lunes, 3 de septiembre de 2012

Arpa, rima VII

     Del salón en el ángulo oscuro,
     de su dueño tal vez olvidada,


     silenciosa y cubierta de polvo,
     veíase el arpa
 
    ¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas
     como el pájaro duerme en las ramas,
     esperando la mano de nieve
     que sabe arrancarlas!
 
     ¡Ay!--pensé--. ¡Cuántas veces el genio
     así duerme en el fondo del alma,
     y una voz, como Lázaro, espera
     que le diga: "¡Levántate y anda!"



El arpa de hierba...
 
... es un título fundamental en la obra de Truman Capote: una pieza clave de su polifacético universo literario y una muestra acabada del exquisito registro con que retrata las vivencias más intensas. En esta novela de trazos autobiográficos, Capote relata la historia de una pequeña comunidad norteamericana cuyos cimientos morales se ven conmocionados por un extraño episodio. Collin Fenwick, joven huérfano que vive con las solteronas Talbo, es testigo de la singular relación que une a las dos hermanas: Verena, rígida y avara, la mujer más rica del pueblo, y Dolly, que ha hipotecado su vida al cuidado de su hermana y de la casa. Ambas padecen soledad. La intervención de un pícaro que desvalija a Verena, frustrando de paso sus expectativas sentimentales, desencadena el acontecimiento central: Dolly y Catherine abandonan la casa y se instalan, junto al joven Collin, en la precaria cabaña construida en la cima de un enorme árbol.




 Pero, ¿qué es un arpa?


 El arpa es un instrumento de cuerda pulsada compuesto por un marco resonante y una serie variable de cuerdas tensadas entre la sección inferior y la superior. Las cuerdas pueden ser pulsadas con los dedos o con una púa o plectro. Existen diversos tipos destacando en popularidad: además del arpa clásica, usada actualmente en las orquestas, el arpa celta y el arpa paraguaya. El arpa es el instrumento musical nacional de Venezuela, Perú e Irlanda.

 El principio extremadamente sencillo de su construcción ha hecho que desde su lejano origen conservara la forma de un triángulo más o menos regular y adornado, a cuyos dos lados se sujetan naturalmente las extremidades de las cuerdas dispuestas por orden de longitud decreciente.


El Arpa de concierto o clásica tiene 7 pedales y 43 cuerdas, se inventó en 1810. Es habitual en las “Orquestas Sinfónicas y de Ópera”. A veces, se utiliza con excelentes resultados en su música de cámara.
De su predecesora, el arpa de bastidor, existe un dibujo fechado entre los siglos VIII y X y fue utilizada hasta mediados del siglo XV por lo trovadores de toda Europa; está provista de cuarenta y seis cuerdas.

El arpa está fabricado en madera y sus cuerdas son de tripa, mide 1’7 metros de altura y puede pesar hasta 680 kg.
Por medio de un mecanismo de pedales, puede afinarse cada cuerda uno o dos semitonos más alto, pero al cambiar la afinación de una cuerda se modifican todas las del mismo nombre por lo que pueden ser afinadas en Do bemol, Do. o Do sostenido.
Al igual que el piano las obras para este instrumento se escriben generalmente para la mano derecha en clave de Sol en segunda línea y la izquierda en clave de Fa en cuarta.


 Los orígenes del arpa se pierden en la noche de los tiempos y sólo es posible reconstruir parte de su historia en el mundo antiguo a raíz de descubrimientos arqueológicos puntuales que van ilustrando su historia.

 Se la encuentra en grabados de Sumeria y Babilonia que se remontan a los años 3000 a.C.

Alrededor del año 3.000 A.C. aparecen representaciones de arpas en sellos y placas de la antigua Mesopotamia, así como 4 ejemplos de liras (parientes cercanos del arpa) 
encontradas en tumbas en la ciudad de Ur. 
Hacia el 2.700 a.C. existen testimonios de su presencia en Egipto, donde tenemos noticias de que tuvo un relevante papel dentro del ambiente musical de la alta sociedad.  Los antiguos escritos hebreos mencionan también su presencia, si bien no tenemos testimonios directos que nos indiquen como eran los modelos de la antigua cultura hebrea.

El famoso "Arpista de Keros", escultura de mármol proveniente del período Egeo, documenta su presencia en la antigua Grecia hacia el año 2000 a.C. En la mitología griega, Orfeo desciende a los infiernos con su arpa y con una música maravillosa convence a los dioses que le devuelvan a su esposa Eurídice, muerta en el día de su boda. Por otra parte, Amfión es capaz de levantar los muros que rodean la ciudad de Tebas solamente con el sonido mágico de su arpa. 


