miércoles, 10 de julio de 2013

La lengua: el músculo más fuerte de nuestro cuerpo





El cuerpo humano está compuesto básicamente por tejido muscular, adiposo, óseo, piel, órganos y vísceras. En la composición completa de nuestro organismo encontramos que el cuerpo humano es aproximadamente 40% tejido muscular, o sea que por cada kilogramo del cuerpo humano 400 gramos son de músculo.
Estos tienen muchas funciones, entre ellas la movilidad del esqueleto, una ayuda a la estabilidad y el mantenimiento de la forma corporal.

Existe un músculo o un grupo de músculos que por una relación tamaño/fuerza sobresale entre todos los demás destacándose como el más fuerte de todos. Este, es la lengua. Este pequeño gran músculo se encuentra dentro de la boca y cumple funciones como la masticación, la deglución, el lenguaje y el sentido del gusto.



 
El hueso hioides, la musculatura, la mucosa y los corpúsculos gustatorios forman la lengua. Los músculos de la lengua son músculos extrínsecos (formados afuera de la lengua) y músculos intrínsecos (originados dentro de la lengua).
De acuerdo con el sitio electrónico Enciclopedia.us.es, la flexibilidad de este órgano se debe a sus 17 músculos, que le permiten realizar diversas e importantes funciones, como la masticación, la deglución, el lenguaje y el sentido del gusto.
Este órgano está cubierto por una mucosa rugosa formada por muchas elevaciones diminutas, llamadas papilas. Ellas, dependiendo de su ubicación, permiten detectar mejor ciertos estímulos o sabores.
Se habla de paladear los alimentos, de tener “buen paladar”. Y muchas personas creen que las papilas gustativas están en el paladar. Sin embargo, esto no es cierto. El paladar solo colabora en el sentido del gusto, facilitando la extensión del alimento sobre la lengua.


Las papilas gustativas se encuentran solo en la lengua y preferentemente en la periferia de la lengua. El sabor amargo se percibe en las papilas de la parte posterior. El sabor ácido lo detectan las papilas de los bordes laterales. El dulce lo advierten las de la punta. Y el salado excita las papilas situadas en la punta y los bordes laterales. Ni en el área central ni en el dorso existen sensores gustativos. Así pues, decir de un adulto que “tiene buen paladar” es una inexactitud. En todo caso deberíamos decir que tiene “buena lengua”. En el recién nacido, en cambio existen receptores gustativos no solo en toda la lengua y en el paladar, sino incluso en las amígdalas y en la pared faríngea.

La sensibilidad de la lengua puede detectar la presencia de un cabello intruso (cuyo grosor viene a ser de 40 micras) y, si abrimos milímetro a milímetro las puntas de un compás y las aplicamos a diferentes partes de nuestra anatomía, observamos que la punta de la lengua logra percibir las dos puntas del compás cuando solo están separadas un milímetro. Ninguna otra parte del cuerpo posee tanta finura de percepción táctil.
La lengua no solo es de una precisión y una finura extraordinarias en la percepción táctil, también en la parte de la pronunciación. Observemos, por ejemplo la sutil diferencia entre los movimientos que hacemos con la lengua al pronunciar las letras “T” y “D” y, sin embargo, podemos obtener los resultados apetecidos, a gran velocidad, en el lenguaje corriente. Algo parecido ocurre con la pronunciación de la “L” y la “N”.

La lengua, sin embargo, tiene un punto débil, que es el riesgo inherente al roce continuo con algún molar mal posicionado. Actualmente, los dentistas disponemos de lectores de fluorescencia que advierten de una posible lesión cancerígena en cualquier zona de la mucosa oral, especialmente en su parte posterior, el suelo de la boca, y las mejillas. Solo este riesgo (sobre todo en fumadores y personas que se muerden a menudo la lengua o la parte interna de las mejillas) merece una revisión anual. Lamentablemente, el cáncer de boca es uno de los pocos que están aumentando su incidencia en la actualidad. La operatoria dental y la ortodoncia pueden hacer mucho por su prevención, aparte de sus reconocidos servicios a favor de la importante estética de la sonrisa.
 
La mayoría de las personas tiene una línea al centro de la lengua. Ésta es el surco central; el esqueleto de esta parte de la boca es una especie de armazón osteofibroso. Según el sitio de internet eccpn.aibarra.org, la lengua de un bebé es corta y ancha, y las sustancias dulces potencian la respuesta de la succión.

Algunas curiosidades sobre la lengua:

 

1. La lengua humana mide aproximadamente 10 centímetros de longitud.
2. Es la parte del cuerpo que se cura más rápido.
3. Hay más de 600 tipos de bacterias en la boca; en un mililitro de saliva puede haber hasta un millón de ellas.
4. Es el músculo más fuerte del cuerpo y el más flexible.
5. Cerca del cincuenta por ciento de las bacterias de la boca viven en la superficie de la lengua.
6. Este músculo tiene tres mil papilas gustativas.
7. Es la única parte del cuerpo con sensores de gusto.
8. Como las huellas digitales, la impresión de la lengua de cada persona es diferente y única.
9. Las mujeres tienen más corta la lengua que los hombres.
10. La limpieza frecuente de la lengua, con un raspador, ayuda a prevenir ataques al corazón, neumonía, nacimientos prematuros, diabetes, osteoporosis e infertilidad en los hombres.
11.La lengua mas famosa del mundo es el logo de la banda británica de rock “The Rolling Stones”.
12. Aproximadamente el 60% de la población mundial pueden doblar la lengua en forma de U gracias a un gen que comparten.
13.   La lengua es el único conjunto de músculos voluntarios que no se fatiga. 
14. La lengua es el único músculo del cuerpo que está unido a un solo extremo.


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