Hace muchísimo tiempo atrás, en otras épocas muy remotas, salvajes y
fantásticas criaturas vivían y andaban libres por ahí.
La más hermosa de
todas ellas era el Unicornio, una criatura de color blanco, con cuerpo
de caballo, barba de chivo, patas de antílope y un cuerno en la frente,
que era perseguido permanentemente debido a los mágicos poderes
curativos y de juventud eterna de éste último. Pero esta criatura no era
fácil de atrapar, era muy rápida y ágil. La única forma de hacerlo, era
recurriendo a los encantos de las inocentes doncellas, de corazón puro,
a las que los unicornios se acercaban ingenuamente atraídos por su
pureza y apoyaban la cabeza en sus regazos. De esta manera al estar
distraídos eran atrapados por ambiciosos cazadores que les cortaban los
cuernos, muriendo como consecuencia inmediatamente después. Así,
progresivamente fueron desapareciendo y extinguiéndose todos los
unicornios, siendo hoy tan sólo una hermosa y recordada leyenda.
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