Numerosos frescos y relieves provenientes de distintos períodos de la civilización egipcia, reflejan la importancia y la evolución del instrumento en la vida cultural de este pueblo. En la tumba de Tutankhamon, entre sus efectos personales se incluye un arpa, permitiendo deducir que hacia el año 1350 a.C., éste faraón cultiva el placer de ejecutarla. En las paredes que rodean la tumba del faraón Ramsés III se representan arpas hacia el año 1200 a.C. En el Museo del Louvre entre su colección de antigüedades egipcias puede observarse hoy un arpa trígona.




  Dentro de las sociedades griega y romana, el arpa mantuvo un papel discreto, en cualquier caso parece clara la existencia de algún modelo vinculado a la cultura asiria, que también habría sido adoptado en Egipto.


 El cristianismo desde sus inicios demuestra una especial predilección por el arpa. Su presencia es permanente en los oficios y cánticos de la iglesia hasta la aparición del órgano y continúa presente aún por mucho tiempo en lugares de difícil acceso para este instrumento, como en la evangelización americana.





  El arpa es motivo de inspiración de los más grandes artistas del cristianismo en sus más variadas expresiones, ningún otro instrumento es tantas veces representado siempre asociado con lo celestial, virtuoso y sublime.



A partir de la Edad Media se convierte en uno de los instrumentos predilectos de trovadores y minnesänger, de tal forma que tiene una aceptación extraordinaria en la música de la época. Su uso comienza por hacerse corriente en los “países celtas” hacia el siglo VIII o IX, donde acompañaba a la poesía. Su uso se hace tan importante en esta zona, que aún hoy en día Irlanda incluye el arpa en su enseña nacional.

Posteriormente llega a ser un instrumento solista de importancia, al que se le otorgan las cualidades de “viril y noble”. Hacia el siglo XV, comienza a perder importancia a favor del laud, con excepción de los arpistas irlandeses, que florecen con buena consideración social durante el siglo XVI y parte del XVII, aunque la tradición acaba sucumbiendo a la persecución inglesa, que en el contexto de la lucha entre católicos y protestantes, considera el arpa irlandesa un símbolo y decide quemar todas cuantas encuentra a su paso. Por ello, son escasísimos los ejemplares antiguos que encontramos hoy en día en las Islas Británicas.

El último gran representante de la tradición irlandesa es Toirdhealbhach Ó Cearbhalláin, más conocido por su nombre anglizado, Turlough O’Carolan (1670-1738), arpista y compositor ciego de gran prestigio en cuya música se mezcla la tradición popular centenaria irlandesa junto con el ambiente culto barroco de su propio momento histórico.  Gran parte de sus composiciones llegaron hasta nosotros y forman parte del repertorio usual de los arpistas actuales.



Mientras tanto, en el resto de Europa la popularidad del arpa cae, en gran parte por su dificultad para adaptarse a las nuevas características cromáticas de la música culta. El primer intento serio de afrontar este problema nace hacia 1580, con el nacimiento del “arpa doppia” italiana (aunque se discute un posible origen irlandés), un arpa con dos filas de cuerdas, una de ellas diatónica y la otra cromática. Para ella compone Monteverdi el acompañamiento del tercer acto de su Orfeo (1607). La ampliación siguiente, en el siglo XVII,  será el arpa galesa de 3 órdenes; 3 filas de cuerdas paralelas, donde las dos filas exteriores son diatónicas y la interior cromática. En España, el arpa barroca de dos órdenes, con dos hileras de cuerdas cruzadas en el medio, goza de bastante popularidad durante los siglos barrocos, pero su uso decae y la lleva al olvido rápidamente. Sólo la labor de Pedro y Nuria Llopis, trabajando sobre restos de modelos antiguos ha permitido su recuperación en las últimas décadas del siglo XX.

De los modelos antiguos diatónicos, con una única fila de cuerdas, derivan los modelos actuales de Arpa Sudamericana. El arpa fue llevada a América por los colonos españoles, especialmente por las misiones de Jesuitas, y se extendió rápidamente por todo el continente, convirtiéndose en la actualidad en el instrumento nacional de algunos países como Paraguay. El arpa sudamericana tiene una única fila de cuerdas diatónica, y se toca con las uñas.
El paso final a la adaptación cromática del arpa se da en la última década del s. XVII, cuando un constructor bávaro diseña un sistema de pedales que, mediante una transmisión por cables, regula la acción de unos ganchos en la consola que suben y bajan un semitono a las cuerdas. Esta arpa “de acción simple” tiene 7 pedales, uno por cada nota de la escala, con dos posibles posiciones.  A partir de 1720 se impone su uso en Alemania, y unos 30 años después, conquista Francia. Para este modelo de arpa compone Mozart su Concierto para Flauta y Arpa en 1778.
Sobre este modelo se hacen numerosos experimentos (añadir doble número de pedales, una sordina accionable mediante pedal…) hasta que finalmente el fabricante de pianos Sebastien Erard presenta en París en 1811 el modelo de arpa de “doble acción”, que permite 3 posiciones en cada uno de los 7 pedales: bemol, becuadro y sostenido. Con pequeñas modificaciones, esta es el arpa de orquesta que se utiliza hoy en día.

