Cuando somos niños, un viaje en coche puede parecernos una eternidad, y a los 30 años nos estamos preguntando qué pasó durante todos los meses del año, porque para ti aún estás en el año anterior. ¿Por qué el tiempo pasa más rápido a medida que envejecemos? Este sentimiento –que por cierto, se nota en todas las culturas– no tiene una clara explicación, sin embargo sí hay algunas claves para entender los misterios del cerebro.
Tiempo proporcional
Una explicación bastante coherente explica que cuando tenemos cinco años, un año más de vida es un 20% de las memorias que guarda nuestro cerebro; pero cuando tenemos cincuenta, solo representa un 2%. Por lo tanto, cada año de vida que sumas se hace menos y menos importante a medida que cumples, ya que representa una proporción menor de recuerdos en el cerebro.
Disminuye la velocidad del cerebro
A medida que las personas envejecen, la velocidad de conducción nerviosa disminuye. Eso quiere decir que los impulsos del cerebro están más separados. Un experimento sencillo al respecto es preguntarle a una persona joven y una mayor para que cierren los ojos e informen cuando creen que ha pasado un minuto. Los jóvenes suelen dar respuestas muy precisas –entre 55 y 65 segundos– y los adultos mayores suelen anunciarlo cuando han pasado 90 segundos.
Pero, ¿qué tiene que ver esto con el hecho de que el tiempo pase más rápido al envejecer? Si tenemos en cuenta que las personas consideran que un minuto pasa más lentamente, probablemente pasen más cosas durante ese minuto irreal de su cerebro. Y por ende, sienten que el tiempo pasa más rápidamente.
Cosas nuevas
Cuando experimentamos algo nuevo, nuestro cerebro “escribe” muchas más cosas que cuando vivimos una experiencia repetida: el primer beso, la primera vez que probaste tu comida favorita, o incluso alguna situación negativa –el primer día en el trabajo–, que no solo recordamos con todo lujo de detalles sino que parece haber durado una eternidad.
Cuando somos jóvenes, la mayoría de las experiencias son nuevas, por lo que nuestro cerebro tiene que codificar mucho más, por lo que el cerebro genera la ilusión de que el tiempo ha pasado más lentamente.
Cuando envejecemos prestamos menos atención al tiempo
Cuando eras niño, probablemente contabas los días para Navidad o para tu cumpleaños; mientras tanto, de adulto estás muy centrado en otro montón de cosas –generalmente, obligaciones–. Mientras más atención prestamos a otras cosas, menos lo hacemos al paso del tiempo, y por eso sentimos que el tiempo pasa más rápido al envejecer.
El estrés
Muchas veces sentimos que no tenemos suficiente tiempo para hacer todo lo que queremos hacer, y eso acabamos por interpretarlo como si el tiempo pasara más deprisa. E incluso aquellas personas mayores que ya no trabajan tienen esa sensación debido a deficiencias físicas o una capacidad cognitiva disminuida.
Aunque sintamos que el tiempo pasa más rápido al envejecer, debemos tener en cuenta que realmente no es así, solo es una sensación que sentimos, por una razón científica que aún no se sabe a ciencia cierta cuál es.
Fuente:
http://www.ojocientifico.com