¿Por qué no voy a buscar la felicidad
si la gente me ha enseñado que es el único objetivo que merece la pena?
¿Por qué me voy a arriesgar a tomar un camino que otros no se
arriesgaron a tomar?
Después de todo, ¿qué es la felicidad?
Amor, responden. Pero el amor no
da, y nunca dado felicidad. Todo lo contrario, siempre es una angustia,
un campo de batalla, muchas noches en vela, preguntándonos si estamos
haciendo lo correcto. El verdadero amor está hecho de éxtasis y agonía.
Paz, entonces. ¿Paz? Si miramos a
la Madre, ella nunca está en paz. El invierno lucha con el verano, el
sol y la luna nunca se ven, el tigre persigue al hombre, que tiene miedo
del perro, que persigue al gato, que persigue al ratón, que asusta al
hombre.
El dinero da la felicidad. Muy
bien: entonces todas las personas que tienen el dinero suficiente para
vivir con un altísimo tren de vida podrían dejar de trabajar. Pero
siguen más nerviosas que antes, como si temieran perderlo todo. El
dinero da más dinero, eso es verdad. La pobreza puede provocar la
infelicidad, pero al contrario no es cierto.
He buscado la felicidad durante
mucho tiempo de mi vida; ahora lo que quiero es alegría. La alegría es
como el sexo: empieza y acaba. Yo quiero placer. Quiero estar contenta,
¿pero felicidad? Yo no caigo en esa trampa.
No has de sufrir si escuchas de mis quince años el cantar Y ausente estes de las cosas que mi adolescencia fue a soñar Capricho fue que sin querer ya preparaba este amor Por eso así yo te lo cuento y te lo canto a media voz Por eso así yo te lo cuento y te lo canto a media voz
Y mis manos en tu cintura pero mírame con dulzor porque tendrás la aventura de ser tu mi mejor canción
En chicas que yo conocí ya un algo tuyo yo busqué Y cuando al fin yo te hallé en tu besar ya pude comprender que eras tú la fábula que iluminaba mi soñar Mas este amor es una pena que siendo hermoso tenga un final Mas este amor es una pena que siendo hermoso tenga un final
Te quiero porque creo que entiendes como soy ,
te quiero porque a ti te puedo contar
lo que a nadie le puedo contar ,
porque puedo sentir que mi vida a tu lado
cobrará sentido y dejará de ser vacía ,
te quiero porque me preguntaste
cuantos años tenía cuando murió mi padre ,
y eso nadie me lo había preguntado jamás ,
te quiero tanto que me gustaría…
-¿ Qué te gustaría?
- Se me agotaron las palabras. Supongo que 65 son pocas, ¿no?
No
existe un acuerdo o certeza total en cuanto al
lugar donde aparecieron los primeros molinos o
quien fue su inventor. Algunos estudiosos dicen
que fue una idea del célebre inventor griego
Herón de Alejandría allá por el siglo I antes
de la era cristiana. Otros opinan que
aparecieron en Persia, en el siglo VII de
nuestra era. Luego, los árabes adoptaron este
ingenioso dispositivo, el que fue llevado a
Europa por los cruzados. Fue así como durante
la Edad Media los molinos de viento alcanzaron
un gran auge en Europa.
El aprovechamiento de la energía eólica data de las épocas más
remotas de la humanidad (los egipcios ya navegaban a vela en el año 4.500
a. c.) la primera noticia que se tiene se refiere a un molino que Heron de
Alejandría construyó en el siglo II a. c. para proporcionar aire a su
órgano. Los molinos más antiguos que se conocen eran de eje vertical.
Hacia el siglo VIII aparecieron en Europa, procedentes del este,
grandes molinos de eje horizontal con cuatro aspas. Su fabricación en gran número,
en particular por los holandeses, les hizo alcanzar una gran firmeza, pese a
que, debido a las dimensiones de sus aspas distaban mucho de recoger en máximo
de potencia. Necesitaban una regulación de la orientación de la tela.
Siempre sucede esto en los molinos de viento de eje horizontal que han de
trabajar siempre frente al viento. Estos molinos eran muy adecuados para
vientos del orden de 5 m/s (20 Km/h).
