viernes, 10 de mayo de 2013

La caja de Pandora, mito o leyenda...


La frase se suele utilizar como "abrir la caja de Pandora", y se usa cuando queremos significar que alguno de los actos que realizamos en la vida nos van a traer nuevos males o nuevas desgracias.

La historia de Pandora y su famosa caja hay que enmarcarla dentro del mito de Prometeo, aquel que robó el fuego a los dioses para entregarselo a los hombres, según nos cuenta la mitologia griega.

Es pues la historia de Pandora una venganza de Zeus como parte de un castigo a Prometeo por haber revelado a la humanidad el secreto del fuego.

Como suele ocurrrir con la mitologia, sobre una misma historia hay varias versiones a cual mas afortunada: nosotros seguiremos a Gustav Schwab para explicar la historia aun a sabiendas de que no es la versión mas extendida.


La historia pues, dice asi: 


Por orden de Zeus padre de los dioses, Hefesto dios del fuego, famoso por sus habilidades, formó la estatua de una hermosa doncella. La propia Atenea que, celosa de Prometeo, habíase trocado en su enemiga, echó sobre la imagen una vestidura blanca y reluciente, aplicóle sobre el rostro un velo que la virgen mantenía separado con las manos, coronóla de frescas flores y le ciñó el talle con un cinturón de oro, adornada maravillosamente con policromas figuras de animales. Hermes, el mensajero de los dioses, otorgaría el habla a la bella imagen, y Afrodita le daría todo su encanto amoroso.

De este modo Zeus, bajo la apariencia de un bien, había creado un engañoso mal, al que llamó Pandora, es decir, la omnidotada; pues cada uno de los Inmortales había entregado a la doncella algún nefasto obsequio para los hombres.

Condujo entonces a la virgen a la Tierra, donde los mortales vagaban mezclados con los dioses, y unos y otros se pasmarón ante la figura incomparable. Pero ella se dirigió hacia Epimeteo, el ingenuo hermano de Prometeo, llevándole una caja regalo de Zeus. En vano aquél había advertido a su hermano que nunca aceptase un obsequio venido del olimpico Zeus, para no ocasionar con ello un daño a los hombres; debía de rechazarlo inmediatamente.

Epimeteo, olvidándose de aquellas palabras, acogió gozoso a la hermosa doncella y no se dió cuenta del mal hasta que ya lo tuvo. Pues hasta entonces las familias de los hombres, aconsejadas por su hermano, habían vivido libres del mal, no sujetos a un trabajo gravoso, y exentos de la torturante enfermedad. Pero la mujer llevaba en las manos su regalo, una gran caja provista de una tapadera. Apenas llegada junto a Epimeteo abrió la tapa y en seguida volarón del recipiente innumerables males que se desparramarón por la Tierra con la velocidad del rayo. Oculto en el fondo de la caja habia un único bien: la esperanza; pero, siguiendo el consejo del Padre de los dioses, Pandora dejó caer la cubierta antes de que aquella pudiera echar a volar, encerrándola para siempre en el arca.

Entretanto la desgracia llenaba, bajo todas las formas, tierra, mar y aire. Las enfermedades se deslizaban día y noche por entre los humanos, solapadas y silenciosas pues Zeus no les había dado la voz. Un tropel de fiebres sitiaba la Tierra, y la muerte, antes remisa en sorprender a los hombres, precipitó su paso.

La vejez, la enfermedad, la fatiga, la locura, el vicio, la pasión, la plaga, la tristeza, la pobreza, el crimen; todos los males del mundo se habian extendido por la tierra y sólo la esperanza quedó oculta en el fondo del arca. 



El mito de Pandora ha sido ampliamente tratado en la pintura y en la literatura con Hesiodo. Aparece en la decoración de algunas vasijas en el arte griego. En el museo del Louvre se conserva un bello lienzo “Eva prima Pandora” de Jean Cousin el Viejo. del siglo XVI. Pero será entre los pintores academicistas primero y entre los simbolistas y prerrafaelitas de la segunda mitad del S. XIX cuando el tema alcanzará mayor profusión.  En el Lady Lever Art Gallery de Liverpool se expone  otro sugestivo cuadro de “Pandora”  pintado por Dante G. Rossetti. También se interesó por este tema Odilon Redon.


Para Claude Lévi-Strauss el mito es una clase de relato, caracterizada normalmente por tratar temas fabulosos o ficticios sobre dioses y héroes de un pasado remoto, cuya temporalidad es radicalmente distinta a la de la historia”.

1.La Teogonía de Hesiodo
La Teogonía de Hesiodo



HESÍODO
El mito de Pandora se recoge en diversas fuentes literarias antiguas, siendo las
de Hesíodo en sus obras “Teogonías” y “Trabajos y días”, de las más influyentes en la historia mitológica griega.
Hesíodo ofrece, por un lado, en su Teogonía (‘Origen de los dioses’) el relato más completo de los primeros mitos griegos, tratando la creación del mundo, el origen de los dioses, los Titanes y los Gigantes, incluyendo relatos populares y diversos mitos. Por otro lado, en Trabajos y días, se presentan los mitos de Prometeo, Pandora y las cuatro edades.
El mito, referido por Hesíodo en sus obras Teogonía y Trabajos y días, es para algunos la forma de justificar desde el pensamiento religioso las fuerzas oscuras que asolan a los hombres, es una muestra de misoginia cultural que arrastrarán prácticamente todas las religiones, así Pandora resulta un símbolo que se judaíza y luego se cristianiza en la figura de Eva.

