Los lampíridos, luciérnagas o los bichos de luz (o gusanos de luz), como popularmente se les conoce, en realidad son escarabajos, y de hecho existen cerca de unas 2000 especies diferentes de luciérnagas. La gran mayoría posee un par de pequeñas alas, una característica que las distingue del resto de los insectos luminiscentes, pero todos cuentan con la capacidad de brillar en la noche mediante la llamada bioluminiscencia.
Habitan en una gran extensión territorial, mayormente en las zonas
cálidas y templadas de casi todo el continente asiático y americano. Se
trata de un insecto omnívoro y generalmente posee un tamaño de no más de
unos 3 cm. (dependiendo de la especie), (no mucho más grandes que un
clip de oficina).
Con frecuencia uno puede encontrarlos en las noches de verano, cerca de
pantanos o zonas húmedas, pues a las luciérnagas les fascina la humedad.
Observarlas brillar en la oscuridad, con diferentes patrones de acuerdo
a su particular subespecie, es todo un verdadero espectáculo de la
naturaleza. A continuación, veamos entonces por qué brillan las
luciérnagas.
Básicamente, las luciérnagas tienen la capacidad de brillar en la
oscuridad porque tienen unos órganos especiales que les permite hacerlo.
Debajo del abdomen cuentan con una serie de órganos lumínicos y células
especializadas que cuando absorben el oxígeno, éste se combina con una
sustancia llamada luciferina (productoras de luciferasa). De la reacción
química se produce luz y apenas un poco de calor. Si lo quieres con más
detalles, a continuación la reacción completa.
La luciferina se combina con el oxígeno y forma una molécula inactiva
llamada oxiluciferina. La luciferasa regula la velocidad, acelerando la
reacción que ocurre en dos pasos y que da lugar a la luz:
La luciferina se combina con el trifosfato de adenosina, forma adenilato
de luciferina y pirofosfato sobre la superficie de la enzima
luciferasa. El adenilato de luciferina se mantiene unido a la enzima:
luciferina + trifosfato de adenosina ----> adenilato de luciferina +
pirofosfato.
El adenilato de luciferina se combina con el oxígeno y forma monofosfato
de adenosina y oxiluciferina, la luz se emite y la oxiluciferina y el
monofosfato de adenosina se liberan de la superficie de la enzima:
adenilato de luciferina + O2 ----> oxiluciferina + monofosfato de
adenosina + luz.
La longitud de onda de la luz que se emite oscila entre los 510 y 670
nanómetros, teniendo un color amarillo pálido, rojizo o verde claro.
Además, estas células especializadas capaces de formar la luz, también
tienen cristales de ácido úrico en los que se refleja la luz lejos del
abdomen. Por último, el oxígeno se suministra a las células a través de
un tubo en el abdomen llamado la tráquea abdominal.
Este proceso es conocido como la bioluminiscencia y también es
desarrollado por muchos otros organismos, especialmente en formas de
vida marina. En las luciérnagas es muy característico y lo hacen para
atraer a la pareja al momento de copular. Un dato sumamente interesante
es que el gen responsable de esta sorprendente reacción química se ha
logrado aislar por los científicos y, luego de colocar esta pieza de ADN
en otros organismos y que esta funcione, se la ha utilizado como una
especie de gen reportero, sirviendo para seguir la síntesis y la
expresión o las reacciones de otros genes en otros organismos.
La vida de la luciérnaga dura dos años. Durante las semanas finales de junio, el mes de julio y las primeras semanas de agosto estas luminosos animales están más presentes. Según la zona geográfica y las condiciones meteorológicas, las larvas pasarán al estado de pupa. A las pocas horas las luciérnagas hembras comenzarán su cortejo luminoso, curvando su cuerpo para mostrar las placas luminosas de la parte inferior del abdomen. Una vez que consiguen llamar la atención de un macho, se aparean y realizan la puesta de unos 50 a 150 huevos. Aproximadamente a los 30 días las larvas eclosionan.
Las hembra muestra la lucecita poco después del atardecer, hacia las 10 de la noche en las cortas noches de verano, y es posible contemplarla hasta después de medianoche. Usualmente permanecen en el suelo aunque no es extraño que trepen por alguna hierba o las piedras de los muros. En general, buscarán posiciones desde donde su lucecita sea visible, curvando su abdomen, de manera que los farolillos queden al descubierto.