Es a partir de los siglos XII-XIII cuando empieza a generalizarse el
uso de los molinos de viento para la elevación de agua y la molienda de
grano, los más antiguos aparecieron en Turquía,
en Irán y en Afganistán
A principios del siglo XII. Europa se llenó a su vez de molinos, sobre
todo en Bélgica y en los Países
Bajos. Los molinos de Holanda
tienen 4 aspas de lona, mientras que los de Baleares
y Portugal tienen 6, y los de Grecia,
12. Los molinos con gran número de palas determinan velocidades de rotación
relativamente bajas y un funcionamiento útil a partir de velocidades del
viento del orden de 2 m/s.
En Europa los primeros molinos aparecieron en el siglo XII en Francia e
Inglaterra y se distribuyeron por todo el continente. Eran unas
estructuras de madera, conocidas como torres de molino, que se hacían
girar a mano alrededor de un poste central para levantar sus aspas al
viento. El molino de torre se desarrollo en Francia a lo largo del
siglo XIV. Consistía en una torre de piedra coronada por una
estructura rotativa de madera que soportaba el eje del molino y la
maquinaria superior del mismo.
Estos primeros ejemplares tenían una serie de características comunes.
De la parte superior del molino sobresalía un eje horizontal. De este
eje partían de cuatro a ocho aspas, con una longitud entre 3 y 9
metros . Las vigas de madera se cubrían con telas o planchas de
madera. La energía generada por el giro del eje se transmitía, a
trabes de un sistema de engranajes, a la maquinaria del molino emplazada
en la base de la estructura. Los molinos de eje horizontal fueron
usados extensamente en Europa Occidental para moler trigo desde 1180
en adelante. Basta recordar los ya famosos molinos de viento en las
andanzas de Don Quijote. Todavía existen molinos de esa clase, por
ejemplo, en Holanda.
Además de emplearse para el riego y moler el grano, los molinos
construidos entre los siglos XV y XIX tenían otras aplicaciones, como el bombeo
de agua en tierras bajo el nivel del mar, aserradores de madera, fábricas de
papel, prensado de semillas para producir aceite, así como para triturar todo
tipo de materiales.
En el siglo XIX se llegaron a construir unos 9.000 molinos en
Holanda.
El molino de viento clásico en
España consiste en una estructura de piedra de forma cilíndrica o troncocónica,
de base circular, en la que se apoya una parte superior independiente, con las
aspas que transforman la energía del viento en energía mecánica (movimiento). Esta parte superior
(que además sirve de cubierta) es un entramado de madera que puede girar sobre
el tambor de piedra para orientar las aspas según la dirección del viento,
mediante un largo madero (gobierno; a la derecha de los molinos de la
imagen) fijo a la cubierta y exterior al edificio, que se puede amarrar a unos
hitos anclados al suelo.
En la parte superior del
edificio, bajo la cubierta, hay unos ventanucos que servían para que el molinero supiera los cambios de dirección del viento y
en consecuencia pudiera cambiar, con el gobierno, la orientación de las
aspas como mejor convenía.
En otros países la estructura
era de madera, mucho más ligera y se movía completa para orientar las aspas.
Lógicamente la solera permanecia quieta respecto al suelo.
Las aspas mueven un engranaje (linterna),
que engrana con una rueda horizontal (catalina), y trasmiten el
movimiento del eje de las aspas a un eje vertical, que mueve la volandera.
Sobre las aspas se disponían
unas lonas para recibir el viento, que se retiraban cuando no era necesario el
movimiento, con lo que se evitaba el uso de los mecanismos, que eran
generalmente de madera y por lo tanto muy propensos al desgaste.
En otros molinos, como en los
de Cartagena, no hay aspas propiamente, sino solamente lonas, en forma de vela
triangular, que se enrollaban en el palo del aspa, cuando no eran necesarias.
Molinos de bombeo
En Estados Unidos, el
desarrollo de molinos de bombeo, reconocibles por sus múltiples velas
metálicas, fue el factor principal que permitió la agricultura y la
ganadería en vastas áreas de Norteamérica, de otra manera imposible
sin acceso fácil al agua. Estos molinos contribuyeron a la expansión
del ferrocarril alrededor del mundo, supliendo las necesidades de agua
de las locomotoras a vapor.
