lunes, 27 de agosto de 2012

Olas en Arizona


 

Se dice que si uno es fotógrafo de paisajes y no ha estado en este lugar, no se puede considerar un fotógrafo “realizado”. Fotógrafo o simple excursionista, lo cierto es que poder pasear por esta maravilla de la geología es algo a tener en cuenta si alguna vez se viaja hasta Arizona, en Estados Unidos.

“The Wave”, como por motivos obvios se bautizó a esta formación arenisca del Jurásico, tiene una edad aproximada de unos 190 millones de años. Según los científicos, la formación fue en su día un conjunto de dunas que acabó por convertirse en roca compacta con el paso de los siglos, calcificándose en las capas horizontales y verticales que podemos ver. Después, la lluvia y el viento acabaron por conformar las sinuosas, coloridas y ondulantes formas que la hacen única en el mundo.

  Arizona guarda muchos secretos, pero quizás entre los más espectaculares, está la llamada "ola del desierto", una formación rocosa modelada magistralmente por el viento, de tan difícil acceso que incluso quienes viajan a fotografiarla, a veces regresan frustrados por no poder encontrarla. 
Esta curiosa formación de piedra arenosa llamada “La Ola” está situada en las laderas de los cerros Coyote, Arizona (USA). Su forma se debe al trabajo de cientos de años del viento, el cual se ha encargado de moldear esta superficie dejándola con ondas suaves.
La formación está situada en una reserva protegida de Paria Canyon Vermillion Cliffs Wilderness, ubicado al norte de Arizona.

  


 Para visitar el lugar, una oficina gubernamental otorga apenas 20 permisos por día.   
  
  
Para llegar a la increíble formación de la Ola de Arizona hay que realizar una excursión de casi 5 kilómetros a través de paisajes escarpados, y caminos que ascienden por calzadas de hasta 107 metros de altura. La recompensa es grande: el lugar es el paraíso para fotógrafos y visitantes, capaz de deslumbrarse con la belleza inverosímil del lugar. 
Un buen momento para fotografiar la ola de Arizona es alrededor del mediodía, cuando no hay sombras en el centro, si bien temprano por la mañana y al atardecer también puede resultar adecuado. La zona puede resultar muy calurosa por lo que se recomienda realizar la excursión bien temprano. Junto a la zona de la ola principal, se puede continuar el camino y encontrar otra formación no menos espectacular conocida como la Segunda Ola:  
 La piedra arenisca blanda es bastante frágil, por lo que hay que caminar con cuidado para tratar de no romper las pequeñas crestas. Con mucha suerte, podremos encontrar en el lugar pequeñas piscinas naturales dejadas por alguna tormenta reciente, y podremos hasta tomar un baño junto a una comunidad de renacuajos que pueden sobrevivir durante varios días:
   

La política de preservación del lugar, afortunadamente da buenos resultados. Incluso la señalización del modo de llegar es casi nula, para evitar visitas indeseadas. Ante la dificultad para encontrar el lugar exacto donde se encuentra la ola, muchos turistas suelen "perderse", por lo que se recomienda utilizar un receptor GPS suministrado por los guardaparques para encontrar la ola y sobre todo el camino de regreso. 



Hay otro lugar que tiene unas características similares al de "la ola". Una de las diferencias está en que, en este caso, las formaciones rocosas se disfrutan desde abajo (o mas bien desde dentro). Este destino si viene nombrado en los mapas, es El Cañon Antelope (a tan solo 45 kilómetros al este de "la ola"). Era completamente desconocido hasta 1931, año en el que un indio navajo descubrió la entrada del cañon accidentalmente mientrás cazaba.


El Cañon Antelope es uno de los cañones más visitados en USA (con el permiso de su majestad "El Gran Cañon del Colorado"), es infinitamente más pequeño, pero su belleza no deja indiferente a ninguno de los visitantes que se adentran entre sus estrechas y misteriosas paredes de hasta 40 metros de altura Paredes que han sido talladas por la madre naturaleza y que gracias a la luz del sol que entra por las grietas se vive un fenómeno de luz y color único.



La espectacular morfología de este cañon ha sido constriuda por un mezcla entre erosión y epigénesis. La epigénesis , como bien dice la misma palabra, ocurrió primero. Imaginaos un rio con un lecho muy blando (a base de sedimentos) y que el constante movimiento del agua fuese "cavando" sobre la roca una agujero longitudinal a la dirección del rio. A medida que más agua fluía, más profundo se hacía, creando un canal con paredes. Luego, un movimiento de las placas tectónicas terrestres separó las paredes y disminuyó el caudal del rio. Ahora es cuando entra en juego la erosión: el constante golpeo de "piedrecitas" contra las paredes, la caida de agua en épocas lluviosas y los esporádicos derrubios, han ido creando estas singulares formas rocosas.



Las visitas deben ser guiadas ya que la amenaza por inundación, en la época monzónica, esta a la orden del dia. En un abrir y cerrar de ojos, el cañon se convierte en un rio golpeado por las masas de agua que caen como latigazos por la abertura superior. Prácticamente imposible sobrevivir...



Una última curiosidad sobre este lugar: Y esque resulta que mucha gente sale del cañon asegurando haber visto fantasmas (¿?). El sitio tiene su encanto y misterio, pero tampoco es para tanto. La explicación para este "fenómeno" es que cuando se filtra los rayos de luz por las aberturas superiores del cañon, se crea un haz de luz que, siendo atravesado por la caida de pequeños derrubios de arena muy fina se forman unas figuras alargadas en movimiento muy curiosas (Tal y como sucede cuando el humo del tabaco atraviesa una haz de luz de la persiana de nuesta habitación, por ejemplo)






Otro capricho de la naturaleza





Os dejo un video para que os podáis hacer una idea mejor...



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