En lo referente al arpa celta, su configuración actual  viene principalmente del renacimiento del instrumento irlandés, desaparecido casi totalmente en el siglo XVIII y reaparecido en el s.XX. Su diseño actual incorpora las llaves semitonales (llamadas también “levers”, “semitonos” o “ganchos”) que derivan de una evolución tirolesa del s.XVI que lograba elevar un semitono la nota mediante un gancho que la apretaba al girarlo.
Si bien las arpas celtas en origen tienen cuerdas de metal (o tripa en algún caso), y su caja esta excavada en una gran pieza de madera, actualmente su fabricación se basa más habitualmente en una caja hecha por tablas ensambladas, siendo habituales las cuerdas de metal, tripa o, muy comúnmente hoy en día, de nylon.
Su extensión geográfica actual comprende las islas británicas (especialmente Irlanda y Escocia) y es también especialmente popular en Francia (sobre todo en la Bretaña, donde recibe el nombre de Telenn). En Estados Unidos y en Canadá hay también un buen número de arpistas “celtas”, principalmente (aunque no únicamente) vinculados a grupos populares que interpretan música de su ascendencia europea.

En la recuperación del instrumento y su difusión en los últimos 40 años cabe destacar la labor de músicos como Derek Bell, arpista de The Chieftains, recientemente desaparecido y de Alan Stivell, arpista bretón que realizó una enorme labor de difusión con su música. Hoy en día existen numerosas marcas comerciales que desarrollan modelos de arpa celta (Salvi, Camac, Aoyama) e infinidad de luthiers que fabrican estos instrumentos en distintos modelos.


En el ámbito peninsular, el número de arpistas  es muy reducido, y centrado casi en exclusiva en la mitad norte peninsular. Podemos destacar la existencia en Vigo del único centro donde se imparte enseñanza de arpa celta, la E-Trad de Vigo, donde desde hace algo más de una década imparte clases Rodrigo Romaní, arpista de gran nivel y ex-componente del grupo Milladoiro, y probablemente el que más ha hecho por la introducción del arpa a nivel gallego. Se calcula que en estos años han pasado por la escuela algo más de 200 alumnos de arpa, algunos de los cuales luego han formado proyectos en solitario.  Otros arpistas a destacar serían Emilio Cao, introductor del instrumento hacia finales de los 70 o Josep Maria Ribelles, arpista catalán con bastante actividad en los últimos años.

 Concierto para arpa y orquesta (Haendel)



"Y cuando el espíritu malo de parte de Dios venía sobre Saúl, David tomaba el arpa y tocaba con su mano; y Saúl tenía alivio y estaba mejor, y el espíritu malo se apartaba de él".  1 Samuel 16.23



 En este cuadro de Rembrandt, Saúl, el rey de Israel, ha llamado al joven pastor David y le ha pedido que toque el arpa para aliviar su tormento y sufrimiento. Saúl está sentado en su trono con sus vestiduras reales y escucha la música que proviene del arpa de David, que se encuentra humildemente arrodillado a la izquierda del cuadro. Mientras que el perfil de David parece desvanecerse en la penumbra que lo rodea, la cabeza, el torso y la capa del rey, que domina el cuadro, reciben una brillante luz desde un lado.

El rey David toca el arpa, de Peter Paul Rubens. 
  
Y para no extenderme más, os dejo un enlace que refleja la presencia del arpa en la miniatura.

(Pincha sobre la imagen)

Concierto de Mozart para orquesta, arpa y flauta



Dedos que tocan vidas: 

 Patrice Fisher llevará al escenario del XV Festival del Centro Histórico una fusión de jazz y sonidos latinos acompañados por el arpa como el instrumento estrella.(Nota, el concierto fue el pasado 17 de agosto).