Todos estos molinos se mantendrán hasta bien entrado el siglo XIX.
El desarrollo de los molinos de viento se interrumpe con la revolución
industrial y la utilización masiva de vapor, la electricidad y los
combustibles fósiles como fuentes de energía motriz. Es sin embargo en la
segunda mitad del siglo XIX cuando tiene lugar uno de los más importantes
avances en la tecnología del aprovechamiento del viento, con la aparición
del popular "modelo multipala americano", utilizado para bombeo de
agua prácticamente en todo el mundo, y cuyas características habrían de
sentar las bases para el diseño de los modernos generadores eólicos.
Fue entre las guerras mundiales cuando aparecieron, como consecuencia de
los progresos técnicos de las hélices de aviación, y con ellas los
proyectos de grandes aerogeneradores de dos o tres palas. Se tendió a
construir casi únicamente los de dos, ya que resultan mas baratos. Incluso se
pensó en utilizar una única pala equilibrada con un contrapeso. Actualmente
predominan los molinos tripalas. Estos aerogeneradores giran más rápidamente
que los multipalas, lo que constituye una ventaja cuando se trata de alimentar
máquinas de gran velocidad de rotación como los alternadores eléctricos.
Los grandes aerogeneradores están situados en lo alto de una torre tronco-cónica
de acero.
El
avance más importante fue la introducción del abanico de aspas, inventado en
1745, que giraba impulsado por el viento. En 1772 se introdujo el aspa con
resortes. Este tipo de aspa consiste en unas cerraduras de madera que se
controlan de forma manual o automática, a fin de mantener una velocidad de giro
constante en caso de vientos variables.
Otros
avances importantes han sido los frenos hidráulicos para detener el movimiento
de las aspas y la utilización de aspas aerodinámicas en forma de hélice, que
incrementan el rendimiento de los molinos con vientos débiles.
Turbinas modernas
Las turbinas modernas
fueron desarrolladas a comienzos de 1980, si bien, los diseños continúan
en desarrollo. La industria de la energía eólica en tiempos
modernos comenzó en 1979 con la producción en serie de turbinas de
viento por los fabricantes Kuriant, Vestas, Nordtank, y Bonus.
Aquellas turbinas eran pequeñas para los estándares actuales, con
capacidades de 20 a 30 kW cada una. Desde entonces, la talla de las
turbinas ha crecido enormemente, y la producción se ha expandido a
muchos países.
La Ruta de los Molinos
En el extremo sudoeste de la provincia de Cuenca, a
pocos kilómetros de la de Ciudad Real, se encuentra
Mota del Cuervo, importante villa manchega con una curiosa alfarería hecha
exclusivamente por mujeres y un conjunto de molinos de viento situados
encima de un farallón que domina la localidad, desde donde aseguran
que en los días claros puede divisarse Despeñaperros. El Ayuntamiento
de Mota del Cuervo delega en la Asociación de Amigos de los Molinos
(300 socios) la responsabilidad de su cuidado y mantenimiento desde
1.955, se encargan de restaurar seis de ellos dotándolos de nombres
alusivos a otros países: "Francia", "Alemania", ... Existe otro
molino, "El Zurdo", que recientemente ha sido restaurado. La labor de
acondicionamiento y mejora de estas construcciones ha merecido por
parte del Ayuntamiento y la Asociación el premio internacional "Europa
Nostra".
Así mismo, en su afán de recuperar antiguas
tradiciones, quiere volver a instaurar el "Día de la Llueca", bollo
hueco que la gente colocaba en la mano cantando una canción
exclusiva de la fiesta (3 de marzo) subiendo al cerro de los
molinos, en el que se volaban cometas y en donde se realizaban
guisos autóctonos como gachas y migas. La intención de la
Asociación, que conserva uno de los molinos convertido en sede con
curiosas exposiciones de alfarería y aperos de labranza, es limpiar
la zona y darle utilidad al resto instalando en ellos una casa de
oficios, restaurante, biblioteca cervantina, un centro de Artesanía
provincial, etc
Al Nordeste de la provincia de Ciudad Real, se
encuentra Campo de
Criptana, en cuyo Cerro de la Paz
pueden contemplarse diez molinos de viento de los treinta y dos
existentes. Tres de ellos están declarados monumentos por su mayor
antigüedad y todos poseen nombres referidos a lugares y personas
comunes al municipio: El "Sardinero" conserva la maquinaria original;
el "Culebro" alberga un museo dedicado a Sara Montiel; El "Lagarto"
guarda un museo dedicado a aperos de labranza; y el "Pilón" otro
dedicado al vino; el "Burleta" y el "Infante" conservan también la
maquinaria original, siendo éste último el destinado a moler de nuevo
con el fin de que los numerosos visitantes observen con exactitud el
funcionamiento de un molino; el "Poyatos" se encuentra la oficina de
turismo (926-562231); y así otros tantos con diferentes usos,
exposición de pintura, artesanía popular, etc.
