miércoles, 24 de abril de 2013

El túnel (fragmento), Ernesto Sábato


Fué una espera interminable. No sé cuanto tiempo pasó en los relojes, de ese tiempo anónimo y universal de los relojes, que es ajeno a nuestros sentimientos, a nuestros destinos, a la formación o al derrumbe de un amor, a la espera de una muerte. Pero de mi propio tiempo fué una cantidad inmensa y complicada, lleno de cosas y vueltas atrás, un río oscuro y tumultuoso a veces, y a veces extrañamente calmo y casi mar inmóvil y perpetuo donde María y yo estábamos frente a frente contemplándonos estáticamente, y otras veces volvía a ser río y nos arrastraba como en un sueño a tiempos de infancia y yo la veía correr desenfrenadamente en su caballo, con los cabellos al viento y los ojos alucinados, y yo me veía en mi pueblo del sur, en mi pieza de enfermo, con la cara pegada al vidrio de la ventana, mirando la nieve con ojos también alucinados. 

 Y era como si los dos hubiéramos estado viviendo en pasadizos o túneles paralelos, sin saber que íbamos el uno al lado del otro, como almas semejantes en tiempos semejantes, para encontrarnos al fin de esos pasadizos, delante de una escena pintada por mí como clave destinada a ella sola, como un secreto anuncio de que ya estaba yo allí y que los pasadizos se habían por fin unido y que la hora del encuentro había llegado.
¡La hora del encuentro había llegado! Pero ¿realmente los pasadizos se habían unido y nuestras almas se habían comunicado? ¡Qué estúpida ilusión mía había sido todo esto! No, los pasadizos seguían paralelos como antes, aunque ahora el muro que los separaba fuera como un muro de vidrio y yo pudiese verla a María como una figura silenciosa e intocable... No, ni siquiera ese muro era siempre así: a veces volvía a ser piedra negra y entonces yo no sabía qué pasaba del otro lado, qué era de ella en esos intervalos anónimos, qué extraños sucesos acontecían; y hasta pensaba que en esos momentos su rostro cambiaba y que una mueca de burla lo deformaba y que quizá había risas cruzadas con otro y que toda la historia de los pasadizos era una ridícula invención o creencia mía y que en todo caso había un solo túnel, oscuro y solitario: el mío, el túnel en que había transcurrido mi infancia, mi juventud, toda mi vida. Y en uno de esos trozos transparentes del muro de piedra yo había visto a esta muchacha y había creído ingenuamente que venía por otro túnel paralelo al mío, cuando en realidad pertenecía al ancho mundo, al mundo sin límites de los que no viven en túneles; y quizá se había acercado por curiosidad a una de mis extrañas ventanas y había entrevisto el espectáculo de mi insalvable soledad, o le había intrigado el lenguaje mudo, la clave de mi cuadro. Y entonces, mientras o avanzaba siempre por mi pasadizo, ella vivía afuera, esa vida curiosa y absurda en que hay bailes y fiestas y alegría y frivolidad. Y a veces sucedía que cuando yo pasaba frente a una de mis ventanas ella estaba esperándome muda y ansiosa (¿por qué esperándome? ¿y por qué muda y ansiosa?); pero a veces sucedía que ella no llegaba a tiempo o se olvidaba de este pobre ser encajonado, y entonces yo, con la cara apretada contra el muro de vidrio, la veía a lo lejos sonreír o bailar despreocupadamente o, lo que era peor, no la veía en absoluto y la imaginaba en lugares inaccesibles o torpes. Y entonces sentía que mi destino era infinitamente más solitario que lo que había imaginado.

Déjame llorar, Ricardo Montaner



Cuánto vacío hay en esta habitación
tanta pasión colgada en la pared
cuánta dulzura diluyéndose en el tiempo
tantos otoños contigo y sin ti
Millones de hojas
cayendo en tu cuerpo
otoños de llanto
goteando en tu piel
iluminada y eterna
enfurecida y tranquila
sobre una alfombra de hierba
ibas volando dormida.
Un imposible silencio
enmudeciendo mi vida
con una lágrima tuya 
y una lágrima mía.
Iluminada y eterna...
Con una estrella fugaz
te confundí la otra noche
y te pedí tres deseos
mientras duraba tu luz
déjame llorar.
Cuántas caricias perdidas en mi diván
cuánto reclamo a dios mismo que ya no estás
hago canciones de amor en tu memoria
y en todas vuelvo como siempre a la misma historia.
Millones de hojas...

