viernes, 2 de noviembre de 2012

Dalí y Federico García Lorca en la pintura y en la literatura...


Un autorretrato que el pintor español Salvador Dalí dedicó en 1928 al poeta Federico García Lorca sextuplicó su precio estimado en una subasta y se vendió por 43.250 libras (54.000 euros), informó la sala londinense Bonhams.
El dibujo, esbozado en tinta negra en el reverso de una factura por el artista surrealista y dedicado a su compatriota, salió anoche a subasta junto con otros 61 lotes de arte impresionista y moderno, y la casa esperaba rematarlo por un precio de entre 5.000 y 7.000 libras (de 6.250 a 8.750 euros).
La obra revela la "intensa relación que existió entre el pintor y el poeta", que ya había escrito dos años antes su "Oda a Salvador Dalí", explicó la especialista de Bonhams Ruth Graham. "Lorca es uno de los escritores europeos más relevantes del siglo XX y la figura literaria española más conocida desde Cervantes", consideró Graham.
El pintor y el poeta estaban unidos por una profunda amistad y fueron inseparables hasta que Dalí conoció a la que sería su mujer, Gala, recordó la especialista, para quien el dibujo subastado muestra "la cercana relación que unía a esos dos jóvenes en aquel momento". "Dalí continúa despertando un gran interés entre los compradores por lo chocantes y personales que son su obras. La fascinante historia que subyace tras este autorretrato lo convierte en una pieza aún más deseable", analizó Graham.
La obra del pintor español no fue la única que superó las expectativas de la sala de subastas: la pintura del alemán Max Ernst "Violette Sonne" fue vendida por 67.250 libras (unos 84.000 euros), más el doble de las 30.000 libras (37.500 euros) previstos por Bonhams.
Otros trabajos por los que "compradores de todo el mundo compitieron con fiereza", según la especialista de la sala, fueron el óleo "Composition" del cubista francés Fernand Léger, que se vendió por 56.450 libras (70.500 euros) y dos dibujos del simbolista austríaco Gustav Klimt, que se remataron por 22.500 y 12.500 libras (28.125 y 15.625 euros). (Fuente: Terra)




 Oda a Salvador Dalí

Una rosa en el alto jardín que tu deseas.
Una rueda en la pura sintaxis del acero.
Desnuda la montaña de niebla impresionista.
Los grises oteando sus balaustradas últimas.

Los pintores modernos, en sus blancos estudios
cortan la flor aséptica de la raíz cuadrada.
En las aguas del Sena un iceberg de mármol
enfría las ventanas y disipa las yedras.

El hombre pisa fuerte las calles enlosadas.
Los cristales esquivan la magia del reflejo.
El Gobierno ha cerrado las tiendas de perfume.
La máquina eterniza sus compases binarios.

Una ausencia de bosques, biombos y entrecejos
yerra por los tejados de las casas antiguas.
El aire pulimenta su prisma sobre el mar
y el horizonte sube como un gran acueducto.

Marineros que ignoran el vino y la penumbra,
decapitan sirenas en los mares de plomo.
La Noche, negra estatua de la prudencia, tiene
el espejo redondo de la luna en su mano.

Un deseo de formas y límites nos gana.
Viene el hombre que mira con el metro amarillo.
Venus es una blanca naturaleza muerta
y los coleccionistas de mariposas huyen.

Cadaqués, en el fiel del agua y la colina,
eleva escalinatas y oculta caracolas.
Las flautas de madera pacifican el aire.
Un viejo dios silvestre da frutas a los niños.

Sus pescadores duermen, sin ensueño, en la arena.
En alta mar les sirve de brújula una rosa.
El horizonte virgen de pañuelos heridos
junta los grandes vidrios del pez y de la luna.

Una dura corona de blancos bergantines
ciñe frentes amargas y cabellos de arena.
Las sirenas convencen, pero no sugestionan,
y salen si mostramos un vaso de agua dulce.

¡Oh Salvador Dalí, de voz aceitunada!
No elogio tu imperfecto pincel adolescente
ni tu color que ronda la color de tu tiempo,
pero alabo tus ansias de eterno limitado.

Alma higiénica, vives sobre mármoles nuevos.
Huyes la oscura selva de formas increíbles.
Tu fantasía llega donde llegan tus manos,
y gozas el soneto del mar en tu ventana.

