martes, 29 de julio de 2014

El puzzle de Atapuerca

Vista parcial del nivel TD10.3 de Gran Dolina


Después de 35 años de excavaciones en Atapuerca, muchas de las piezas que componen el puzzle representado por el complejo de yacimientos de este lugar de Burgos comienzan a ponerse en su lugar. La datación de todos los yacimientos mediante métodos cada vez más precisos está siendo un elemento clave en el proceso. Si hace unos años caminábamos a ciegas y casi por la experiencia y la intuición de muchos años de oficio, ahora esas piezas se van ubicando en el rompecabezas con gran rapidez.

Según todos los indicios, la sierra de Atapuerca tuvo momentos de esplendor, con una intensa ocupación del territorio por parte de diversos grupos humanos. Estos momentos se prolongaron durante milenios y dejaron su huella tanto en las cavidades de la sierra como en centenares de yacimientos al aire libre. Otros momentos, quizá coincidiendo con los momentos más fríos de las glaciaciones del hemisferio norte, no fueron tan favorables para la vida de los humanos. Su ausencia de la sierra parece un hecho casi probado. Muchas especies de mamíferos resistieron las condiciones climáticas, pero los humanos debieron emigrar hacia zonas más bajas y cálidas de la península Ibérica.

Las recientes dataciones del yacimiento la Sima de los Huesos (aproximadamente 430.000 años), donde se han localizado varios miles de restos humanos, coinciden con un momento de esplendor de la sierra de Atapuerca. Ese momento está muy bien representado en otros yacimientos. Por ejemplo, el nivel TD10 del yacimiento de la cueva de la Gran Dolina tiene un gran espesor y tres momentos de ocupación humana, con instalación de campamentos de larga duración. El más antiguo (TD10.3) se excava en estos momentos y su datación, en torno a los 400.000-450.000 años, coincide con los resultados cronológicos obtenidos en el nivel de fósiles humanos de la Sima de los Huesos.

Vista general del yacimiento de Galería,
situado a 100 metros de distancia
del yacimiento de la Gran Dolina.
TD10.3 representa, además, un momento muy interesante para la evolución humana en Europa. Las herramientas que se encuentran en este lugar pueden catalogarse como pertenecientes al achelense (Modo 2), pero con elementos de transición hacia una tecnología más compleja (Modo 3).

La campaña de 2014 está destapando este nuevo campamento y los primeros hallazgos resultan espectaculares. Un yacimiento cercano (Galería), conectado a través de conductos cársticos a la cueva de Gran Dolina, proporcionaba la carne de animales despeñados en su interior a través de trampas naturales. Es posible que los propios humanos condujeran a los animales hacia la trampa mediante estrategias de acoso organizado.

La datación de varios niveles de Galería coinciden con los de TD10.3. Además, todo parece indicar que los habitantes de este campamento pudieron ser también los responsables de arrojar los cadáveres de sus finados en la Sima de los Huesos, por razones que difícilmente podremos llegar a conocer. La suma de evidencias de al menos tres yacimientos distintos nos está permitiendo saber sobre la vida y la muerte de nuestros ancestros del Pleistoceno Medio como nunca antes se había llegado a conocer.


Fuente:
http://reflexiones-de-un-primate.blogs.quo.es (José María Bermúdez de Castro)


Un tesoro, Luis Mateo Díez





Viajé a la pequeña ciudad donde nació mi mujer una tarde de febrero. 

Iba a cumplir una de esas últimas voluntades que uno asume con más conciencia del dolor y la memoria que de la necesidad de hacerlo, todavía contagiado por la emoción de aquella ausencia que el tiempo no lograba paliar.

Rosa quiso, y estoy seguro de que era una especie de capricho derivado de aquellas obsesiones finales que tanto la asediaban, que buscase una medalla en un preciso rincón del patio de la escuela donde habían transcurrido muchos recreos de su infancia.

Es curioso que alguien pueda detallar con tanta exactitud el lugar de un diminuto y trivial tesoro perteneciente a un pasado personal tan remoto, que en esos momentos tan graves de la enfermedad fatal sobrevenga el recuerdo de un suceso infantil que posiblemente no volvió a brotar nunca hasta ese instante.

Debajo de un ladrillo, en el sitio exacto, estaba la medalla enmohecida. Tembló en mis dedos mientras logré limpiarla y descubrir el rostro indeciso de una Virgen. 

-¿Qué haces...? -dijo alguien a mi espalda. Una niña coja con un cabás en la mano izquierda me miraba con gesto severo e indignado. 

-¿Por qué me la robas? – repitió.

Tendía la mano derecha con decisión y apenas sin reaccionar deposité en su palma la medalla. 

Desde entonces me he sentido despojado de la memoria de mi amor por Rosa y me voy convenciendo, con gran dolor, de que más allá de la desgracia de haberla perdido está la desesperación de presentir que nunca fue mía. 

La dueña del tesoro huyó por el patio y desde las aulas se escuchaba como un turbio rumor el canto de multiplicar.



Las cuatro y diez,Luis Eduardo Aute

Fue en ese cine, ¿te acuerdas?,
en una mañana al este de Edén,
James Dean tiraba piedras
a una casa blanca, entonces te besé.
Aquélla fue la primera vez,
tus labios parecían de papel,
y a la salida en la puerta
nos pidió un triste inspector nuestros carnets.
Luego volví a la academia
para no faltar a clase de francés,
tú me esperaste hora y media
en esta misma mesa, yo me retrasé.

¿Quieres helado de fresa
o prefieres que te pida ya el café?.
Cuéntame como te encuentras,
aunque sé que me responderás: muy bien.
Ten, esta foto es muy fea,
el más pequeño acababa de nacer.
Oiga, me trae la cuenta,
calla, que fui yo quien te invitó a comer.
No te demores, no sea
que no llegues a la hora al almacén;
llámame el día que puedas,
date prisa que ya son las cuatro y diez...