domingo, 21 de octubre de 2012

L`Hymne a l`amour, Edith Piaf

El cielo azul sobre nosotros puede colapsar
Y la tierra bien puede abrirse
Poco me importa si me amas 
Paso del mundo entero
Siempre que el amor inunde mis mañanas
Siempre que mi cuerpo tiemble bajo tus caricias
Poco me importan los problemas
Amor mio porque me amas

Yo iría hasta el fin del mundo
Yo me teñiria de rubio
Si tu me lo pidieras
Yo bajaría la luna
Me gustaría robar la fortuna
Si tu me lo pidieras

Renegaría de patria
Regaría de mis amigos
Si tu me lo pidieras
Puede que se rían de mí
Yo haría cualquier cosa
Si tu me lo pidieras

Si un día la vida te separa de mí
Si te mueres que sea lejos de mí
Poco me importa si me amas
Así pues, yo moriría también
Tendremos toda la eternidad para nosotros
En el azul de la inmensidad
En el cielo no hay más problemas
Mi amor creeme que así nos amamos
Dios junta a los que se aman

La distancia, Roberto Carlos

Nunca mas oíste tú
hablar de mí
en cambio yo seguí
pensando en ti
en toda esta nostalgia
que quedó
tanto tiempo ya pasó
y nunca te olvidé
Cuántas veces
yo pensé volver
y decirte de mi amor
nada cambió
pero mi silencio
fue mayor
y en la distancia
muero día a día
sin saberlo tú
El resto de ese
nuestro amor quedó
muy lejos olvidado para ti
viviendo en el pasado
aún estoy
aunque todo ya cambió
sé que no te olvidaré

Vivir despeinada, Mafalda

Hoy he aprendido que hay que dejar que la vida te despeine, por eso he decidido disfrutar la vida con mayor intensidad…

El mundo está loco. ¡Definitivamente loco!
Lo rico, engorda.  Lo lindo sale caro. 
El sol que ilumina tu rostro arruga.

Y lo realmente bueno de esta vida, despeina…
- Hacer  el amor, despeina.
- Reírte a carcajadas, despeina.
- Viajar,  volar, correr,  meterte  en el mar, despeina.
- Quitarte la ropa, despeina.
- Besar a la persona que amas, despeina.
- Jugar, despeina.
- Cantar hasta que te quedes sin aire, despeina.
- Bailar  hasta que  dudes  si fue buena idea ponerte tacones altos esa noche, te deja el pelo irreconocible…

Así que como siempre cada vez que nos veamos yo voy a estar con  el cabello despeinado… 
Sin embargo, no tengas duda de que estaré pasando por el momento más feliz de mi vida.
Es ley  de vida: siempre va a estar más despeinada la mujer que elija ir en el primer carrito de la montaña rusa, que la que elija no subirse.
Puede ser que me sienta tentada a ser una mujer impecable, peinada y planchadita  por  dentro  y por fuera.

El aviso clasificado de este mundo exige buena presencia: péinate, ponte, sácate, cómprate, corre, adelgaza, come  sano, camina derechita, ponte seria…   y quizá debería seguir las instrucciones ... pero ¿Cuándo me van a dar la orden de ser feliz?. Acaso no se dan cuenta que para lucir linda, me debo de sentir linda… ¡La persona más linda que puedo ser!. Lo único que realmente importa es que al mirarme al espejo, vea a la mujer que debo ser.

Por eso mi recomendación a todas las mujeres: 
Haz el amor, UNA Y MIL veces haz el amor, entrégate, come rico, besa, abraza, baila, enamórate, relájate, viaja, salta, acuéstate tarde, levántate temprano, corre, vuela, canta, ponte linda, ponte cómoda, admira el paisaje, disfruta,  y sobre  todo, deja  que la vida te despeine.

Lo peor que puede pasarte es que, sonriendo frente al espejo, te tengas que volver a peinar.









           Mafalda


Nada es lo que parece...René Magritte, !!!!

René François Ghislain Magritte nacio un 21 de noviembre de1890 quien fue un pintor surrealista belga.
René Magritte dotó al surrealismo de una carga conceptual basada en el juego de imágenes ambiguas y su significado denotado a través de palabras poniendo en cuestión la relación entre un objeto pintado y el real. 
 
Conocido por sus ingeniosas y provocativas imágenes, pretendía con su trabajo cambiar la percepción precondicionada de la realidad y forzar al observador a hacerse hipersensitivo a su entorno.

Nada es lo que parece en su obra. Pintó una pipa y bajo ella escribió: «Esto no es una pipa». Años más tarde volvió a pintar otra con la inscripción: «Esto sigue sin ser una pipa». René Magritte creó un universo fantástico donde conviven hombres con bombín, manzanas con antifaz, aves que se transforman en hojas... Logró que fuera noche y día al mismo tiempo y dio forma de pájaros y mujeres al cielo, ese magnético cielo Magritte de un azul intenso, cubierto de nubes, que se ha convertido en su seña de identidad, pero que ayer no lucía en Bruselas.

Su original y personalísimo mundo está plagado de imágenes tan bellas y sugerentes como extrañas. A René Magritte, el hombre del bombín, le gustaban las adivinanzas que no se podían resolver, los misterios inexplicables. «No hay respuestas en mis pinturas -decía-, sólo preguntas». Tanto él como su obra son un enigma. Para tratar de resolverlo, aunque se fracase en el intento, lo mejor será visitar el nuevo Museo Magritte, que el 2 de junio abrio sus puertas en un rehabilitado edificio del siglo XVIII, el palacio Altenloh, en pleno corazón de Bruselas. Se ha concebido a semejanza de los museos dedicados a Van Gogh y Klee en Amsterdam y Berna, respectivamente.

