martes, 27 de enero de 2015

No estés lejos de mi un sólo día, Pablo Neruda






No estés lejos de mí un sólo día, porque cómo,

porque, no sé decírtelo, es largo el día,
y te estaré esperando como en las estaciones
cuando en alguna parte se durmieron los trenes.
No te vayas por una hora porque entonces
en esa hora se juntan las gotas del desvelo
y tal vez todo el humo que anda buscando casa
venga a matar aún mi corazón perdido.

Ay que no se quebrante tu silueta en la arena,
ay que no vuelen tus párpados en la ausencia:
no te vayas por un minuto, bienamada,

porque en ese minuto te habrás ido tan lejos
que yo cruzaré toda la tierra preguntando
si volverás o si me dejarás muriendo.



Apiádate de mi, David bisbal

Me diste el corazón
pero no estaba yo
mientras soñabas cada noche
con mi piel
y me extrañabas tú
y me alejaba yo.

El tiempo así se fue
y tú esperándome
y se hizo tarde
porque nunca yo llegué,
y hoy te vengo a buscar
pero te has ido ya.

Y ahora que ya no estás
no sé aceptar lo que perdí
arranca este dolor
porque sin ti no se vivir
apiádate de mi
reclama ya el amor que no te di,
por favor vuelve a mi
porque me muero yo
sin tu amor.

Hoy no sé a dónde vas
y ahora te espero yo
solo me queda el gran silencio
de tu voz,
y ahora descubro que
yo siempre te adoré.

Y ahora que ya no estás
no se aceptar lo que perdí
arranca este dolor
porque sin ti no se vivir,
apiádate de mi
reclama ya el amor que no te di,
por favor vuelve a mi
porque me muero yo...

Dime tú donde te escondes
te suplico me perdones
yo te amaré
como no lo hice ayer.

Apiádate de mi
reclama ya el amor que no te di,
por favor vuelve a mi
porque me muero yo
sin tu amor...
sin tu amor...