Khajuraho: El arte del erotismo






El Grupo Khajuraho de Monumentos en Khajuraho (India), una ciudad en el estado indio de Madhya Pradesh, localizado en el Distrito Chhatarpur, aproximadamente 620 kilómetros (385 mi) el sudeste de Nueva Deli, es uno de los destinos turísticos más populares en India.
Khajuraho es el grupo más grande hindú medieval y templos Jain, famosos por su escultura erótica.
El grupo Khajuraho de monumentos ha sido catalogado como un Sitio de patrimonio mundial de la UNESCO, y como se considera, es una " de las siete maravillas " de India.
Estatuas y esculturas
Los templos Khajuraho no contienen el arte sexual o erótico dentro del templo o cerca de las deidades; sin embargo, algunas de las esculturas externas son arte erótico. También, algunos templos que tienen en sus paredes pequeñas esculturas eróticas sobre el exterior de la pared interior. Hay muchas interpretaciones de las tallas eróticas. Ellos retratan que, para ver la deidad, hay que dejar su deseos sexuales fuera del templo. Ellos también muestran que la divinidad, como las deidades de los templos, es pura , que no es afectado por deseos sexuales y otras características del cuerpo físico. Se ha sugerido que estos sugieren prácticas tantric sexuales. Mientras tanto, la esculturas exteriores y las estatuas de los templos representan a la gente, cuerpos humanos, y los cambios que ocurren en cuerpos humanos, así como verdades de la vida. Aproximadamente el 10 % de las esculturas temas sexuales; que no muestran deidades, ellos muestran actividades sexuales entre la gente.
El resto representa la vida diaria del indio común de esa epoca, cuando las esculturas fueron realizadas, y de varias actividades de otros seres. Por ejemplo, aquellas pinturas muestran a mujeres que ponen el maquillaje, músicos, alfareros, agricultores, y otra gente. Aquellas escenas mundanas son todo a distancia de las deidades de templo. Una idea falsa común es que, ya que las viejas estructuras con tallas en Khajuraho son templos, las tallas representan el sexo entre deidades.






 







Fuente:
 http://carmenlobo.blogcindario.com




¿Cuál es el origen del símbolo = (igual)?


En la antiguedad, para mostrar una igualdad, se expresaba con palabras “es igual a”.

Sobre los siglos XV y XVI, se empezaron a sustituir las igualdades por símbolos. Johann Widman y Francois Viete, empezaron a usar simbolos de igualdad en algunas ecuaciones.

El inglés Robert Recode (1510-1558), propuso en su libro de 1557, “The Whettstone of Witte”, un símbolo con el cuál sustituir la palabra y ahorrar tiempo y esfuerzo.

“Para evitar la tediosa repetición de estas palabras “es igual a”, yo dispongo, tal y como la uso en mis trabajos, un par de paralelas juntas, o dos lineas gemelas de una sola longitud, que son: = porque no hay dos cosas que puedan ser más iguales que estas.”
 
Este símbolo no apareció en las imprentas nuevamente hasta 1618, en un apéndice anónimo, y posteriormente en 1631 cuando fue utilizado por Thomas Harriot y William Oughtred.

Estatutos de Cajori, vol1, página 126
“Un manuscrito, guardado en la biblioteca de la Universidad de Bologna, contiene datos acerca del signo igual (=). Estos datos, me han sido comunicados por el profesor E. Bortolotti, y nos enseñan que el signo (=) de igualdad fue desarrollado en Bologna, independientemente de Robert Recode y quizás antes que él.”

El manuscrito se escribió probablemente entre 1550 y 1568, lo que deja un poco de incógnita referente al origen, aunque falta documentación para rebatirle a Robert Recode la autoría.

El símbolo (=) fue extendiéndose lentamente hasta que se estableció comunmente a partir del siglo XVIII.


Robert Recorde fue miembro de una respetable familia de Dinbych-y-Pysgod, Gales, entró en la universidad de Oxford cerca del 1525, y obtuvo trabajo en elAll Souls Collegeen 1531. Habiéndose dedicado a la medicina, fue a la universidad de Cambridge, donde se tituló el 1545. De vuelta a Oxford, se dedicó a la enseñanza pública de las matemáticas, trabajo que ya había hecho con anterioridad a su paso por Cambridge. Se afirma que más adelante se estableció en Londres, y que ejerció de médico del rey Eduard VI y la Reina Maria, a quien algunos de sus libros están dedicados. También ejerció de interventor de la Royal Mint, o seca real. Después de que un rival político le demandase por difamación, fue arrestado por deudas y murió en la prisión de Southwark.

 Fuente:
http://www.erroreshistoricos.com
http://www.taringa.net


 

¿Por qué los orientales tienen los ojos rasgados?

 


Esta distinción facial propia de los orientales obedece a una necesidad adaptativa para proteger el sistema visual del exceso de luz y de los fuertes destellos - por ejemplo del hielo y de la arena del desierto- que pueden dañar estructuras tan delicadas como la retina. Es por ello que la abertura entre párpado superior y el inferior se hace más estrecha. Popularmente se piensa que el ojo achinado o mongólico, como es conocido, se debe a que el globo ocular posee forma de almendra, algo que es totalmente falso. La fisonomía del ojo mongoloide viene en realidad determinada, además de por la estructura ósea facial, por lo que los antropólogos llaman la brida mongoloide y el repliegue palpebral superior. Este último, que se monta en el párpado superior, está constituido en su parte interna por una bolsita de grasa que hace que el párpado aparezca hinchado y las pestañas más cortas, aunque la longitud de éstas es idéntica a la de las otras razas. La brida mongoloide acentúa aún más la anatomía rasgada del ojo. Se trata de una doblez cutánea que prolonga hacia dentro el repliegue palpebral para cubrir la carúncula lacrimal -pequeña prominencia en el lado interior del ojo-, y desaparece confundiéndose con la piel del rostro.


Fuente:
http://www.curiosidadesdelaciencia.com