“La indefensión aprendida es un tecnicismo que se refiere a la
condición de un ser humano o animal que ha aprendido a comportarse
pasivamente, sin poder hacer nada y que no responde a pesar de que
existen oportunidades para ayudarse a sí mismo, evitando las
circunstancias desagradables o mediante la obtención de recompensas
positivas.” (wikipedia.com)
A veces creemos que los únicos males sociales son las adicciones o la
delincuencia, pero esa manera sutil en la que el sistema nos ha venido
incapacitando hasta manipular nuestra esperanza, también debería ser
catalogada como “mal social”. El ingenio característico de generaciones
pasadas está casi extinto y aunque las nuevas técnicas de negocios nos
animan a ser emprendedores, una gran parte de la gente no se lo hace
porque antes de terminar de concebir la idea se declara incapaz y la
tilda de fracaso. Estamos como aquel elefante de la historia al que le
ataron una pata cuando era pequeño y aún después de haber crecido y con
capacidad de romper su atadura sin un mayor esfuerzo, permaneció allí.
Creyó que no podía y ni siquiera hizo el esfuerzo.
¿Cuántas veces ha descartado una opción sin siquiera intentar, a
sabiendas de que tiene el potencial de enfrentar el reto? ¿Cuántas veces
ha creído que algo es imposible para usted sin que haya una limitación
física o intelectual que le impida el acceso? ¿Cuántas veces se ha
quedado de brazos cruzados porque otra persona le dijo que usted no
puede? La respuesta a estas preguntas puede explicar su estatus actual.
Yo quisiera, cual gurú de la superación personal, decir que por haber
asumido mis retos y por no declararme incapaz, hoy soy una persona de
éxito. Pero no, estoy a mucha experiencia de distancia de ser “gurú” en
cualquier disciplina y hablo desde la sinceridad de quien ha dejado
pasar muchas oportunidades importantes por culpa de barreras que yo
misma he creado.
• No aplico para esta posición porque no sé mucho de esto.
• No participo en esta jornada porque no soy suficientemente lista.
• No puedo estudiar “X” carrera porque soy negra, vivo en un país en vías de desarrollo y una vez graduada no podría ejercer.
¿Verdad que son excusas tontas? Pues créame si le dijo que en excusas
mas tontas que esas muchos se han cobijado para no hacer nada y quejarse
de lo “injusta que es la vida”.
Es bueno que seamos conscientes de nuestras capacidades, obviamente
habrá cosas que no podemos hacer porque cada cual tiene un talento
distinto, pero si en algún momento cree que no puede hacer o conseguir
algo, primero pregúntese ¿Por qué no? Y luego decida. Este mundo es para
“locos” y valientes, hay que tener un poco de cada cosa para aceptar el
reto de materializar sueños que en algún momento creímos imposibles,
pero más vale correr el riesgo de fracasar que vivir con el
remordimiento de no haberlo intentado (aunque suene un cliché). Hay que
olvidarse de los NO, buscar la forma de aprovechar el potencial que cada
uno tiene y atreverse.
Fuente:
http://www.culturizando.com