domingo, 16 de junio de 2013

Un trozo de historia: Al alba, Luis Eduardo Aute




Pocas canciones van tan asociadas a un hecho histórico como esta: En septiembre de 1975 se ejecutan las últimas penas de muerte en España. Fusilan a cinco terroristas. El propio Aute declaró ” la escribí los días previos a los fusilamientos y con mucha urgencia. Debe haber sido una de las canciones que más rápidamente me surgieron, pero quería que la gente la cantara. La verdad es que no tuve que pensar mucho, salió del dolor”. Sin embargo al oírla choca que la letra hable de amor, Aute lo aclara: “Quería que pasara rápido la censura. Por eso la estructuré como una canción de amor, de despedida para siempre y como un alegato a la muerte”. En aquellos años se enviaba a los censores muchas canciones que se sabía que no serían aceptadas, muy explicitas, y las que realmente querían que pasasen se maquillaban con aparentemente otra historia y así aprobaban las que él quería: “Fue una treta que utilizábamos muchos para que se salvaran algunas letras”. Aunque durante un tiempo existió el mito de que esta letra está basada en una carta que Aute recibió por parte de la novia de un condenado a muerte. Como sucede muchas veces en los inicios de la carrera de Aute, conocimos la canción en la voz de otro artista, en esta ocasión fue Rosa León; que la hizo éxito en Diciembre del 75. El autor no la grabó hasta el año 1978.




Si te dijera, amor mío,
que temo a la madrugada,
no sé qué estrellas son éstas
que hieren como amenazas
ni sé qué sangra la luna
al filo de su guadaña.

Presiento que tras la noche
vendrá la noche más larga,
quiero que no me abandones,
amor mío, al alba,
al alba, al alba.

Los hijos que no tuvimos
se esconden en las cloacas,
comen las últimas flores,
parece que adivinaran
que el día que se avecina
viene con hambre atrasada.

Miles de buitres callados
van extendiendo sus alas,
no te destroza, amor mío,
esta silenciosa danza,
maldito baile de muertos,
pólvora de la mañana.

Al alba, Al alba





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