A su paso por
Alcázar de San Juan (Ciudad Real),
continuando la ruta, coronando el cerro de San Antón, encontramos cuatro
de ellos, actualmente de propiedad municipal. El último molino de la
ciudad dejó su trabajo en 1.939, aunque existen noticias que localizan en
sus alrededores decenas de ellos que trabajaron activamente desde el siglo
XVI. El doctor manchego Rafael Mazuecos escribió un estudio fundamental
sobre los molinos de viento que fue ilustrado por el también alcazareño
Julio Alberto González Chaves, al que debemos el diseño gráfico de un
molino de viento cortado por la mitad con la exhaustiva relación de los
nombres de las piezas que pueden observarse perfectamente.
En
Madridejos
(Toledo) encontramos el molino del
"Tío Genaro", uno de
los más antiguos existentes, catalogado con un origen que ronda los
cuatrocientos años y considerado de interés turístico. Su
propietario, José Luis Doctor, lo heredó de sus antepasados, que lo
utilizaron para la molienda hasta la mitad de este siglo. Aunque
conserva la maquinaria completa, la carcoma comienza a hacer
estragos en sus piezas. Se encuentra ya dentro del caso urbano de la
población, y su entorno ha sido acondicionado para lugar de ocio,
habiéndose construido a su lado una Galería Porticada, que conserva
todas las características propias de un Patio Manchego. En ella se
muestran distintos objetos y etnológicos típicos de los modos de
vida de la gente de estas tierras. Además constituye un lugar
entrañable para la realización de diferentes actividades
lúdico-culturales, que servirán para gozo del alma del visitante.
La localidad de
Consuegra (Toledo), con un casco
antiguo muy relevante asentado sobre restos de la ciudad romana de
Consaburum, el río Amarguillo la divide en dos, enlazadas por puentes
metálicos que hoy sustituyen a los de origen romano, abatidos por la
inundación del siglo XIX. La dominación árabe, la posterior toma por
Alfonso VI y el hecho de que en 1.183 Alfonso VIII la cediese, junto con
su castillo, a la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, dejaron en
Consuegra notables huellas arquitectónicas que pueden apreciarse dando un
paseo por la localidad o visitando su museo. Sus interesantes monumentos,
el castillo, las defensas militares y, sobre todo, la crestería denominada
Cerro Calderico, de sus molinos de viento, hace de esta población un lugar
atractivo para turistas y visitantes.
Una vez al año, el último fin
de semana del mes de octubre, coincidiendo con la Fiesta de la Rosa
del Azafrán, "Sancho" deja abiertos algunos de sus ocho ventanillos
(los molinos de Consuegra no tienen doce como los demás) y mueve sus
aspas realizando la Molienda de la Paz, un acto simbólico en el que
participan diversas personalidades relevantes en el mundo de la
cultura y la comunicación.
El Molino de Viento “La Unión" de
Camuñas, debe su nombre, conforme recoge la
tradición popular, a que después de sufrir un incendio fue reconstruido
por el pueblo en general. Esto ocurrió posiblemente en 1866, fecha que
figura sobre la puerta. Originalmente se llamaba “El Viejo”, pero tras el
incendio que sufrió a finales del siglo XIX, le fue cambiado el nombre por
el de “La Unión”, debido a las numerosas aportaciones económicas de los
vecinos de Camuñas para su reconstrucción.
Así funcina un molino de viento (pincha sobre la imagen para ver el vídeo).