¿Por qué no voy a buscar la felicidad
si la gente me ha enseñado que es el único objetivo que merece la pena?
¿Por qué me voy a arriesgar a tomar un camino que otros no se
arriesgaron a tomar?
Después de todo, ¿qué es la felicidad?
Amor, responden. Pero el amor no
da, y nunca dado felicidad. Todo lo contrario, siempre es una angustia,
un campo de batalla, muchas noches en vela, preguntándonos si estamos
haciendo lo correcto. El verdadero amor está hecho de éxtasis y agonía.
Paz, entonces. ¿Paz? Si miramos a
la Madre, ella nunca está en paz. El invierno lucha con el verano, el
sol y la luna nunca se ven, el tigre persigue al hombre, que tiene miedo
del perro, que persigue al gato, que persigue al ratón, que asusta al
hombre.
El dinero da la felicidad. Muy
bien: entonces todas las personas que tienen el dinero suficiente para
vivir con un altísimo tren de vida podrían dejar de trabajar. Pero
siguen más nerviosas que antes, como si temieran perderlo todo. El
dinero da más dinero, eso es verdad. La pobreza puede provocar la
infelicidad, pero al contrario no es cierto.
He buscado la felicidad durante
mucho tiempo de mi vida; ahora lo que quiero es alegría. La alegría es
como el sexo: empieza y acaba. Yo quiero placer. Quiero estar contenta,
¿pero felicidad? Yo no caigo en esa trampa.
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