Aunque no escribas bellos poemas,
puedes ser el mejor escritor de tu vida.
Aunque no seas un pintor genial,
puedes hacer de tu vida una obra maestra.
Aunque no entiendas nada de música,
tu vida puede ser una magnífica sinfonía.
Aunque no hayas adquirido gran cultura,
puedes cultivar la sabiduría de la caridad.
Aunque tu trabajo sea muy humilde,
puedes convertir tu día en una profunda oración.
Aunque tengas un monton de años vividos,
puedes ser joven de espíritu.
Aunque las arrugas desformen la belleza de tu rostro,
nada más bello que tu belleza interior.
Aunque tus pies duelan por las piedras del camino,
y tus manos conserven las cicatrices de las incomprensiones,
todavia tienes un corazón grande para amar.
Aunque no lo comprendas ahora,
en el cielo tienes reservado un lugar.
Isaac Newton nació el día de
Navidad del antiguo calendario en 1642 (correspondiente al 4
de Enero de 1643 del nuevo calendario), año en que moría
Galileo, en el pueblecito de Woolsthorpe, unos 13 Km. al sur
de Grantham, en el Lincolnshire. Fue un niño prematuro
y su padre murió antes de su nacimiento, a los treinta
y siete años.
Isaac fue educado por su abuela, preocupada
por la delicada salud de su nieto. Su madre, mujer ahorrativa
y diligente, se casó de nuevo cuando su hijo no tenía
más que tres años. Newton frecuentó la escuela
del lugar y, siendo muy niño, manifestó un comportamiento
completamente normal, con un interés marcado por los juguetes
mecánicos.
El reverendo William Ayscough, tío de Newton y diplomado
por el Trinity College de Cambridge, convenció a su madre
de que lo enviara a Cambridge en lugar de dejarlo en la granja
familiar para ayudarla. En junio de 1661, a los dieciocho años,
era pues alumno del Trinity College, y nada en sus estudios anteriores
permitía entrever o incluso esperar la deslumbrante carrera
científica del fundador de la mecánica y la óptica.
Por otra parte, el Trinity College tenía fama de ser una
institución sumamente recomendable para aquellos que se
destinaban a las órdenes. Afortunadamente, esta institución
le brindó hospitalidad, libertad y una atmósfera
amistosa que le permitieron tomar contacto verdadero con el campo
de la ciencia.
Al comienzo de su estancia en Cambridge, se interesó
en primer lugar por la química, y este interés,
según se dice, se manifestó a lo largo de toda
su vida.
Durante su primer año de estudios, y probablemente
por primera vez, leyó una obra de matemáticas sobre
la geometría de Euclides, lo que despertó en él
el deseo de leer otras obras. Parece también que su primer
tutor fue Benjamin Pulleyn, posteriormente profesor de griego
en la Universidad. En 1663, Newton leyó la Clavis mathematicae
de Oughtred, la Geometria a Renato Des Cartes de Van
Schooten, la Optica de Kepler, la Opera mathematica
de Vieta, editadas por Van Schooten y, en 1644, la Aritmética
de Wallis que le serviría como introducción
a sus investigaciones sobre las series infinitas, el teorema
del binomio, ciertas cuadraturas. También a partir de
1663 Newton conoció a Barrow, quien le dio clase como
primer profesor lucasiano de matemáticas. En la misma
época, Newton entró en contacto con los trabajos
de Galileo, Fermat, Huygens y otros, a partir probablemente de
la edición de 1659 de la Geometria de Descartes
por Van Schooten.
Desde finales de 1664, Newton parece dispuesto a contribuir
personalmente al desarrollo de las matemáticas. Aborda
entonces el teorema del binomio, a partir de los trabajos de
Wallis, y el cálculo de fluxiones.
Después, al
acabar sus estudios de bachiller, debe volver a la granja familiar
a causa de una epidemia de peste bubónica. Retirado con
su familia durante los años 1665-1666, conoce un período
muy intenso de descubrimientos: descubre la ley del inverso del
cuadrado, de la gravitación, desarrolla su cálculo
de fluxiones, generaliza el teorema del binomio y pone de manifiesto
la naturaleza física de los colores.
Sin embargo, Newton
guarda silencio sobre sus descubrimientos y reanuda sus estudios
en Cambridge en 1667.
De 1667 a 1669, emprende activamente investigaciones sobre
óptica explicando la composición de la luz blanca como mezcla de los colores
del arco iris, Isaac Newton formuló una teoría sobre la naturaleza
corpuscular de la luz y diseñó en 1668 el primer telescopio de
reflector, del tipo de los que se usan actualmente en la mayoría de los
observatorios astronómicos; más tarde recogió su visión de esta materia
en la obra Óptica (1703), libro que fue severamente criticado por la mayor parte
de sus contemporáneos, entre ellos Robert Hooke (1638-1703)
y Huygens, quienes sostenían ideas diferentes sobre la
naturaleza de la luz. Es elegido fellow del Trinity College.
