martes, 19 de junio de 2012

Hielo


Del latín gelum, el hielo es el H2O que se transforma en un cuerpo cristalino de características sólidas. Esta conversión del agua se produce a partir de una baja de la temperatura. En el caso del agua pura que se halla a la altura del nivel del mar, el congelamiento y su transformación en hielo se produce a los 0 grados centígrados.
HieloSon escasas las sustancias que, cuando se congelan, reducen su densidad e incrementan su volumen. Gracias a esta particularidad, las mares que se encuentran en los Polos no se congelan en su totalidad, ya que el hielo queda flotando en la superficie y se somete a las variaciones de la temperatura atmosférica. De esta manera, el hielo con el tiempo se derrite o se convierte en un iceberg.


La increíble historia de los cubitos de hielo

La tí­pica costumbre de refrescar nuestras bebidas usando pequeños cubitos de hielo se debe al tesón (o en realidad, terquedad) de Frederic Tudor, un norteamericano al que hace dos siglos le pareció ver un gran negocio en el transporte y fraccionamiento de grandes bloques congelados, y que pese a las burlas iniciales de sus contemporáneos, amasó una enorme fortuna y llegó a ser conocido como “El Rey del Hielo”.
Nacido en 1783 en la ciudad de Boston, Frederic Tudor se obsesionó por el hielo desde muy joven. Durante un picnic familiar, Frederic y su hermano William bromearon con la posibilidad de vender bebidas frescas en el Caribe, algo que podrí­a convertirlos en millonarios. La idea quedó marcada en la mente de Frederic, quien comenzó a estudiar seriamente la posibilidad de aserrar bloques de hielo de los lagos congelados de la región, embarcarlos y venderlos en el Ecuador.

Frederic Tudor
Claro que los comienzos no fueron muy sencillos. Mostrándose escépticos por lo extraño del cargamento, ningún dueño de buque mercante aceptó transportar la frí­a carga de Frederic Tudor, quien se vio forzado a consumir todos sus ahorros en la compra de un naví­o propio. Su primer objetivo consistió en exportar los bloques de hielo a la isla de Martinica, en donde pensaba obtener el monopolio de las bebidas refrescantes.
En 1806, el barco de Frederic Tudor llegó a Martinica llevando 80 toneladas de hielo para vender a sus acalorados habitantes. Pese a que el cargamento llegó a destino en óptimas condiciones, la operación comercial resultó un fracaso absoluto. Los lugareños no estaban dispuestos a estropear el sabor de sus bebidas locales y se negaron a comprar el hielo de Tudor, quien veí­a con desesperación cómo su mercaderí­a se derretí­a sin remedio.
Durante los años siguientes, las cosas fueron de mal en peor. La situación polí­tica, el caluroso clima y la falta de ventas conspiraron contra el sueño de Frederic Tudor. La gente no se animaba a mezclar sus bebidas con un trozo de hielo; la idea les asqueaba y se burlaban del pobre Frederic, a quien creí­an loco de remate. Su hermano William se retiró del negocio y las deudas lo agobiaron a tal punto que Frederic estuvo preso tres veces entre 1809 y 1813. Pero la obstinación de Tudor era inquebrantable, e hizo lo imposible para convencer al mundo de que comprasen sus cubitos de hielo.
En la década de 1820, Frederic Tudor recurrió a todas las técnicas de marketing que se le ocurrieron para demostrar las bondades de su producto, incluyendo la degustación de “muestras gratis”. Tení­a por costumbre invitar a cenar a personajes distinguidos, a los que serví­a bebidas en vasos de cristal con frescos cubos de hielo flotando en su interior. Pese a la resistencia inicial de la gente a beber los preparados de Tudor, una vez “roto el hielo” (una frase más que oportuna para la ocasión) los invitados adoptaban para siempre el hábito de agregar hielo a sus bebidas.
Tudor viajó por todo el paí­s ofreciendo su original producto. Poco a poco, convenció a los dueños de los bares para que vendiesen las bebidas con hielo al mismo precio que al natural, enseñó a los restaurantes cómo fabricar helados usando sus bloques de hielo y hasta dialogó con los médicos en los hospitales para explicarles que el hielo resultaba una cura ideal para los pacientes afiebrados. Lo cierto es que las personas jamás habí­an necesitado el hielo hasta que Tudor se los hací­a probar. De allí­ en adelante, no podí­an vivir sin él.
Los negocios prosperaron a partir de entonces y Frederic Tudor no sólo consiguió vender bloques de hielo en el Caribe (especialmente en La Habana) sino que también transportó su producto a toda Europa e incluso hasta la India. En su época de mayor esplendor, las compañí­as hieleras de Tudor realizaban embarques de más de 180 toneladas de hielo hacia Calcuta.
Finalmente, la obsesión de Tudor por los cubitos de hielo dio sus merecidos frutos; se lo conoció como “El Rey del Hielo” y se volvió multimillonario, falleciendo próspero y feliz en 1864, varias décadas antes de que la llegada de la electricidad y los avances en los sistemas de refrigeración volvieran obsoletas a sus industrias.
Completamos este informe con una secuencia fotográfica del London Canal Museum de principios del siglo XIX, que detalla las operaciones de la Wenham Lake Ice Company (empresa competidora de Tudor), dedicada a vender en Inglaterra bloques de hielo “cosechados” en Noruega:
Producción de hielo en el siglo XIX


Arados especiales tirados por caballos cortaban grandes bloques de hielo formados con las puras aguas congeladas de los lagos noruegos.





