Hay fenómenos naturales que se producen a lo largo de la tierra, y
pareciera que eso los vuelve comunes. Sin embargo, hay algunos lugares
del mundo, en donde su desarrollo se vuelve exclusivo, y los convierte
en los más esperados y en grandes atractivos turísticos, y como no podía
ser de otro modo, esto ocurre en México.
Este es un país que a lo largo de su territorio posee diversos
elementos y manifestaciones que seducen al viajero, y que invitan a
disfrutarlos en persona.
Muchos de estos fenómenos naturales
se manifiestan aquí y ocurren una o dos veces al año. Esto los vuelve
aún más interesantes, llegando a dotar a algunos de un carácter
simbólico y de ritual de gran importancia.
Uno de ellos es el Equinoccio de Otoño en Chichén Itzá.
El equinoccio es el punto cenit, es decir que se encuentra a 90 grados
sobre la cabeza del observador, y la tierra es iluminada de igual modo
por el sol, tanto en el norte como en el sur. Es un espectáculo
asombroso, y poder observarlo en un lugar tan mítico, que fue hogar de
los mayas, le da un carácter aun más especial.
El espectáculo arqueoastronómico más conocido mundialmente sobre el
mundo maya es sin duda alguna el que ocurre en "El Castillo" o
"Pirámide de Kukulkán" en Chitchen Itza. Construido hacia en 800 de
nuestra era, es un asombroso calendario solar que marca los días del año
así como los equinoccios de primavera y de otoño. El Castillo es un
templo de forma piramidal de 28 metros de altura con 91 escalones en
cada uno de sus cuatro caras. Los escalones son un registro en piedra
del año solar. 91 escalones por 4 lados, más un nivel extra por la
plataforma da un total de 365, un peldaño por cada día del año. Al atardecer del día 22 de septiembre, cuando comienza el
equinoccio de otoño, se puede observar en la escalera norte del Castillo
de Kukulcán, una proyección solar: la imagen de una
serpiente emplumada (representación del dios Kukulcán) descendiendo por
las escaleras desde la parte más alta de la pirámide.
El espectáculo se inicia cuando las primeras sombras de los cuerpos superiores de la pirámide comienzan a dibujar triángulos isósceles (siete triángulos de luz invertidos) que conforman el cuerpo de la serpiente emplumada, las que luego avanzan hacia la cabeza en forma de serpiente y se ubican en la parte baja de la alfarda. El séptimo triángulo coincide con la garganta del reptil que está al principio de la alfarda. En ese instante, cuando el último triangulo de sombra toca la base de la alfarda todos los espectadores se ponen de pie y levantan las manos para absorber la energía positiva que emana este fenómeno.
A medida que el sol se oculta, los triángulos van desapareciendo en
orden inverso (de abajo hacia arriba) y así la figura de Kukulcán
finalmente desaparece. Todo este proceso que dura aproximadamente 45
minutos, desde su inicio hasta su culminación.
El fenómeno también se puede apreciar unos dos días antes y después del equinoccio, dependiendo del clima. El mismo fenómeno puede vivenciarse el día 21 de marzo, con motivo del equinoccio de primavera.
El fenómeno también se puede apreciar unos dos días antes y después del equinoccio, dependiendo del clima. El mismo fenómeno puede vivenciarse el día 21 de marzo, con motivo del equinoccio de primavera.
Muy posiblemente la pirámide de Kukulkan presentaba otros
alineamientos astronómicos en diversas secciones de su construcción,
lamentablemente estas hipotéticas alineaciones las hemos perdido. Cuando
la pirámide fue descubierta se encontraba en un estado excesivamente
ruinosa, y en su mayor parte de la construcción que vemos en la
actualidad es obra de un arduo proceso de reconstrucción.
El mundo maya en Centroamérica también tiene interesantes
emplazamientos arqueo astronómicos. La ciudad maya más importante en
este aspecto es Copán, en Honduras. Fundada en el siglo V a.C. y
abandonada en el 850 de nuestra era presenta una gran cantidad de
estelas y construcciones con motivos evidentemente astronómicos. Por
ejemplo la estela numero 2 sólo recibe luz solar en su cara frontal
cuando el astro rey se encuentra en su solsticio de invierno. Las
estelas 10 y 12 indican con su alineamiento la puesta de sol el 12 de
abril y el 1 de septiembre, la primera de estas fechas es el inicio de
la temporada de lluvias. Pero lo interesante de esta alineación es que
la estela 12, en el sector oeste de Copán se encuentra a 7 kilómetros de
la estela 10, y ésta ultima queda bajo el horizonte.
Las mismas fechas, 12 de abril y 1 de septiembre, también están
involucrados con el edificio 22 u "Observatorio". El famoso arqueo
astrónomo Anthony Aveni descubrió que una estrecha ventana de éste
edificio en su parte media apuntaba hacia el ocaso solar en estas
fechas. Dicha ventana siempre se alineaba con Venus en el atardecer
entre abril y mayo. Pero había más. El año anterior en que Venus
alcanzaba su posición más elevada en el horizonte, el primer día de
visibilidad del planeta por la ventanilla siempre se retrasaba 8 días,
del 25 de abril al 3 de mayo. Al año siguiente de alcanzar la posición
extrema, el último día de visibilidad de Venus obedecía a las mismas
fechas. Estas fechas marcadas por dicha ventana y las posiciones de
Venus tenían un razón simbólica: la fecha intermedia entre el 25 de
abril y el 3 de mayo, esto es el 29 de abril, corresponde al paso
zenital del sol sobre Copán. Con ello, los dos astros más importantes
para los mayas Venus y el Sol se veían involucrados simbólicamente en el
mismo edificio. Y esta función arqueoastrológica está perfectamente
grabada en las serpientes de cabezas bicéfalas del edificio, una
representa a Venus y apunta precisamente hacia el poniente, la otra
representa al sol y esta apuntando hacia el naciente. Ante dichas
implicaciones el Edificio 22 también ha recibido el nombre de Templo de
Venus.
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