En 1669, Barrow renuncia a su cátedra lucasiana de matemáticas
y Newton le sucede y ocupa este puesto hasta 1696. El mismo año
envía a Collins, por medio de Barrow, su Analysis per
aequationes numero terminorum infinitos. Para Newton, este
manuscrito representa la introducción a un potente método
general, que desarrollará más tarde: su cálculo
diferencial e integral.
Desde 1673 hasta 1683, Newton enseñó álgebra
y teoría de ecuaciones, pero parece que asistían
pocos estudiantes a sus cursos. Mientras tanto, Barrow y el astrónomo
Edmond Halley (1656-1742) reconocían sus méritos
y le estimulaban en sus trabajos. Hacia 1679, verificó
su ley de la gravitación universal y estableció
la compatibilidad entre su ley y las tres de Kepler sobre los
movimientos planetarios.
Newton descubrió los principios de su cálculo
diferencial e integral hacia 1665-1666, y durante el decenio
siguiente elaboró al menos tres enfoques diferentes de
su nuevo análisis. Desde 1684, su amigo Halley le incita
a publicar sus trabajos de mecánica, y finalmente, gracias
al sostén moral y económico de este último
y de la Royal Society, publica en 1687 sus célebres Philosophiae
naturalis principia mathematíca. Los tres libros de
esta obra contienen los fundamentos de la física y la
astronomía escritos en el lenguaje de la geometría
pura.
El libro I contiene el método de las "primeras y
últimas razones" y, bajo la forma de notas o de escolios,
se encuentra como anexo del libro III la teoría de las
fluxiones. Aunque esta obra monumental le aportó un gran
renombre, resulta un estudio difícil de comprender, y
parece que Newton quiso que fuera así con el fin «de evitar
ser rebajado por pequeños semisabios en matemáticas».
Quiso escapar así a las críticas suscitadas por
sus textos sobre la luz.
En 1687, Newton defendió los derechos de la Universidad
de Cambridge contra el impopular rey Jacobo II y, como resultado
tangible de la eficacia que demostró en esa ocasión,
fue elegido miembro del Parlamento en 1689, en el momento en
que el rey era destronado y obligado a exiliarse. Mantuvo su
escaño en el Parlamento durante varios años sin
mostrarse, no obstante, muy activo durante los debates. Durante
este tiempo prosiguió sus trabajos de química,
en los que se reveló muy competente, aunque no publicara
grandes descubrimientos sobre el tema. Se dedicó también
al estudio de la hidrostática y de la hidrodinámica
además de construir telescopios.
Después de haber sido profesor durante cerca de treinta
años, Newton abandonó su puesto para aceptar la
responsabilidad de Director de la Moneda en 1696. Durante los
últimos treinta años de su vida, abandonó
prácticamente sus investigaciones y se consagró
progresivamente a los estudios religiosos. Fue elegido presidente
de la Royal Society en 1703 y reelegido cada año hasta
su muerte. En 1705 fue hecho caballero por la reina Ana, como
recompensa a los servicios prestados a Inglaterra.
Los últimos años de su vida se vieron ensombrecidos
por la desgraciada controversia, de envergadura internacional,
con Leibniz a propósito de la prioridad de la invención
del nuevo análisis, Acusaciones mutuas de plagio, secretos
disimulados en criptogramas, cartas anónimas, tratados
inéditos, afirmaciones a menudo subjetivas de amigos y
partidarios de los dos gigantes enfrentados, celos manifiestos
y esfuerzos desplegados por los conciliadores para aproximar
a los clanes adversos, he aquí en pocas palabras los detalles
de esta célebre controversia, que se terminó con
la muerte de Leibniz en 1716, pero cuyas malhadadas secuelas
se harán sentir hasta fines del siglo XVIII.
Después de una larga y atroz enfermedad, Newton murió
durante la noche del 20 de marzo de 1727, y fue enterrado en
la abadía de Westminster en medio de los grandes hombres
de Inglaterra.
"No sé cómo puedo ser visto por
el mundo, pero en mi opinión, me he comportado como un
niño que juega al borde del mar, y que se divierte buscando
de vez en cuando una piedra más pulida y una concha más
bonita de lo normal, mientras que el gran océano de la
verdad se exponía ante mí completamente desconocido."