El periódico Times Picayune, que circula en Nueva Orleáns (ciudad natal de Patrice Fisher) usa una frase curiosa para referirse a la arpista estadounidense: “Quizá haya escuchado latin jazz en alguna oportunidad, y el arpa en otra ocasión. Pero, ¿los ha escuchado juntos? Patrice Fisher combina la improvisación del jazz con melodías y ritmos originarios de América”.
Foto Cortesía Patrice Fisher
Así es el estilo de esta artista, quien ejecuta el arpa, un instrumento muy antiguo cuyo origen se remonta al año 1200 a.C. Además, es uno de los más difíciles y su imagen está regularmente asociada a los sonidos clásicos de un conservatorio. Debido a su complejidad, Patrice disfruta la música cubana y brasileña, pues encuentra una similitud entre ellos y nota que esa armonía encaja perfectamente con el arpa. Por eso, siempre se ha enfocado en el jazz, a pesar de tener un grado académico en música y composición de la Universidad Tulane.
Tiene en su haber 14 álbumes con sus composiciones y ha participado en festivales internacionales en Cancún, Brasil, Bolivia y su ciudad natal. Ha participado por más de 30 años en el New Orleans Jazz & Heritage Festival. Colaboró con el grupo Sounds of Brazil y de manera paralela se presentó junto a la banda de jazz Jasmine. También experimenta con la música celta y es directora del New     Orleans Celtic Harp Ensemble.
Enamorada de Guatemala
Su relación con Guatemala se inició hace 27 años, gracias a un programa de intercambios musicales. En 1988 conoció a su esposo, el percusionista guatemalteco Carlos Valladares, quien fue invitado a Estados Unidos por Lenin Fernández (Alux Nahual), en el marco de un festival artístico en el que Patrice también participó. Su matrimonio facilitó una relación con el circuito de músicos locales.
La muerte de la arpista de la Orquesta Sinfónica Nacional, Floridalma Robles, a principios de la década pasada, dejó a varios jóvenes sin poder continuar sus clases. Así, la conexión con el país se intensificó aún más, pues decidió compartir sus conocimientos con aquellos jóvenes interesados en aprender a tocar el arpa. Esa iniciativa fue motivada por una experiencia personal en la que también su maestra falleció y se quedó sin poder continuar sus estudios durante un año.
Su primera alumna fue Brendy Boj, quien con los años se convertiría en la directora del proyecto Arpas en Armonía, que instruye a nuevos talentos cada sábado, en Casa Ibargüen (zona 1). Cada uno ejecuta un instrumento elaborado en Guatemala por Rigoberto Hernández, originario de San Lucas Tolimán y proveedor de arpas para la comunidad chapina.
Este programa surgió en Antigua, en El Sitio Cultural, con 18 estudiantes que debían esperar pacientemente su turno para tocar una de las dos arpas disponibles. Patrice aprovechaba sus vacaciones en Estados Unidos para venir a Guatemala a darles clases. En un testimonio compartido por Patrice en su página web, relata que cuando las cosas se ponían difíciles, optaba por recordar la mirada de asombro de Brendy cuando aprendió a tocar las primeras notas.
Las videoconferencias son parte de la cátedra, pues ese es el canal que utiliza Patrice para estar en contacto con su pupila. Brendy describe a Patrice como una persona apasionada por la música, creativa y muy noble. “Es alguien capaz de brindar su ayuda sin esperar nada a cambio. Cuando viene a Guatemala trae todo que lo puede (pide a otros arpistas que donen cuerdas) y ayuda a los 25 alumnos actuales”, comenta Brendy.
Ahora, ambas planean expandir el proyecto a El Salvador utilizando también las videoconferencias, en una iniciativa similar, apoyada por una canadiense. 
En vivo, durante el Festival del Centro Histórico
Patrice nunca ha estado alejada de Guatemala, pero sus presentaciones en vivo no han sido tan frecuentes. Este año visitará el país para sorprender al público del Festival del Centro Histórico con un concierto en compañía de talentos extranjeros y nacionales. Estarán Bruce Sunpie Barnes (acordeón y voz), Javier Olondo (guitarra clásica), Carlos Valladares (percusión) y Edwin González (bajo). El invitado especial es Sunpie, quien ha viajado por 35 países para interpretar una combinación de blues, zydeco y la música característica de Louisiana. Los artistas se presentarán con el apoyo del programa New Orleans Jazz and Heritage Foundation Community Partnership 

Curiosidad:

Un arpa eólica, arpa eolia (o arpa de viento) es un instrumento musical que es "tocado" por el viento. Se llama así por Eolo, el dios griego del viento.El arpa eólica fue creada en el siglo XVII por el científico e inventor jesuita Athanasius Kircher. 

Consta de doce a quince cuerdas que suenan con el paso de las corrientes de aire sobre una caja de resonancia rectangular, larga y angosta sobre la cual se extienden doce cuerdas de nylon para guitarra (cuatro de la nota sol, cuatro de la nota si y cuatro de la nota mi). Se fijan a clavos sin cabeza en un extremo y a pasadores de afinamiento en el otro; se sitúa en una ventana para que al fluir una corriente de aire fuerte sobre las cuerdas produzca un sonido etéreo que varía sus tonos musicales de forma aleatoria con la intensidad del viento. La leyenda dice que el rey David situaba su arpa a la cabecera de su lecho a medianoche para obtener este resultado y dormirse más plácidamente.






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