Durante su primer otoño, las larvas se dedicarán a buscar caracoles, pudiendo mudar una o dos veces, hasta que con los primeros fríos entran en estado de hibernación bajo troncos, piedras u hojarasca.
Las luciérnagas son unos depredadores especializados en caracoles y babosas. Una vez que ha localizado a su presa se monta sobre ella para inmovilizarla asestándole un mordisco con sus mandíbulas. Durante su desarrollo, una larva de la luciérnaga puede comer más de setenta caracoles.
La luciérnaga más frecuente en Europa se denomina Lampyris noctiluca. Pero en los países mediterráneos es posible encontrar otras especies. El mundo de las luciérnagas es apasionante y ocupa numerosos estudios como por ejemplo el proyecto: ¿Has visto una luciérnaga? . Aunque es al mismo tiempo algo desconocido como demuestra el hecho de que en el año 2008 se haya descrito una nueva especie en Portugal, Lampyris iberica, al que parecen corresponder las citas precedentes de Lampyris noctiluca. Esto supone que es posible que en España esté presente esta nueva especie y que haya que determinar si las citas de Lampirys noctiluca corresponden a la especie centroeuropea o a esta nueva especie ibérica.
La vida de la luciérnaga dura dos años. Durante las semanas finales de junio, el mes de julio y las primeras semanas de agosto estas luminosos animales están más presentes. Según la zona geográfica y las condiciones meteorológicas, las larvas pasarán al estado de pupa. A las pocas horas las luciérnagas hembras comenzarán su cortejo luminoso, curvando su cuerpo para mostrar las placas luminosas de la parte inferior del abdomen. Una vez que consiguen llamar la atención de un macho, se aparean y realizan la puesta de unos 50 a 150 huevos. Aproximadamente a los 30 días las larvas eclosionan.
Las hembra muestra la lucecita poco después del atardecer, hacia las 10 de la noche en las cortas noches de verano, y es posible contemplarla hasta después de medianoche. Usualmente permanecen en el suelo aunque no es extraño que trepen por alguna hierba o las piedras de los muros. En general, buscarán posiciones desde donde su lucecita sea visible, curvando su abdomen, de manera que los farolillos queden al descubierto.
Durante su primer otoño, las larvas se dedicarán a buscar caracoles, pudiendo mudar una o dos veces, hasta que con los primeros fríos entran en estado de hibernación bajo troncos, piedras u hojarasca.
A partir de la primavera, la larva experimentará sucesivas mudas que le llevarán hasta alcanzar un tamaño próximo al definitivo a finales de septiembre u octubre, cuando hibernará por segunda vez.
Las luciérnagas son unos depredadores especializados en caracoles y babosas. Una vez que ha localizado a su presa se monta sobre ella para inmovilizarla asestándole un mordisco con sus mandíbulas. Durante su desarrollo, una larva de la luciérnaga puede comer más de setenta caracoles.
Luciérnagas en boques del Japón Taringa |
La luciérnaga más frecuente en Europa se denomina Lampyris noctiluca. Pero en los países mediterráneos es posible encontrar otras especies. El mundo de las luciérnagas es apasionante y ocupa numerosos estudios como por ejemplo el proyecto: ¿Has visto una luciérnaga? . Aunque es al mismo tiempo algo desconocido como demuestra el hecho de que en el año 2008 se haya descrito una nueva especie en Portugal, Lampyris iberica, al que parecen corresponder las citas precedentes de Lampyris noctiluca. Esto supone que es posible que en España esté presente esta nueva especie y que haya que determinar si las citas de Lampirys noctiluca corresponden a la especie centroeuropea o a esta nueva especie ibérica.
La fábula de la serpiente y la luciérnaga
Cuenta la leyenda que una
distraída luciérnaga volaba absorta en el bello paisaje que la rodeaba.
Sus
ojitos contemplaban cada flor que encontraba a su paso y su sonrisa
resplandecía tanto como la luz que ella desprendía.
De pronto, escuchó un chasquido a
su espalda, la luciérnaga se quedó paralizada pero armándose de valor decidió
mirar a su espalda y descubrir que era lo que había sucedido.
Al girarse, la luciérnaga
descubrió dos puntos rojos que la miraban fijamente y dos largos colmillos
dispuestos a morder nuevamente. Ante sus ojitos una enorme serpiente se
disponía a atacarla otra vez. La luciérnaga comenzó a volar apresuradamente y
la serpiente la persiguió sin apartar su mirada de la luz que desprendía.