Esta era la opinión que Newton tenía
de sí mismo al fin de su vida. Fue muy respetado, y ningún
hombre ha recibido tantos honores y respeto, salvo quizá
Einstein. Heredó de sus predecesores, como él bien
dice "si he visto más lejos que los otros
hombres es porque me he aupado a hombros de gigantes"-
los ladrillos necesarios, que supo disponer para erigir la arquitectura
de la dinámica y la mecánica celeste, al tiempo
que aportaba al cálculo diferencial el impulso vital que
le faltaba.
Algunas curiosidades sobre su vida
Con 17 años de edad, Newton, practicaba
continuamente lo que se podría considerar su deporte favorito al aire libre: el
salto de longitud. Nada más lejos de la realidad, ya que lo que hacía Newton al
saltar no era entretenerse sino medir la longitud de sus saltos y la influencia
del movimiento del viento en el salto dado.
Cuando Newton era estudiante, redactó una lista
con sus pecados. Eran tan inocentes como: “hacer pasteles un domingo por la
noche y comer a hurtadillas pastel de cereza”.
Se dice que la Teoría de la Luz y del Color
tardó más tiempo del debido en ser publicada. Al parecer, su perro, llamado
Diamond, tiró una vela encendida que ocasionó un pequeño incendio, donde
pereció el manuscrito de la Teoría, sobre el que llevaba trabajando treinta
años.
Elisabeth Carter, la escritora del libro “La
Filosofía de Sir Isaac Newton Explicada Para Uso de las Damas”, popularizó las
teorías del científico. Este libro data del siglo XVIII y de él se vendieron un
número elevado de ejemplares.
La leyenda sobre la manzana de Newton es
cierta. Cierto día él vio caer una manzana de un árbol y empezó a investigar
sobre lo que ahora conocemos como gravedad. Sin embargo, la manzana no lo
golpeó en la cabeza como muchos creen.
Isaac Newton nunca se casó y nunca fue una
persona extrovertida, tenía unos muy pocos amigos humanos, sin embargo, tenía
una gran cantidad de gatos y perros e incluso, una habitación entera dedicada
solo a estos. Aunque existe cierta discusión en cuanto a si esto es cierto o
no, la habitación de Isaac en la Universidad de Cambridge, donde estudiaba y
llevaba a cabo sus experimentos, tenía un agujero diseñado para los gatos en la
parte inferior, que el mismo Isaac había ordenado hacer al carpintero de
Cambridge. Se cree que Newton fue quien inventó las puertas para gatos y
perros: al parecer, el gran Isaac cuando no estaba pensando en cómo el universo
se mantiene unido y orbitando, se preocupaba en utilizar su gran ingenio en la
comodidad y el bienestar de sus tantas mascotas.
A la muerte de Sir Isaac Newton, en 1727, todos
sus documentos fueron heredados por su sobrina Catherine Barton, varios miles
de papeles que encerraban todo el mundo interior de uno de los mayores genios
de la humanidad. Actualmente considerado padre de la investigación científica
racional es normal pensar que la mayor parte de esos escritos versan sobre
cuestiones físicas o matemáticas. Pero, sorpresa, solamente una pequeña parte
tratan de ciencia, tratando el resto de este legado asuntos como la alquimia,
las profecías bíblicas y otros muchos asuntos teológicos. La mayor parte de
estos trabajos nunca se vieron publicados ni en vida de Newton, ni tras su
muerte y esperan aun un análisis en profundidad. Muchos fueron escritos
solamente para estudio personal, ya que su publicación hubiera condenado sin
duda a su autor por hereje, con temas tan delicados como la búsqueda de la
piedra filosofal, las interpretaciones del Apocalipsis o la negación de la
trinidad, llegando a identificar a la Iglesia católica con la Bestia del
Apocalipsis. En los años posteriores a su muerte se publicaron las partes
consideradas útiles y el resto, la mayor parte de los documentos, fueron
olvidados ya que se consideró que podrían manchar el buen nombre y la fama
intachable del gran sabio. La Universidad de Cambridge se quedó con los papeles
científicos en 1872, el resto lo subastó Sotheby´s, sin mucha publicidad ni
interés en 1936, quedando desperdigado por el mundo. Gran parte de estos
escritos malditos los adquirió en esta subasta el gran economista John Maynard
Keynes, quien tras estudiarlos los donó al Kings College de Cambridge,
universidad a la que perteneció Isaac Newton. Multitud de otros manuscritos se
encuentran en diferentes bibliotecas de Inglaterra y Estados Unidos, y los de
temática teológica, muy denostados, se localizan principalmente en Israel, ya
que fueron adquiridos por el erudito A.S.