El mundo tiene sordas penumbras y desorden,
en los primeros términos que el humano frecuenta.
Pero ya las estrellas ocultando paisajes,
señalan el esquema perfecto de sus órbitas.

La corriente del tiempo se remansa y ordena
en las formas numéricas de un siglo y otro siglo.
Y la Muerte vencida se refugia temblando
en el círculo estrecho del minuto presente.

Al coger tu paleta, con un tiro en un ala,
pides la luz que anima la copa del olivo.
Ancha luz de Minerva, constructora de andamios,
donde no cabe el sueño ni su flora inexacta.

Pides la luz antigua que se queda en la frente,
sin bajar a la boca ni al corazón del hombre.
Luz que temen las vides entrañables de Baco
y la fuerza sin orden que lleva el agua curva.

Haces bien en poner banderines de aviso,
en el límite oscuro que relumbra de noche.
Como pintor no quieres que te ablande la forma
el algodón cambiante de una nube imprevista.

El pez en la pecera y el pájaro en la jaula.
No quieres inventarlos en el mar o en el viento.
Estilizas o copias después de haber mirado
con honestas pupilas sus cuerpecillos ágiles.

Amas una materia definida y exacta
donde el hongo no pueda poner su campamento.
Amas la arquitectura que construye en lo ausente
y admites la bandera como una simple broma.

Dice el compás de acero su corto verso elástico.
Desconocidas islas desmienten ya la esfera.
Dice la línea recta su vertical esfuerzo
y los sabios cristales cantan sus geometrías.
*
Pero también la rosa del jardín donde vives.
¡Siempre la rosa, siempre, norte y sur de nosotros!
Tranquila y concentrada como una estatua ciega,
ignorante de esfuerzos soterrados que causa.

Rosa pura que limpia de artificios y croquis
y nos abre las alas tenues de la sonrisa.
(Mariposa clavada que medita su vuelo.)
Rosa del equilibrio sin dolores buscados.
¡Siempre la rosa!
*
¡Oh Salvador Dalí de voz aceitunada!
Digo lo que me dicen tu persona y tus cuadros.
No alabo tu imperfecto pincel adolescente,
pero canto la firme dirección de tus flechas.

Canto tu bello esfuerzo de luces catalanas,
tu amor a lo que tiene explicación posible.
Canto tu corazón astronómico y tierno,
de baraja francesa y sin ninguna herida.

Canto el ansia de estatua que persigues sin tregua
el miedo a la emoción que te aguarda en la calle.
Canto la sirenita de la mar que te canta
montada en bicicleta de corales y conchas.

Pero ante todo canto un común pensamiento
que nos une en las horas oscuras y doradas.
No es el Arte la luz que nos ciega los ojos.
Es primero el amor, la amistad o la esgrima.

Es primero que el cuadro que paciente dibuja
sel seno de Teresa, la de cutis insomne,
el apretado bucle de Matilde la ingrata,
nuestra amistad pintada como un juego de oca.

Huellas dactilográficas de sangre sobre el oro,
rayen el corazón de Cataluña eterna.
Estrellas como puños sin halcón te relumbren,
mientras que tu pintura y tu vida florecen.

No mires la clepsidra con alas membranosas,
ni la dura guadaña de las alegorías.
Viste y desnuda siempre tu pincel en el aire,
frente a la mar poblada con barcos y marinos.



Federico García Lorca (Publicada en La Revista de Occidente, abril de 1925).







Dibujo de Federico García Lorca expuesto en la exposición que se celebró en Barcelona en las Galerías Dalmau en junio de 1927. Coincidió con el estreno en Barcelona de su obra Mariana Pineda. El dibujo se titula El beso y su significado quedó oculto para todos los que vieron la muestra, pero refleja las cabezas de Dalí y de Lorca confundidas y con los labios juntos. No era extraña esta imagen. El propio Dalí está inmerso en la etapa llamada lorquiana y al menos en doce de sus obras aparece la cabeza de Lorca confundida con la de él mismo, como se aprecia en este otro cuadro



 El poema  Oda a Salvador Dalí es el mejor testimonio de los sentimientos que el pintor inspiraba en el poeta en aquellas fechas. Dicha obra caló profundamente en el pintor y volvería a ella en repetidas ocasiones y le marcó hondamente en la manera de verse a sí mismo. De hecho, la obra es una manifestación clara de una amistad profunda, pero también de una fuerte rivalidad. Ambos artistas representaban modos muy distintos de ver la realidad. 

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