Producción de hielo en el siglo XIX
Los bloques de hielo se cortaban luego a mano, utilizando grandes sierras metálicas.









Una vez fraccionados en
trozos de tamaños similares, los bloques de hielo se manipulaban mediante pinzas especiales.
Producción de hielo en el siglo XIX
Producción de hielo en el siglo XIXExtensas pasarelas de madera encerada serví­an para trasladar cómodamente a los bloques de hielo desde el lago hasta la costa, en donde se cargaban en los buques mercantes.
Producción de hielo en el siglo XIX
A lo largo de numerosos puntos al sur de Oslo, los barcos hieleros recibí­an su cargamento, para luego trasladarlo hasta Londres. Para darnos una idea de la magnitud del negocio, en la década de 1890 Noruega exportó más de 340 mil toneladas de hielo anuales.
Producción de hielo en el siglo XIX
Los barcos recorrí­an la “ruta del hielo”, transportando su cargamento hasta la ciudad de Londres, en donde era descargado en la zona portuaria.
Producción de hielo en el siglo XIX
El ciclo se completaba con la distribución domiciliaria, por medio de carros tirados por caballos. El vendedor picaba el hielo de acuerdo a las dimensiones y peso solicitados por cada uno de los clientes.


CÓMO HACER HIELO SECO 




Romper el hielo

ballenas


La ballena de Groenlandia es grande, lenta y pesada, pero también aventurera. Los científicos creen que son pioneras en atravesar una nueva ruta marítima abierta en el Ártico a causa del deshielo. Los investigadores que observan poblaciones de ballenas en el Atlántico, cerca de Groenlandia, y en el Pacífico, cerca de Alaska, descubrieron que en verano de 2010 un macho procedente del Atlántico y otro del Pacífico habían penetrado en el Paso del Noroeste. Permanecieron en una zona geográfica intermedia unos diez días. Aunque las dos poblaciones de ballenas probablemente llevan milenios separadas por el hielo, no presentan grandes diferencias genéticas, lo que sugiere, según Mads Peter Heide-Jørgensen, del Instituto Groenlandés de Recursos Naturales, que durante ese tiempo se han producido encuentros periódicos. El científico espera poder determinar con qué frecuencia los cetáceos se dan cita en ese punto. «Con menos hielo en el Paso del Noroeste, habrá más ballenas que hagan esa ruta, y quizá también otras especies.» —Murray Carpenter


CANCIÓN DE HIELO Y FUEGO

 Canción de hielo y fuego es una multipremiada serie de novelas de fantasía épica escritas por el novelista y guionista estadounidense George R. R. Martin. Martin comenzó a escribir la serie en 1991 y el primer tomo se publicó en 1996. Originalmente planeada como una trilogía, actualmente se espera que la serie sea una heptalogía, ya que tiene cinco tomos publicados y dos más planeados.

 

La historia de Canción de hielo y fuego se sitúa en un mundo ficticio medieval, principalmente en un continente llamado Poniente pero también en un vasto continente oriental, conocido como Essos. La mayor parte de los personajes son humanos pero a medida que la serie avanza aparecen otras razas. Hay tres líneas argumentales en la serie: la crónica de la guerra civil dinástica por el control de Poniente entre varias familias nobles; la creciente amenaza de los Otros, apenas contenida por un inmenso muro de hielo que protege el norte de Poniente; y el viaje de Daenerys Targaryen, la hija exiliada del rey que fue asesinado en otra guerra civil hace quince años, quien busca regresar a Poniente a reclamar sus derechos. Estas tres historias interactúan entre sí y son extremadamente co-dependientes.

La forma realista que tiene Martin de plantear sus personajes hace que sea extremadamente difícil clasificarlos: muy pocos pueden ser etiquetados como "buenos" o "malos", alejándose así del maniqueísmo que en ocasiones abunda tanto en el género fantástico. El autor se ha ganado la fama de no tener miedo a "matar" a cualquier personaje, sin importar que sea o no principal, en pos del realismo.

Títulos publicados (todos incluidos en esta descarga):

  • Juego de tronos (A Game of Thrones, 1996), trad. de Cristina Macía, publicada por Gigamesh en 2002.
  • Choque de reyes (A Clash of Kings, 1998), trad. de Cristina Macía, publicada por Gigamesh en 2003.
  • Tormenta de espadas (A Storm of Swords, 2 vols. 2000), trad. de Cristina Macía, publicada por Gigamesh en 2005.
  • Festín de cuervos (A Feast for Crows, 2005), trad. de Cristina Macía, publicada por Gigamesh en 2007.
  • Danza con dragones (A Dance with Dragons, 2011). Publicada hace unos meses solo en inglés y recientemente en portugués, esta versión en español ha sido traducida por aficionados de la saga con más que suficiente calidad, en espera de la salida oficial en español. Esta es la versión completa, con todos los capítulos

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