de su dueño tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo,
veíase el arpa
¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas
como el pájaro duerme en las ramas,
esperando la mano de nieve
que sabe arrancarlas!
¡Ay!--pensé--. ¡Cuántas veces el genio
así duerme en el fondo del alma,
y una voz, como Lázaro, espera
que le diga: "¡Levántate y anda!"
El arpa de hierba...
... es un título fundamental en la obra de Truman Capote: una pieza clave de su polifacético universo literario y una muestra acabada del exquisito registro con que retrata las vivencias más intensas. En esta novela de trazos autobiográficos, Capote relata la historia de una pequeña comunidad norteamericana cuyos cimientos morales se ven conmocionados por un extraño episodio. Collin Fenwick, joven huérfano que vive con las solteronas Talbo, es testigo de la singular relación que une a las dos hermanas: Verena, rígida y avara, la mujer más rica del pueblo, y Dolly, que ha hipotecado su vida al cuidado de su hermana y de la casa. Ambas padecen soledad. La intervención de un pícaro que desvalija a Verena, frustrando de paso sus expectativas sentimentales, desencadena el acontecimiento central: Dolly y Catherine abandonan la casa y se instalan, junto al joven Collin, en la precaria cabaña construida en la cima de un enorme árbol.
Pero, ¿qué es un arpa?
El arpa es un instrumento de cuerda pulsada
compuesto por un marco resonante y una serie variable de cuerdas
tensadas entre la sección inferior y la superior. Las cuerdas pueden ser
pulsadas con los dedos o con una púa o plectro. Existen diversos tipos destacando en popularidad: además del arpa clásica, usada actualmente en las orquestas, el arpa celta y el arpa paraguaya. El arpa es el instrumento musical nacional de Venezuela, Perú e Irlanda.
El principio extremadamente sencillo de su construcción ha hecho que
desde su lejano origen conservara la forma de un triángulo más o menos
regular y adornado, a cuyos dos lados se sujetan naturalmente las
extremidades de las cuerdas dispuestas por orden de longitud
decreciente.
El Arpa de concierto o clásica tiene 7
pedales y 43 cuerdas, se inventó en 1810. Es habitual en las “Orquestas
Sinfónicas y de Ópera”. A veces, se utiliza con excelentes resultados en
su música de cámara.
De su predecesora, el arpa de bastidor,
existe un dibujo fechado entre los siglos VIII y X y fue utilizada hasta
mediados del siglo XV por lo trovadores de toda Europa; está provista
de cuarenta y seis cuerdas.
El arpa está fabricado en madera y sus cuerdas son de tripa, mide 1’7 metros de altura y puede pesar hasta 680 kg.
Por medio de un mecanismo de pedales,
puede afinarse cada cuerda uno o dos semitonos más alto, pero al cambiar
la afinación de una cuerda se modifican todas las del mismo nombre por
lo que pueden ser afinadas en Do bemol, Do. o Do sostenido.
Al igual que el piano las obras para este
instrumento se escriben generalmente para la mano derecha en clave de
Sol en segunda línea y la izquierda en clave de Fa en cuarta.
Los orígenes del arpa se pierden en la noche de los tiempos y sólo es
posible reconstruir parte de su historia en el mundo antiguo a raíz de
descubrimientos arqueológicos puntuales que van ilustrando su historia.
Se la encuentra en
grabados de Sumeria y Babilonia que se remontan a los años 3000 a.C.
Alrededor del año 3.000 A.C. aparecen representaciones de arpas en
sellos y placas de la antigua Mesopotamia, así como 4 ejemplos de liras
(parientes cercanos del arpa)
encontradas en tumbas en la ciudad de Ur.
Hacia
el 2.700 a.C. existen testimonios de su presencia en Egipto, donde
tenemos noticias de que tuvo un relevante papel dentro del ambiente
musical de la alta sociedad. Los antiguos escritos hebreos mencionan
también su presencia, si bien no tenemos testimonios directos que nos
indiquen como eran los modelos de la antigua cultura hebrea.
El famoso "Arpista de
Keros", escultura de mármol proveniente del período Egeo, documenta su
presencia en la antigua Grecia hacia el año 2000 a.C. En la mitología
griega, Orfeo desciende a los infiernos con su arpa y con una música
maravillosa convence a los dioses que le devuelvan a su esposa Eurídice,
muerta en el día de su boda. Por otra parte, Amfión es capaz de levantar
los muros que rodean la ciudad de Tebas solamente con el sonido mágico
de su arpa.
Numerosos frescos y
relieves provenientes de distintos períodos de la civilización egipcia,
reflejan la importancia y la evolución del instrumento en la vida
cultural de este pueblo. En la tumba de Tutankhamon, entre sus efectos
personales se incluye un arpa, permitiendo deducir que hacia el año 1350
a.C., éste faraón cultiva el placer de ejecutarla. En las paredes que
rodean la tumba del faraón Ramsés III se representan arpas hacia el año
1200 a.C. En el Museo del Louvre entre su colección de antigüedades
egipcias puede observarse hoy un arpa trígona.
