miércoles, 8 de enero de 2014

El viento pudo separar el Mar Rojo para Moisés.



Investigadores estadounidenses aseguran haber encontrado la explicación a cómo Moisés "dividió" las aguas del Mar Rojo hace 3.000 años: con un poco de ayuda del viento. "Esta historia del libro del Éxodo siempre ha fascinado a los creyentes y lectores, que se preguntan si proviene de hechos reales", explica Carl Drews, investigador del Centro Nacional para Investigación Atmosférica y principal autor del estudio que publica la revista PLos ONE.

Lo que demuestra la investigación es que la descripción de la división de las aguas está basada en leyes de la física, según Drews, "La separación de las aguas puede entenderse mediante dinámica de fluidos. Los vientos mueven el agua de una forma acorde a las leyes de la física, creando un pasaje seguro con agua a ambos lados y permitiendo luego volver al agua de forma abrupta", indicó.

La Biblia relata que los israelíes caminaron "hacia el centro del mar sobre suelo seco" con una pared de agua a cada lado al tiempo que un fuerte viento desde el este sopló durante la noche después de que Moisés estirara su brazo sobre el mar. 

Simulaciones de ordenador, parte de un estudio mayor sobre cómo los vientos afectan a las aguas, mostraron que el viento puede empujar y hacer retroceder el agua cuando una curva de río se funde con una laguna costera, señaló el equipo del Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR por sus siglas en inglés) y la Universidad de Colorado en Boulder. "Las simulaciones encajan de forma bastante cercana con el relato en el Éxodo", dijo Carl Drews de NCAR, que lideró el estudio.

El experto y su coautor, Weiqing Han, un oceanógrafo de la Universidad de Colorado, enfocaron su investigación en puntos donde hubiera una lengua de tierra que ingresa en el agua, descartando sitios referidos anteriormente como el Golfo de Suez o cerca de Aqaba, en la moderna Jordania. Finalmente concentraron su búsqueda en una zona en el este del Delta del Nilo, un punto arqueológico llamado Tell Kedua, sobre la costa mediterránea al norte del canal de Suez. Se cree que en este punto un viejo ramal del Nilo y una laguna costera se unieron en forma de U. Los investigadores utilizaron imágenes de satélite para efectuar un modelo de la zona y modificaron el terreno para simular cómo sería hipotéticamente hace 3.000 años. Luego lo llenaron de agua y soplaron viento desde el este.

Los textos religiosos difieren levemente en el relato, pero todos describen a Moisés guiando a los israelitas fuera de Egipto, por delante del Ejército del faraón. El mar Rojo se abrió para dejar a Moisés y sus seguidores pasar de forma segura, cerrándose luego sobre los perseguidores y ahogándolos.

Según el modelo, un viento soplando a 101 km/h durante 12 horas podría haber empujado las aguas, que se estima tendrían 2 m de profundidad. Eso crearía un pasaje seco de unos 3 km de largo por 4,5 km de ancho que habría quedado expuesto durante cuatro horas, tiempo suficiente para que los liderados por Moisés lo atravesaran, pese a que lo hicieron con el viento de frente. "Un grupo de refugiados podría entonces cruzar, y una vez que detenido el viento el agua se uniría velozmente, atrapando a cualquier perseguidor", subraya Drews. 

Drews y sus colegas estudian cómo los tifones del océano Pacíficopueden crear aumentos de tormentas y otros efectos de vientos fuertes y sostenidos en aguas profundas. Su equipo localizó un lugar al sur del mar Mediterráneo donde pudo realizarse el legendario cruce y modeló diferentes formaciones de tierra que pudieron existir entonces, que habrían generado la historia del mar abriéndose para atravesarlo.

El modelo requiere un terreno en forma de 'U' en el río Nilo y una laguna poco profunda a lo largo de la costa. En él se muestra que un viento de 101 kilómetros por hora, soplando de forma continua durante 12 horas,pudo hacer retroceder las aguas de 2 metros de profundidad.

"Este puente de tierra mide unos 3 kilómetros de largo y 5 kilómetros de ancho, y permanece abierto durante 4 horas", según refleja el estudio publicado en la revista Public Library of Science, PLoS ONE.

"Las personas siempre se han fascinado por esta historia del Éxodo, preguntándose si proviene de hechos históricos. Lo que muestra este estudio es que la descripción de las aguas separadas sí tiene una base en las leyes físicas", dijo Drews.

"Las simulaciones se parecen en mucho a lo relatado en el Éxodo", dijo Drews. "Así que ahora hay evidencia científica para una historia de 3.000 años que vimos en el cine o leímos en libros, y eso es muy emocionante", agregó el investigador.







Fuente:
http://www.muyinteresante.es
http://www.elmundo.es



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