Yo sólo quería navegar, poner mis ganas por velas.
Y, el mar llené llorando por ella.
Un sueño anclado en la Luna.
No pude ver orilla ninguna y, normal
que naufragase a tu vera.
Entre la espuma que acaricia y atropella;
como un verso del poema que escribí,
se van borrando tus huellas.
Mi ilusión es la cometa que se eleva
y que se estrella contra mí, contra mí, contra mí.
¿Dónde están los mares de verdad, gélidos?
Y aquella brisa que me apagaba poco a poco el sol,
¿dónde quedó? Las noches mágicas, ¿te acuerdas?
de charquitos y de estrellas.
Esta noche iba a brillar la Luna,
pero la tormenta la asustó.
Mañana, cuando salga el Sol,
se reirá de ella, pero de nosotros no.
Esta noche hay miles de estrellas
y una mágica y radiante Luna llena.
Y aquel charquito de estrellas
resultó ser un desierto:
sólo un espejismo de arena y de sal,
de risas hoy verdaderas.
Suelta velas y verás mi cometa
que se eleva y que se va, que se va, que se va.
¿Dónde están los sueños de verdad, cálidos?
Y las tormentas de caricias,
donde el huracán, amándonos.
La noche es grande y es eterna.
Ya no hay charcos; sólo estrellas.
Esta noche brillará la Luna,
porque la tormenta es nuestra amor, amor, amor.
Mañana, cuando salga, el Sol llorará de envidia
por ella y por lo que pasó.
Esta noche hay miles de estrellas
y una mágica y radiante Luna.
Mañana, cuando salga, el Sol llorará de envidia
por ella y por lo que pasó.
Esta noche hay miles de estrellas
y una mágica y radiante Luna llena.
¿Dónde están los mares de verdad?
¿Y las tormentas de caricias, donde el huracán?
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