No me propongo debatir sobre las creencias ni la verosimilitud del relato cristiano. Simplemente, me interesa saber el porqué de las cosas y en esta oportunidad voy a ofrecerte 5 posibles teorías sobre por qué se pintan los huevos de Pascua. ¿Cuánto hay de paganismo en esta práctica cristiana? ¿Cuántas historias descabelladas pueden sustentar el origen de esta costumbre? Quizás la respuesta la encuentres en este pequeño recorrido.
Origen pagano: celebración de la primavera
A lo largo de los siglos, el huevo ha sido visto como un símbolo de vida y fertilidad.Por ello, ha estado presente en muchas celebraciones de la primavera, de origen pagano, en las que se festeja el renacimiento de la naturaleza, las nuevas cosechas y la vida en general, propias de esta estación, tras el largo frío del invierno. Con el paso de los siglos, el cristianismo se apoderó de estas costumbres paganas para celebrar el renacimiento y resurrección de Jesucristo, y así se convirtió en costumbre decorar huevos de Pascua y regalarlos.
Tradición de la Mesopotamia
De acuerdo a algunos historiadores del cristianismo, era frecuente teñir los huevos de color rojo entre los tempranos cristianos que habitaban la Mesopotamia (la región que media entre los ríos Tigris y Éufrates, en donde actualmente se encuentra Irak). De esta manera, se recordaba la sangre de Cristo que fuera derramada en su crucifixión.
Los caprichos del rey Eduardo I de Inglaterra
El primer registro real que se tiene respecto al uso de los huevos de Pascua data del siglo XIII d.C. Al parecer, el rey Eduardo I de Inglaterra ordenó a sus fieles vasallos que pintaran unos 450 huevos y los ornaran con detalles en oro, y así poder usarlos como regalos de Pascua. Si bien no se cree que la tradición haya comenzado en ese momento, se reconoce que la decisión real haya tenido su importancia para que la tradición comenzara a instalarse definitivamente.
La leyenda de María Magdalena y los huevos que cambiaron de color
Bien, aquí dejamos de lado lo que podría verse como razones verosímiles, y transitamos por las antiguas leyendas. Una de ellas dice que, al tercer día de la muerte de Jesús, María Magdalena fue visitar su sepulcro, llevando una canasta de huevos con ella, para compartir con otras mujeres que estarían allí. Menuda fue la sorpresa que se llevó al encontrarse con la tumba abierta, al tiempo que los huevos que llevaba en la canasta se volvieron rojos de repente.
La sangre de Cristo
Otra de las teorías tiene a María, la madre de Jesús, como el origen de la tradición, que hizo leyenda en la Europa oriental, sobre todo. Según estas historias, al acudir al pie de la cruz el Viernes Santo, las gotas de Jesús crucificado cayeron sobre los huevos que María llevaba en su canasta, pintándolos de color rojo.
Fuente:
http://www.ojocientifico.com
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