EL MITO DE PANDORA
Hay varias versiones del mito, una de las comunes es la que relata que el padre de los dioses, indignado por el engaño de Prometeo (el que prevee), que había creado a los mortales y robado el fuego del Olimpo, temeroso del poder que estaban adquiriendo los hombres, decide castigarlos. Piensa en una figura de mujer a imagen de las diosas, cuya creación encarga a Hefesto.
Afrodita le da su belleza y encantos, Atenea un hermoso vestido para cubrirse , Hermes pone en su corazón la maldad y la falacia, Zeus le insufla vida y le entrega una caja cerrada que contiene todos los males y miserias, con los que piensa vengarse de los hombres. Y envía a Pandora, como regalo a Epimeteo, hermano de Prometeo, a quien éste le había hecho prometer que no aceptaría ningún regalo de Zeus.<pero Epimeteo, deslumbrado por la belleza de Pandora, olvida sus promesas y la desposa. Pandora acuciada por la curiosidad abre la caja y esparce el infortunio sobre la humanidad: la peste, el dolor, la desgracia, la envidia. Todo menos la esperanza que queda en el fondo de la caja.
Podemos observar  una gran similitud entre el destino de Eva y Pandora.

JEAN COUSIN y “EVA PRIMA PANDORA”
En el Museo del Louvre se expone un hermoso cuadro “Eva prima Pandora” de Jean Cousin el Viejo, realizado en 1550. Ha sido considerado el primer gran desnudo pintado por un artista francés, que formó parte del nacimiento y desarrollo del manierismo  en torno a la Escuela de Fontainebleau. En sus figuras de contornos nítidos y gran expresividad influyó principalmente la escuela italiana del Alto Renacimiento.
Jean Cousin en su obras Eva Prima Pandora
Jean Cousin en su obras Eva Prima Pandora


Realiza una curiosa simbiosis entre mitología y religión. Representa a una mujer recostada en una cueva, siguiendo el modelo de la Venus de Urbino, de Tiziano. En la parte superior, un cartel que relaciona a Pandora con la Eva bíblica, causante de la caída del género humano en el pecado.
Al fondo, está representada una ciudad tras un lago con reminiscencias de la técnica del Sfumato de Leonardo da Vinci. La cueva recuerda s su lienzo “La Virgen de las rocas” .
En el cuadro están los símbolos de la calavera alusiva a la muerte relacionada con la protagonista, la serpiente enredada en el brazo izquierdo que recuerda el relato bíblico de la tentación de la serpiente a Eva en el Paraíso, la rama de manzano que recuerda al fruto prohibido y la jarra que señala la caja de Pandora de la que salieron los malos de la humanidad.
Dese que se desarrolló el arte paleocristiano se relacionó el mito griego con el relato bíblico del Génesis por ser ambas mujeres, Eva y Pandora, símbolo de la curiosidad y la responsabilidad de la caída del género humano.

ROSSETTI
También Dante Gabriel Rossetti desarrollo el mito de Pandora en su pintura. Nació un 12 de mayo de 1828 en Londres, fue poeta, ilustrador y pintor. Fue una de las figuras principales de la Hermandad Prerrafaelita, grupo de pintores y críticos de arte que impulsaron una renovación del arte inglés partiendo de modelos medievales. Sentía atracción por los temas dramáticos y sobrenaturales. Más tarde su arte pasó por diferentes etapas, en las que los elementos predominantes eran la intensidad de la expresión abstracta, la riqueza cromática y la noción de la belleza humana de la carne y del espíritu.

Dante Gabriel Rossetti, Pandora
Pandora de Dante Gabriel Rossetti


Esta dualidad se desdoblará en su obra  plástica en dos épocas. En la primera siguiendo los preceptos de los prerrafaelistas evoca con su pincel una imagen de pureza, inocencia y virginidad. En  la segunda época en la década de los 60 bajo la inspiración del Cinquecento veneciano, dominado tanto estéticamente como emocionalmente por la personalidad y relación con sus modelos, realizará una serie de sensuales retratos que serán el inicio del culto rossettiano a la belleza femenina. A partir de 1860 el tema de la mujer será prácticamente el único que cultivará el pintor que se alejará de los principios originales del Prerrafaelismo. En esta segunda fase se encuadra esta pintura sobre Pandora.
En 1869 Rossetti realizó una primera versión del mito, cuyo rostro es el de Jane Morris su amante. Y  como había hecho con otras obras en una interrelación entre poesía y pintura, escribió un soneto sobre este personaje mitológico. En 1874-78 vuelve a pintar a Pandora. Sobresalen los anchos y poderosos hombros de la figura y su abundante y oscura cabellera igual a la que exhibe Jane Morris en sus fotografías, cuyas ondas parecen imitar el espeso humo que se escapa del cofre que Pandora sostiene junto a sí en el que se aprecia la cabeza alada de la Esperanza, junto a unos girasoles.

ODILON REDON
Pandora de Odilon Redon
Pandora de Odilon Redon


También Odilon Redón,   en 1910  realiza una pintura asimilando a Pandora con Eva. La sitúa en el centro de un espacio circundado de una gran variedad de flores de rico colorido, a semejanza del Paraíso, antes del Pecado Original, donde una Pandora de suaves y curvados contornos, finamente delineados, inclina su cabeza hacia la caja objeto de su curiosidad.
Sentada en la terraza del “Vento” al   final del paseo marítimo de Sitges, contemplo el mar infinito, la línea violeta del horizonte y percibo los suaves susurros de las olas que me acunan como una dulce nana.  Sobre las aguas creo se desliza solitaria Eurínome envuelta en brumas marinas. La luna en cuarto creciente se asoma tímidamente entre las nubes.


Fuente:
http://www.jdiezarnal.com 
http://www.andalan.es


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