domingo, 2 de septiembre de 2012

Desiderata



Hace unos días, leí un texto de esos que, cuando los lees, te dices: La humanidad entera debería de ser así, de comportarse así; de esos que invitan a la esperanza y a la reflexión.

"Desiderata" fue escrito en 1927 por Max Ehrmann (1872-1945), abogado y filósofo de Harvard y publicado en 1948, después de su muerte, por su viuda, en el libro "Los poemas de Max Ehrman".

En 1956, el reverendo Kates, pastor de la iglesia de San Pablo en Baltimore (Maryland), incluyó el texto en una colección de poemas de su congregación. Alguien cambió la fecha del poema unos 200 años al decir erróneamente que el poema se encontró en una inscripción fechada en 1692 grabada en una tumba de la antigua Iglesia de San Pablo de Baltimore. El año 1692 es el año en que se fundó la iglesia y no tiene nada que ver con la fecha de creación del poema.

Desiderata es una palabra latina que significa "cosas que se desean"
"Desiderata"

Camina plácidamente entre el ruido y la prisa,
y recuerda que puedes encontrar la paz en el silencio.
Hasta donde sea posible y sin rendirte
trata de mantener buenas relaciones con todo el mundo.
Di tu verdad serena y claramente;
y escucha a los demás,
incluso al torpe y al aburrido;
ellos también tienen su propia verdad.

Evita las personas ruidosas y agresivas,
porque son un mal para el espíritu.
Sí te comparas con los demás,
te volverás vanidoso y amargado,
porque siempre habrá personas mejores o peores que tú.
Disfruta de tus éxitos lo mismo que de tus planes.

Mantén el interés en tu propia carrera, por más humilde que ésta sea,
es lo único verdadero que posees en la cambiante fortuna del tiempo.
Sé cauto en los negocios;
porque el mundo está lleno de egoísmo,
pero no permitas que esto te ciegue al punto de no ver que la virtud existe;
muchas personas luchan por nobles ideales;
y en todas partes la vida esta llena de heroísmo.

Sé tú mismo.
En especial no finjas afecto.
No seas cínico en el amor;
porque a pesar de toda la aridez y desengaño
es tan perenne como la hierba.

Acata dócilmente el consejo de los años,
abandonando con donaire las cosas de la juventud.
Alimenta la fortaleza de tu espíritu para que te proteja contra la adversidad.
No te atormentes con tu imaginación.
Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.
Además de una sana disciplina,
sé gentil contigo mismo.

Tú eres una criatura del universo,
no menos que los árboles y las estrellas;
tienes derecho a existir...
Y aunque esté claro o no para ti,
no dudes que el universo marcha como debe ser.

Por lo tanto, debes estar en paz con Dios,
no importando cuál sea tu idea de El.
Y cualesquiera que sean tus trabajos y aspiraciones,
en la ruidosa confusión de la vida, mantén la paz con tu espíritu.

Porque a pesar de toda la hipocresía, del arduo trabajo y de los sueños fallidos,
el mundo es todavía un lugar hermoso.
Sé alegre.
Esfuérzate por ser feliz.

Max Ehrmann


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