A todo extranjero que hemos pisado suelo británico nos ha ocurrido. El clásico «Look Right» pintado sobre el asfalto de las principales calles londinenses advierte a turistas despistados del sentido inverso de lacirculación de automóviles en este país.
Ya se sabe que si hay tormenta en el canal, el continente puede quedar aislado. Lo que no está tan claro es por qué los británicos conducen por la izquierda y los continentales lo hacen al revés. Existe una explicación inicial basada en la Edad Media y el uso de la espada: como la mayoría de los hombres son diestros, la espada se coloca al lado izquierdo de la cintura para poder cogerla con la mano derecha, por lo que lo ideal sería cabalgar por el lado izquierdo del camino para poder defenderse de quienes vienen de frente, que quedarían a mano derecha y al alcance de la espada.
Es, sin embargo, una tesis que se apoya más en el imaginario y la leyenda que en datos contrastados y que no siempre supera el examen de la lógica. En primer lugar, porque si la razón principal de cabalgar por un lado u otro del camino depende sobre todo de la defensa personal no tiene sentido cabalgar cerca del margen izquierdo si la espada se usa con la mano derecha: cuánto más lejos esté el jinete del margen izquierdo más tiempo tendrá el espadachín para atisbar el peligro y preparar la defensa contra un ataque que le llega por su flanco más débil. Hay otras objeciones a esa tesis, como el hecho de que solo los caballeros iban armados y que los comuneros que guiaban las carretas llenas de mercancías non circulaban por un lado u otro de la carretera en función de cómo utilizar la espada.
Un descubrimiento en Inglaterra en 1998 hace pensar que en la antigua Roma circulaban por el margen izquierdo de las carreteras. Bryn Walters, director y secretario de la Asociación para la Arqueología Romana del Reino Unido, llegó a esa conclusión al descubrirse las canteras romanas de Blunsdon Ridge, cerca de Swindon (140 kilómetros al Oeste de Londres). La antigua carretera romana que llevaba a las canteras tenía mucho más marcadas las ruedas de los carros en un lado de la cerretera que en el otro. Al tratarse de una cantera, lo lógico es pensar que el lado más hundido era el utilizado por los carros que salían de la cantera cargados de piedras y por el otro entraban los carros vacíos. Por eso se sabe que, al manos en esa carretera, los carros circulaban por la izquierda. Pero muchos expertos ponen en cuestión que ese solitario ejemplo local permita afirmar que en todo el Imperio Romano regía la norma obligatoria de conducir por la izquierda.
Otra polémica muy extendida es la de que el papa Bonifacio VIII dictó en el siglo XIII la orden de que los peregrinos que se dirigían a Roma circularan por la izquierda. Peter Kincaid, autor de un detallado estudio sobre las reglas de circulación en el mundo (The Rules of The Road) sostiene que no hay pruebas de que eso sea cierto y que la realidad apunta más bien en dirección contraria porque Bonifacio habría ordenado que los peregrinos que se acercaban al Vaticano por el puente de Sant Angelo lo atravesaran circulando por la derecha.
En su estudio, Peter Kincaid llega a la conclusión de que el factor fundamental que decide por qué lado de la carretera se circula ha sido, por encima de todo, el medio de transporte. El libro de Kincaid está agotado, pero el estudioso canadiense Brian Lucas se ha basado en él para explicar los antecedentes históricos del sentido de circulación en función del medio de transporte elegido.
Los caminantes tienen la tendencia natural a circular por la derecha.
Los jinetes diestros suelen montar por el lado izquierdo del caballo, sobre todo si llevaban espada porque esta colgaba de su costado izquierdo.Como es más seguro montar y desmontar por el lado que da al margen de la carretera, no por el que da al centro, los caballos se montaban desde el lado izquierdo de la carretera y ese era el sentido lógico de circular.
En los torneos a caballo, en cambio, se circulaba por la derecha porque la lanza se agarraba con el brazo derecho orientada hacia la izquierda.
Cuando se camina llevando a un caballo por las riendas, las personas diestras tienden a coger estas con la mano derecha y caminar en el lado izquierdo del caballo. En este caso la tendencia es a circular por la derecha porque así el caminante queda en el centro de la carretera y controla mucho mejor al caballo al poder ver de inmediato a los vehículos o animales que vienen en dirección contraria.
Y llegamos al punto quizás clave: los carros. En aquellos carros en los que el conductor dirige el vehículo montado en uno de los caballos, como monta por la izquierda del caballo lo lógico es que monte el caballo más cercano al carro y situado en el lado izquierdo del carro. Desde esta posición, la forma más eficaz de controlar visualmente la carretera es circulando por la derecha.
En cambio, si el conductor está sentado en el carro en lugar de estar montando uno de los caballos, lo lógico es que se siente en el lado derecho del carro porque si se sentara a la izquierda tendría más posibilidades de dañar con el látigo a alguien que estuviera sentado a su derecha. Y lo lógico en este caso es circular por la izquierda para controlar la carretera cerca del eje de la vía. En ambos casos el conductior tiende a sentarse lo más cerca posible del eje, con lo que ve mejor y tiene menos posibilidades de dañar con el látigo a un viandante.
Esto explica por qué en unos casos es mejor circular por la derecha o por la izquierda, pero no por qué en unos países se ha impuesto un sistema y en otros países el contrario.
La división la marcaría el éxito o el fracaso de un nuevo coche de caballos, elConestoga, introducido hacia 1750 por pioneros alemanes en Pensilvania. El Conestoga no se conducía desde el coche, sino con el conductor montado a caballo, por lo que circulaba por la derecha. El éxito del Conestoga llevó a Pensilvania a oficializar la conducción por la derecha, que se acabó extendiendo a los demás estados de Estados Unidos. Según esta tesis, el Conestoga triunfó también en Francia y Napoleón impuso la conducción por la derecha en el país y en el resto del continente.
Otras tesis más romántico-míticas aseguran que Napoleón impuso la conducción por la derecha por tres razones: para llevar la contraria al dudoso edicto del papa Bonficacio VIII; porque Bonaparte era zurdo y montaba a caballo por la derecha del animal; o que impuso la conducción por la derecha como consecuencia de una nueva táctica militar que buscaba sorprender al enemigo.
Lo que sí parece cierto es que a los británicos no les gustó el Conestoga y mantuvieron la tradición de los coches manejados desde el pescante, que circulaban por la izquierda.
Sea como fuere, los países ligados al Imperio Británico tienden a conducir por la izquierda (en azul en el mapa encima de estas líneas) y los demás por la derecha. Hay excepciones. Japón nunca fue dominado por los británicos y conducen por la izquierda. Varios países africanos que sí fueron colonizados por los británicos (Gambia, Ghana, Nigeria y Sierra Leona) cambiaron luego a la derecha para adaptarse a lo que hacían sus vecinos. Ese fue también el caso de Suecia, donde se conducía por la izquierda pero en 1967 cambió a la derecha porque muchas carreteras fronterizas con Noruega y Finlandia pasaban de un país a otro de forma constante y era un galimatías porque el conductor no sabía en qué país se encontraba.
Hay otro tipo de excepciones. Pese a su orgullosa tradición de seguir conduciendo por la izquierda, hay una calle en Londres en la que se circula por la derecha: se trata de Savoy Court, un callejón que lleva a la entrada del mítico Hotel Savoy. La diferencia se impuso con el objetivo de no molestar a quienes entraban en el vecino teatro Savoy.
Fuente:
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