Dentro de las sociedades griega y romana, el arpa mantuvo un papel
discreto, en cualquier caso parece clara la existencia de algún modelo
vinculado a la cultura asiria, que también habría sido adoptado en
Egipto.
El cristianismo desde sus
inicios demuestra una especial predilección por el arpa. Su presencia es
permanente en los oficios y cánticos de la iglesia hasta la aparición
del órgano y continúa presente aún por mucho tiempo en lugares de
difícil acceso para este instrumento, como en la evangelización
americana.
El arpa es motivo de
inspiración de los más grandes artistas del cristianismo en sus más
variadas expresiones, ningún otro instrumento es tantas veces
representado siempre asociado con lo celestial, virtuoso y sublime.
A partir de la Edad Media se convierte en uno de los instrumentos
predilectos de trovadores y minnesänger, de tal forma que tiene una
aceptación extraordinaria en la música de la época. Su uso comienza por
hacerse corriente en los “países celtas” hacia el siglo VIII o IX, donde
acompañaba a la poesía. Su uso se hace tan importante en esta zona, que
aún hoy en día Irlanda incluye el arpa en su enseña nacional.
Posteriormente llega a ser un instrumento solista de importancia, al
que se le otorgan las cualidades de “viril y noble”. Hacia el siglo XV,
comienza a perder importancia a favor del laud, con excepción de los
arpistas irlandeses, que florecen con buena consideración social durante
el siglo XVI y parte del XVII, aunque la tradición acaba sucumbiendo a
la persecución inglesa, que en el contexto de la lucha entre católicos y
protestantes, considera el arpa irlandesa un símbolo y decide quemar
todas cuantas encuentra a su paso. Por ello, son escasísimos los
ejemplares antiguos que encontramos hoy en día en las Islas Británicas.
El último gran representante de la tradición irlandesa es Toirdhealbhach Ó Cearbhalláin, más conocido por su nombre anglizado, Turlough
O’Carolan (1670-1738), arpista y compositor ciego de gran prestigio en
cuya música se mezcla la tradición popular centenaria irlandesa junto
con el ambiente culto barroco de su propio momento histórico. Gran
parte de sus composiciones llegaron hasta nosotros y forman parte del
repertorio usual de los arpistas actuales.
Mientras tanto, en el resto de Europa la popularidad del arpa cae, en gran
parte por su dificultad para adaptarse a las nuevas características
cromáticas de la música culta. El primer intento serio de afrontar este
problema nace hacia 1580, con el nacimiento del “arpa doppia” italiana
(aunque se discute un posible origen irlandés), un arpa con dos filas de
cuerdas, una de ellas diatónica y la otra cromática. Para ella compone
Monteverdi el acompañamiento del tercer acto de su Orfeo (1607). La
ampliación siguiente, en el siglo XVII, será el arpa galesa de 3
órdenes; 3 filas de cuerdas paralelas, donde las dos filas exteriores
son diatónicas y la interior cromática. En España, el arpa barroca de
dos órdenes, con dos hileras de cuerdas cruzadas en el medio, goza de
bastante popularidad durante los siglos barrocos, pero su uso decae y la
lleva al olvido rápidamente. Sólo la labor de Pedro y Nuria Llopis,
trabajando sobre restos de modelos antiguos ha permitido su recuperación
en las últimas décadas del siglo XX.
De los modelos antiguos diatónicos, con una única fila de cuerdas,
derivan los modelos actuales de Arpa Sudamericana. El arpa fue llevada a
América por los colonos españoles, especialmente por las misiones de
Jesuitas, y se extendió rápidamente por todo el continente,
convirtiéndose en la actualidad en el instrumento nacional de algunos
países como Paraguay. El arpa sudamericana tiene una única fila de
cuerdas diatónica, y se toca con las uñas.
El paso final a la adaptación cromática del arpa se da en la última
década del s. XVII, cuando un constructor bávaro diseña un sistema de
pedales que, mediante una transmisión por cables, regula la acción de
unos ganchos en la consola que suben y bajan un semitono a las cuerdas.
Esta arpa “de acción simple” tiene 7 pedales, uno por cada nota de la
escala, con dos posibles posiciones. A partir de 1720 se impone su uso
en Alemania, y unos 30 años después, conquista Francia. Para este modelo
de arpa compone Mozart su Concierto para Flauta y Arpa en 1778.