Otros inventos de Newton
Inventó una teoría sobre el apocalipsis y el fin de
la humanidad mediante el estudio de la biblia y otros documentos bajo
su carácter como teólogo, definiendo la fecha del fin del mundo como
para el año 2060 o más adelante.
Inventó una teoría sobre el estado de enfriamiento con
una serie de experimentos en el año 1700 que hoy en día, permite la
refrigeración de absolutamente todas las cosas y que utilizamos a diario
en nuestros refrigeradores, incluso, en reactores de seguridad nuclear y
en naves de exploración espacial.
Inventó monedas que no podían ser falsificadas. La
falsificación era un problema muy grande en la Inglaterra de finales de
1600 y llegaba incluso a incidir en la crisis económica del país.
Elaboró nuevos modelos de telescopios y logró enormes avances en el uso de lentes en los telescopios
Inventó los cálculos, al igual que muchos otros
científicos de su época, creía que el álgebra y la geometría no eran
suficiente y las matemáticas de la época, no tenían el desarrollo
suficiente que Newton necesitaba, por ello creó los cálculos,
originariamente con el nombre de “la ciencia de fluxiones”, así que ya
saben quien es el culpable
El epitafio de Newton
[H.
S. E ISAACUS NEWTON Eques Auratus, / Qui, animi vi prope divina, /
Planetarum Motus, Figuras, / Cometarum semitas, Oceanique Aestus. Suâ
Mathesi facem praeferente / Primus demonstravit: / Radiorum Lucis
dissimilitudines, / Colorumque inde nascentium proprietates, / Quas nemo
antea vel suspicatus erat, pervestigavit. / Naturae, Antiquitatis, S.
Scripturae, / Sedulus, sagax, fidus Interpres / Dei O. M. Majestatem
Philosophiâ asseruit, / Evangelij Simplicitatem Moribus expressit. /
Sibi gratulentur Mortales, / Tale tantumque exstitisse / HUMANI GENERIS
DECUS. / NAT. XXV DEC. A.D. MDCXLII. OBIIT. XX. MAR. MDCXXVI]
Traducción:
Aqui
descansa Sir ISAAC NEWTON, Caballero que con fuerza mental casi divina
demostró el primero, con su resplandeciente matemática, los movimientos y
figuras de los planetas, los senderos de los cometas y el flujo y
reflujo del Océano. Investigó cuidadosamente las diferentes
refrangibilidades de los rayos de luz y las propiedades de los colores
originados por aquellos. Intérprete, laborioso, sagaz y fiel de la
Naturaleza, Antigüedad, y de la Santa Escritura defendió en su Filosofía
la Majestad del Todopoderoso y manifestó en su conducta la sencillez
del Evangelio.
Dad las gracias, mortales, al que ha existido así,
y tan grandemente como adorno de la raza humana. Nació el 25 de
diciembre de 1642; falleció el 20 de marzo de 1727.
...Carlos
II, «el Hechizado», Desde muy pequeño padeció de desarreglos
intestinales que le duraron toda la vida, agravándose cuando su
creciente prognatismo le dificultó cada vez más la masticación. Sufrió
retardo motor y tuvo una enorme cabeza que se ha atribuido a una posible
hidrocefalia. A los seis años tuvo el sarampión y la varicela a los
ocho. A los diez años pasó la rubéola, y a los once sufrió la viruela.
Alrededor de los treinta y siete años, sus desmayos son tan largos que
duran a veces más de dos horas. A los treinta y dos años perdió el pelo.
Cuando tenía treinta y ocho años comenzó a acusar hinchazones en los
pies, luego en las piernas y más tarde en las manos, la cara y la
lengua, dificultándole la palabra. Padecía congojas que terminaban en
desmayos. Era un epiléptico, con grandes ataques hacia el final de su
vida. Durante su última enfermedad, se acordó colocarle pichones recién
muertos sobre la cabeza y entrañas calientes de cordero
sobre el
abdomen.
...parece
ser que el único superviviente de la batalla de Little Bighorn, donde
los guerreros sioux masacraron al general Custer y su 7º Regimiento
de Caballería, fue un caballo llamado Comanche. Posteriormente habría
de destacarse en numerosas batallas frente a los indios. Keogh, el
soldado que montó a Comanche, sostuvo las riendas de su corcel aún
después de muerto en una muestra patética de su apego por el caballo.
Nunca nadie lo volvió a montar. Tiempo después, cuando el caballo murió
y, al ser considerado héroe nacional, se decidió disecar su cuerpo. Sus
órganos fueron enterrados con honores militares. Su cuerpo ya disecado
fue trasladado de modo permanente al Museo de Historia Natural de la
Universidad de Kansas?