción de amor, de despedida para siempre y como un alegato a la muerte”. En aquellos años se enviaba a los censores muchas canciones que se sabía que no serían aceptadas, muy explicitas, y las que realmente querían que pasasen se maquillaban con aparentemente otra historia y así aprobaban las que él quería: “Fue una treta que utilizábamos muchos para que se salvaran algunas letras”. Aunque durante un tiempo existió el mito de que esta letra está basada en una carta que Aute recibió por parte de la novia de un condenado a muerte. Como sucede muchas veces en los inicios de la carrera de Aute, conocimos la canción en la voz de otro artista, en esta ocasión fue Rosa León; que la hizo éxito en Diciembre del 75. El autor no la grabó hasta el año 1978.




Si te dijera, amor mío,
que temo a la madrugada,
no sé qué estrellas son éstas
que hieren como amenazas
ni sé qué sangra la luna
al filo de su guadaña.

Presiento que tras la noche
vendrá la noche más larga,
quiero que no me abandones,
amor mío, al alba,
al alba, al alba.

Los hijos que no tuvimos
se esconden en las cloacas,
comen las últimas flores,
parece que adivinaran
que el día que se avecina
viene con hambre atrasada.

Miles de buitres callados
van extendiendo sus alas,
no te destroza, amor mío,
esta silenciosa danza,
maldito baile de muertos,
pólvora de la mañana.

Al alba, Al alba