Pasaron los días y la huída
empezó a ser insoportable, la luciérnaga no podía pararse ni un instante a
descansar, pues la serpiente siempre estaba al acecho.
Un día la luciérnaga decidió
dejar de huir y le dijo a la serpiente:
- ¿Puedo hacerte tres preguntas?
– dijo nerviosa la luciérnaga-.
- No acostumbro a tener tantas
consideraciones con la comida, pero como te voy a devorar… pregunta lo que
quieras.- contestó la serpiente mientras sonreía-.
- Gracias, - dijo la
luciérnaga-¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?.
- No.
- Y… ¿Te he hecho algún daño?
- No.
- Entonces… ¿Por qué quieres
acabar conmigo?
- Porqué… no soporto verte
brillar.- sentenció la serpiente-.
Moraleja
Muchos de nosotros nos hemos visto envueltos en situaciones donde nos preguntamos: ¿Por qué me pasa esto si yo no he hecho nada malo, ni daño a nadie? Es sencillo de responder... Porque no soportan verte brillar!!! Cuando esto pase, no dejes de brillar, continúa siendo tú mismo, continúa y sigue dando lo mejor de ti, sigue haciendo lo mejor, no permitas que te lastimen, no permitas que te hieran, sigue brillando y no podrán tocarte... porque tu luz seguirá intacta. Tu esencia permanecerá, pase lo que pase..... Se siempre auténtico, aunque tu luz moleste a los depredadores!!
Luciérnagas en la poesía
Luciérnagas
A las cinco de la tarde
Cuando el resplandor se queda sin brillo
Y el jardín se sumerge en el último hervor dorado del día
Oigo el grupo bullicioso de niños
Que salen a cazar luciérnagas.
Corriendo sobre el pasto
Se dispersan entre los arbustos,
Gritan su excitación, palpan su deslumbre
Se arma un círculo alrededor de la pequeña
Que muestra la encendida cuenca de sus manos
Titilando.
Antiguo oficio humano
Este de querer apagar la luz.
¿Te acordás de la última vez que creímos poder iluminar
la noche?
El tiempo nos ha vaciado de fulgor.
Pero la oscuridad
Sigue poblada de luciérnagas.
Cuando el resplandor se queda sin brillo
Y el jardín se sumerge en el último hervor dorado del día
Oigo el grupo bullicioso de niños
Que salen a cazar luciérnagas.
Corriendo sobre el pasto
Se dispersan entre los arbustos,
Gritan su excitación, palpan su deslumbre
Se arma un círculo alrededor de la pequeña
Que muestra la encendida cuenca de sus manos
Titilando.
Antiguo oficio humano
Este de querer apagar la luz.
¿Te acordás de la última vez que creímos poder iluminar
la noche?
El tiempo nos ha vaciado de fulgor.
Pero la oscuridad
Sigue poblada de luciérnagas.
Gioconda Belli
Baile de luciérnagas, Elena Castillo Castro
Baile de luciérnagas, Elena Castillo Castro
Editorial: Ediciones Kiwi
261 páginas
Alexandra Meynel ha sobrevivido a un accidente de tráfico que se ha
llevado a sus padres y la ha dejado sola. Ahora su hogar será el
internado de jovencitas y caballeros de Macclesfield, donde estudió su
madre de joven, donde estaba previsto que ella estudiara y donde
finalmente se ha mudado. No es un lugar en el que encaje muy bien, a
pesar de que no tarda en hacer amigas: Shannon y Mel la aceptarán desde
el primer momento, aun siendo dos chicas totalmente distintas a Alex.
Por otra parte, la chica conoce a un misterioso joven de ojos azules y
pelo rubio que parece tener el don de encontrarla siempre a ella, pero
de saber cómo no ser encontrado. Albert será un respiro de aire fresco
para Alex y poco a poco comenzará a sentirse atraída por él. Sin
embargo, el chico tiene un secreto que supondrá el fin de la recién
estrenada alegría y ganas de vivir de Alex.
"Dios no me había dotado con el don del baile. No sabía muy bien qué dones había puesto Dios en mí. Ni el don de la belleza como a Mel, ni el de la seguridad como a Shannon. Eso estaba claro. Pensé que era el don de la resistencia, antes tenía resistencia corriendo y ahora era resistente a los accidentes. El don de la resistencia."
Fuente:
culturizando.com
mundo-geo.es
culturizando.com
mundo-geo.es
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