jueves, 22 de noviembre de 2012

Historia de La Piedra Rosetta



 Descubierta durante la campaña napoleónica de Egipto, la piedra de Rosetta fue arrebatada a los franceses por los ingleses, como botín de guerra. Siguió una frenética carrera para descifrar sus jeroglíficos.


El 19 de julio de 1799, durante el desenterramiento de una antigua fortaleza egipcia —denominada Fort Saint Julien— por parte de un destacamento militar francés, los soldados descubrieron un bloque de piedra granítica, de 114 centímetros de altura, 72 de ancho y 28 de grosor, con una cara pulimentada en la que aparecían tres tipos de escrituras, que dividían el texto en tres partes. La parte superior, compuesta por 14 líneas, estaba formado por jeroglíficos; en el centro aparecían 32 líneas de escritura cursiva, el demótico, última fase de la escritura egipcia; mientras que la parte inferior la formaban 54 líneas en griego, una lengua hablada y escrita en Egipto desde época helenística. La Piedra de Rosetta reposa en el Museo Británico de Londres desde 1802 y está quebrada en un solo lugar. Hacia el fin de la Primera Guerra Mundial, en 1917, previendo un fuerte bombardeo a Londres, el museo la trasladó a un lugar seguro junto con otros objetos portátiles 'importantes'. La Piedra Rosetta pasó los siguientes dos años en una estación del Ferrocarril Postal a 50 pies (15,24 metros) bajo tierra en Holborn. 

Sobre ella aparece grabado el denominado Decreto de Menfis, promulgado en la misma ciudad el decimoctavo día del segundo mes de la estación de Peret —o sea, 27 de marzo de 196 a.C.— por los sacerdotes egipcios allí reunidos para conmemorar el primer año del ascenso al trono del faraón Ptolomeo V Epífanes, una compleja fórmula de agradecimiento al soberano que dice:

"Bajo el reinado del joven que recibió la soberanía de su padre, Señor de las Insignias reales, cubierto de gloria, el instaurador del orden en Egipcio, piadoso hacia los dioses, superior a sus enemigos, que ha restablecido la vida de los hombres, Señor de la Fiesta de los Treinta Años, igual a Hefaistos el Grande, un rey como el Sol, Gran rey sobre el Alto y el Bajo país, descendiente de los dioses Filopáteres, a quien Hefaistos ha dado aprobación, a quien el Sol le ha dado la victoria, la imagen viva de Zeus, hijo del Sol, Ptolomeo. Viviendo por siempre, amado de Ptah.
En el año noveno, cuando Aetos, hijo de Aetos, era sacerdote de Alejandro y de los dioses Soteres, de los dioses Adelfas, y de los dioses Euergetes, y de los dioses Filopáteres, y del dios Epífanes Eucharistos, siendo Pyrrha, hija de Filinos, athlófora de Berenice Euergetes; siendo Aria, hija de Diógenes, canéfora de Arsínoe Filadelfo; siendo Irene, hija de Ptolomeo, sacerdotisa de Arsínoe Filopátor, en el (día) cuarto del mes Xandikos —o el 18 de Mekhir de los egipcios—"






En años anteriores, la dinastía ptolemaica había perdido el control de ciertas zonas del país. Después de un largo tiempo, su ejército logró derrocar a la oposición en el Delta, pero la región sur del Alto Egipto, Tebas en especial, no había sido aun recuperada por el gobierno.
Antes de la era ptolemaica (hasta cerca del año 332 a.C.), el rey solía emitir decretos en jeroglíficos como el de esta pieza. Este dato da cuenta de cómo cambiaron las cosas desde los tiempos faraónicos, ya que los sacerdotes, las únicas personas que conocían la escritura jeroglífica, pasaron a emitir dichos decretos. La cantidad de actos reales condescendientes con los templos nos ilustra la forma en la cual se garantizaba el apoyo de los sacerdotes.



Sin embargo, la tremenda importancia de la Piedra de Rosetta estribaba en otro aspecto: constituyó la clave para interpretar los jeroglíficos egipcios, que hasta el momento de su descubrimiento habían resultado completamente indescifrables. ¿Cómo cayó en manos inglesas? Las dos potencias dominantes en la Europa de entonces, Francia e Inglaterra, se enfrentaron por el control del Mediterráneo —con Egipto como territorio clave—, pero la contienda la ganaron los británicos. El tratado de capitulación contenía una cláusula en la que se establecía que todas las colecciones, documentos, ejemplares naturales o artificiales así como las antigüedades, incluyendo la Piedra de Rosetta, que el Institut había recopilado, pasaban a ser propiedad británica. 


Esta piedra está dividida en tres franjas horizontales, en cada franja, está grabado el mismo texto de diferentes formas. Así, en la parte superior el texto estaba escrito en jeroglífico, en la intermedia en egipcio demótico y en la inferior en griego.



                                                Escritura jeroglífica egipcia

                                                Escritura demótica egipcia

                                                Escritura griega

La parte final en griego del decreto habla de que el mismo debe inscribirse en jeroglíficos, demótico y griego, y que debe estar presente en numerosos templos:

"Este decreto deberá inscribirse en una estela de piedra dura, con escritura sagrada*, con la escritura de los documentos* y la escritura de los griegos, y deberá erigirse en cada uno de los templos de los rangos primero, segundo y tercero, cerca de la imagen divina del rey, que para siempre viva."
 

La escritura sagrada es la jeroglífica, y la de los documentos es la demótica, un tipo de escritura que evolucionó a raíz de la hierática en el siglo VII a.C. 

Para terminar, hay que recordar que este estilo de decreto, escrito en estelas y en tres tipos de escritura, no es exclusivo de la Piedra de Rosetta. Otro famoso caso es el del Decreto de Canopo, de Ptolomeo III Evérgetes I (246-221 a.C.), del que ya hablaré el día que toque el tema del calendario civil egipcio, con el que está estrechamente relacionado.

Esta característica, fue la que hizo posible al científico inglés Thomas Young (1773-1829) ir relacionando símbolos y signos de los textos grabados en la piedra y crear una correspondencia entre ellos, labor que culminaría el famoso egiptólogo francés Jean-François Champollion (1790-1832), posibilitando al mundo conocer la historia del antiguo Egipto.


La Piedra Rosetta es un legado de relevancia universal para el mundo de la arqueología y de la ciencia de hoy en día. En el año 2003 los egipcios exigieron la devolución de ésta, a través del doctor Zahi Hawass quien es secretario del Consejo Supremo de Antigüedades del Cairo, quien afirmó que esta piedra constituye un icono de la identidad egipcia. El término Piedra Rosetta, se aplica hoy en día para hacer referencia a cualquier cosa que sea fundamental para una traducción, o bien a un problema de gran complejidad.




Fuentes:

 http://www.historiang.com
 http://manecc.blogspot.com.es
 http://www.britishmuseum.org





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