Sobre este modelo se hacen numerosos experimentos (añadir doble
número de pedales, una sordina accionable mediante pedal…) hasta que
finalmente el fabricante de pianos Sebastien Erard presenta en París en
1811 el modelo de arpa de “doble acción”, que permite 3 posiciones en
cada uno de los 7 pedales: bemol, becuadro y sostenido. Con pequeñas
modificaciones, esta es el arpa de orquesta que se utiliza hoy en día.
En
lo referente al arpa celta, su configuración actual viene
principalmente del renacimiento del instrumento irlandés, desaparecido
casi totalmente en el siglo XVIII y reaparecido en el s.XX. Su diseño
actual incorpora las llaves semitonales (llamadas también “levers”,
“semitonos” o “ganchos”) que derivan de una evolución tirolesa del s.XVI
que lograba elevar un semitono la nota mediante un gancho que la
apretaba al girarlo.
Si bien las arpas celtas en origen tienen cuerdas de metal (o tripa
en algún caso), y su caja esta excavada en una gran pieza de madera,
actualmente su fabricación se basa más habitualmente en una caja hecha
por tablas ensambladas, siendo habituales las cuerdas de metal, tripa o,
muy comúnmente hoy en día, de nylon.
Su extensión geográfica actual comprende las islas británicas
(especialmente Irlanda y Escocia) y es también especialmente popular en
Francia (sobre todo en la Bretaña, donde recibe el nombre de Telenn). En
Estados Unidos y en Canadá hay también un buen número de arpistas
“celtas”, principalmente (aunque no únicamente) vinculados a grupos
populares que interpretan música de su ascendencia europea.
En la recuperación del instrumento y su difusión en los últimos 40
años cabe destacar la labor de músicos como Derek Bell, arpista de The
Chieftains, recientemente desaparecido y de Alan Stivell, arpista bretón
que realizó una enorme labor de difusión con su música. Hoy en día
existen numerosas marcas comerciales que desarrollan modelos de arpa
celta (Salvi, Camac, Aoyama) e infinidad de luthiers que fabrican estos
instrumentos en distintos modelos.
En el ámbito peninsular, el número de arpistas es muy reducido, y
centrado casi en exclusiva en la mitad norte peninsular. Podemos
destacar la existencia en Vigo del único centro donde se imparte
enseñanza de arpa celta, la E-Trad de Vigo, donde desde hace algo más de
una década imparte clases Rodrigo Romaní, arpista de gran nivel y
ex-componente del grupo Milladoiro, y probablemente el que más ha hecho
por la introducción del arpa a nivel gallego. Se calcula que en estos
años han pasado por la escuela algo más de 200 alumnos de arpa, algunos
de los cuales luego han formado proyectos en solitario. Otros arpistas a
destacar serían Emilio Cao, introductor del instrumento hacia finales
de los 70 o Josep Maria Ribelles, arpista catalán con bastante actividad
en los últimos años.
Concierto para arpa y orquesta (Haendel)
"Y cuando el espíritu malo de parte de Dios venía
sobre Saúl, David tomaba el arpa y tocaba con su mano; y Saúl tenía
alivio y estaba mejor, y el espíritu malo se apartaba de él". 1 Samuel 16.23
En este cuadro de Rembrandt, Saúl, el rey de Israel, ha llamado al joven
pastor David y le ha pedido que toque el arpa para aliviar su tormento y
sufrimiento. Saúl está sentado en su trono con sus vestiduras reales y
escucha la música que proviene del arpa de David, que se encuentra
humildemente arrodillado a la izquierda del cuadro. Mientras que el
perfil de David parece desvanecerse en la penumbra que lo rodea, la
cabeza, el torso y la capa del rey, que domina el cuadro, reciben una
brillante luz desde un lado.
El rey David toca el arpa, de Peter Paul Rubens. |
Y para no extenderme más, os dejo un enlace que refleja la presencia del arpa en la miniatura.
(Pincha sobre la imagen) |
Concierto de Mozart para orquesta, arpa y flauta
Dedos que tocan vidas:
Patrice Fisher llevará al escenario del XV Festival del Centro Histórico una fusión de jazz y sonidos latinos acompañados por el arpa como el instrumento estrella.(Nota, el concierto fue el pasado 17 de agosto).
El periódico Times Picayune, que circula en Nueva Orleáns
(ciudad natal de Patrice Fisher) usa una frase curiosa para referirse a
la arpista estadounidense: “Quizá haya escuchado latin jazz en alguna oportunidad, y el arpa en otra ocasión. Pero, ¿los ha escuchado juntos? Patrice Fisher combina la improvisación del jazz con melodías y ritmos originarios de América”.
Foto Cortesía Patrice Fisher |
Así es el estilo de esta artista, quien ejecuta el arpa, un
instrumento muy antiguo cuyo origen se remonta al año 1200 a.C. Además,
es uno de los más difíciles y su imagen está regularmente asociada a los
sonidos clásicos de un conservatorio. Debido a su complejidad, Patrice
disfruta la música cubana y brasileña, pues encuentra una similitud
entre ellos y nota que esa armonía encaja perfectamente con el arpa. Por
eso, siempre se ha enfocado en el jazz, a pesar de tener un grado académico en música y composición de la Universidad Tulane.