Comenzó sus lecciones de dibujo en 1910. El 12 de Marzo de 1912 su madre se suicidó ahogándose en el río Sambre. Éste no fue su primer intento, ella lo había intentado por años, obligando a su esposo Léopold a encerrala en su dormitorio. Un día ella escapó y estuvo perdida por días. Más tarde fue descubierta, muerta, río abajo. De acuerdo a la leyenda, Magritte, que entonces tenía 13 años, estaba presente cuando el cuerpo fue recuperado del agua, pero recientes investigaciones han desacreditado esa historia. La imagen de su madre flotando, su vestido obscureciendo su cara, puede haber influenciado una serie de pinturas de 1927 a 1928, incluyendo Les Amants, pero a Magritte le disgustaba esta explicación.

Tras el suicidio de su madre en 1912 se trasladó a Charleroi, donde estudió el bachillerato y se entusiasmó con las películas de Fantomas. Cursó estudios en la Academia de Bellas Artes de Bruselas. Expone por primera vez en el Centro de Arte de Bruselas en 1920 junto a Pierre-Louis Flouquet, con quien comparte un estudio.

1922 se casa con Georgette Berger, una amiga de su juventud, quien le sirve de modelo.Ve reproducción de La canción de amor de De Chirico, que le impresiona profundamente, y a partir de 1926 se independiza de las influencias anteriores y basa su estilo en el de De Chirico.
En obras como La túnica de la aventura (1926) expresa su sentido del misterio del mundo por medio de la irracional yuxtaposición de objetos en una atmósfera silenciosa.
En El asesino amenazado (1926), el espacio perspectivo deriva de De Chirico y de los decorados de los primeros melodramas cinematográficos. En este mismo año se une a otros músicos, escritores y artistas belgas, en un grupo informal comparable al de los surrealistas de París.

En 1927 se establece en las cercanías de París y participa, durante los tres años siguientes, en las actividades del grupo surrealista (sobre todo, se relaciona con Éluard, Breton, Arp, Miró y Dalí). Aporta al Surrealismo parisino un resurgimiento del ilusionismo. A diferencia de Dalí, Magritte no usa la pintura para expresar sus obsesiones privadas o sus fantasías, sino que se expresa con agudeza, ironía y un espíritu de debate.
En 1928 participa en la exposición surrealista en la galería Goemans de París.
En 1930 regresa a Bruselas huyendo del ambiente polémico parisino, y allí pasa tranquilo el resto de sus días.

A partir de 1926 el estilo de Magritte, también llamado "realismo mágico", cambia poco; entre 1928 y 1930 investiga las ambiguas relaciones entre palabras, imágenes y los objetos que éstas denotan. En La perfidia de las imágenes (1928-1929) retrata meticulosamente una pipa, y debajo, con igual precisión, pone la leyenda Ceci n'est pas une pipe, cuestionando la realidad pictórica. El espejo falso (1928) explora la misma idea: el ojo, como un falso espejo, reflejando las nubes blancas y el cielo azul pintados de forma realista; en este cuadro introduce el tema del paisaje ilusionista, interpretado en clave pictórica, alejado de toda intención naturalista. Magritte explora en toda su obra el problema del espacio real frente a la ilusión espacial, que es el trasunto de la pintura misma.
Hace muchas variaciones sobre este tema, quizá la más clara de todas sea Los paseos de Euclides (1955), donde muestra un caballete con un cuadro frente a una ventana, a través de la cual se ve un paisaje; la escena pintada corresponde exactamente al fragmento de paisaje sobre el que se sitúa el cuadro, llevando el problema de la pintura, como confrontación naturaleza-ilusión, a la cuarta dimensión.
A lo largo de los años cuarenta expone asiduamente en la galería Dietrich de Bruselas.
En los dos decenios sucesivos recibe numerosos encargos para la ejecución de pinturas murales en Bélgica.
Desde 1953 expone frecuentemente en la galería Alexander Iolas de Nueva York, París y Ginebra. Se organizan retrospectivas sobre su obra en 1954 en el Palacio de Bellas Artes de Bruselas, y en 1960 en el Museo de Arte Contemporáneo de Dallas y en el Museo de Bellas Artes de Houston.
Viaja por primera vez a Estados Unidos en 1965, con motivo de una retrospectiva que el Museo de Arte Moderno de Nueva York le dedica.
Durante el año siguiente viaja a Israel.


"Las formas básicas y los temas, sin embargo, continúan la fantasía del lugar común durante los años sesenta. Una escena urbana nocturna a la que se le superpone un cielo azul con nubes de atardecer flotando; carreras de jockeys en coches y por habitaciones; o una elegante amazona paseando por un bosque mientras es segmentada por los árboles. Pero el mundo de Magritte contiene siempre al misterioso hombre invisible con bombín y abrigo negro solo o en grupos, como en Golconda (1953), donde una multitud de ellos desciende sobre la ciudad" (Arnason).

Muere en Bruselas un 15 de agosto pocos días después de la inauguración de una importante muestra de su obra en el Museo Boymans Van Beuningen de Róterdam.



Con su museo, Magritte regresa a Bruselas, su ciudad más querida: estudió en su Academia de Bellas Artes, allí expuso en solitario por primera vez, se casó con Georgette, pasó sus últimos 37 años y murió en 1967.