Tiene en su haber 14 álbumes con sus composiciones y ha participado
en festivales internacionales en Cancún, Brasil, Bolivia y su ciudad
natal. Ha participado por más de 30 años en el New Orleans Jazz & Heritage Festival. Colaboró con el grupo Sounds of Brazil y de manera paralela se presentó junto a la banda de jazz Jasmine. También experimenta con la música celta y es directora del New Orleans Celtic Harp Ensemble.
Enamorada de Guatemala
Su relación con Guatemala se inició hace 27 años, gracias a un
programa de intercambios musicales. En 1988 conoció a su esposo, el
percusionista guatemalteco Carlos Valladares, quien fue invitado a
Estados Unidos por Lenin Fernández (Alux Nahual), en el marco de un
festival artístico en el que Patrice también participó. Su matrimonio
facilitó una relación con el circuito de músicos locales.
La muerte de la arpista de la Orquesta Sinfónica Nacional, Floridalma
Robles, a principios de la década pasada, dejó a varios jóvenes sin
poder continuar sus clases. Así, la conexión con el país se intensificó
aún más, pues decidió compartir sus conocimientos con aquellos jóvenes
interesados en aprender a tocar el arpa. Esa iniciativa fue motivada por
una experiencia personal en la que también su maestra falleció y se
quedó sin poder continuar sus estudios durante un año.
Su primera alumna fue Brendy Boj, quien con los años se convertiría en la directora del proyecto Arpas en Armonía,
que instruye a nuevos talentos cada sábado, en Casa Ibargüen (zona 1).
Cada uno ejecuta un instrumento elaborado en Guatemala por Rigoberto
Hernández, originario de San Lucas Tolimán y proveedor de arpas para la
comunidad chapina.
Este programa surgió en Antigua, en El Sitio Cultural, con 18
estudiantes que debían esperar pacientemente su turno para tocar una de
las dos arpas disponibles. Patrice aprovechaba sus vacaciones en Estados
Unidos para venir a Guatemala a darles clases. En un testimonio
compartido por Patrice en su página web, relata que cuando las cosas se
ponían difíciles, optaba por recordar la mirada de asombro de Brendy
cuando aprendió a tocar las primeras notas.
Las videoconferencias son parte de la cátedra, pues ese es el canal
que utiliza Patrice para estar en contacto con su pupila. Brendy
describe a Patrice como una persona apasionada por la música, creativa y
muy noble. Es alguien capaz de brindar su ayuda sin esperar nada a
cambio. Cuando viene a Guatemala trae todo que lo puede (pide a otros
arpistas que donen cuerdas) y ayuda a los 25 alumnos actuales”, comenta
Brendy.
Ahora, ambas planean expandir el proyecto a El Salvador utilizando
también las videoconferencias, en una iniciativa similar, apoyada por
una canadiense.
En vivo, durante el Festival del Centro Histórico
Patrice nunca ha estado alejada de Guatemala, pero sus presentaciones
en vivo no han sido tan frecuentes. Este año visitará el país para
sorprender al público del Festival del Centro Histórico con un concierto
en compañía de talentos extranjeros y nacionales. Estarán Bruce Sunpie
Barnes (acordeón y voz), Javier Olondo (guitarra clásica), Carlos
Valladares (percusión) y Edwin González (bajo). El invitado especial es Sunpie, quien ha viajado por 35 países para interpretar una combinación de blues, zydeco y la música característica de Louisiana. Los artistas se presentarán con el apoyo del programa New Orleans Jazz and Heritage Foundation Community Partnership
Un arpa eólica, arpa eolia (o arpa de viento) es un instrumento musical que es "tocado" por el viento. Se llama así por Eolo, el dios griego del viento.El arpa eólica fue creada en el siglo XVII por el científico e inventor jesuita Athanasius Kircher.
Consta de doce a quince cuerdas que suenan con el paso de las corrientes de aire sobre una caja de resonancia rectangular, larga y angosta sobre la cual se extienden doce cuerdas de nylon para guitarra
(cuatro de la nota sol, cuatro de la nota si y cuatro de la nota mi).
Se fijan a clavos sin cabeza en un extremo y a pasadores de afinamiento
en el otro; se sitúa en una ventana para que al fluir una corriente de
aire fuerte sobre las cuerdas produzca un sonido etéreo que varía sus tonos musicales de forma aleatoria con la intensidad del viento. La leyenda dice que el rey David situaba su arpa a la cabecera de su lecho a medianoche para obtener este resultado y dormirse más plácidamente.
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