El 7 de junio de 1926 Gaudí se dirigía a la iglesia de San Felipe Neri,
que visitaba a diario para rezar y entrevistarse con su confesor, mosén
Agustí Mas i Folch; pero al pasar por la Gran Via de les Corts
Catalanes, entre las calles Girona y Bailén, fue atropellado por un
tranvía, que lo dejó sin sentido.
Siendo tomado por un mendigo, al ir indocumentado y a causa de su
aspecto descuidado, con ropas gastadas y viejas, no fue socorrido de
inmediato, hasta que un guardia civil paró un taxi que lo condujo al
Hospital de la Santa Creu.
Al día siguiente lo reconoció el capellán de la Sagrada Familia, mosén
Gil Parés, pero ya era tarde para hacer nada por él. Murió el día 10 de
junio de 1926, a los 74 años de edad, en la plenitud de su carrera. Fue
enterrado el 12 de junio, con presencia de grandes multitudes que
quisieron darle el último adiós, en la capilla de Nuestra Señora del
Carmen de la cripta de la Sagrada Familia.
Tras su muerte Gaudí cayó en un relativo olvido, y su obra fue denostada
por la crítica internacional por barroca y excesivamente fantasiosa. En
su tierra natal fue igualmente menospreciado por la nueva corriente que
sustituyó al modernismo, el novecentismo, estilo que retornaba a los
cánones clásicos.
En 1936, durante el transcurso de la Guerra Civil Española, fue asaltado
el taller de Gaudí en la Sagrada Familia, destruyéndose gran cantidad
de documentos, planos y maquetas del arquitecto modernista.
Su figura comenzó a ser reivindicada en los años 1950, por Salvador Dalí
en primer lugar, seguido del arquitecto Josep Lluís Sert. En 1956 se
organizó una retrospectiva sobre Gaudí en el Salón del Tinell de
Barcelona, y en 1957 su primera gran exposición internacional, en el
MOMA de Nueva York.
Asimismo, entre los años 1950 y 1960, los estudios de críticos
internacionales como George Collins, Nikolaus Pevsner y Roberto Pane
dieron gran difusión a la obra de Gaudí, mientras que en su tierra natal
era reivindicado por Alexandre Cirici, Juan Eduardo Cirlot y Oriol
Bohigas.
También es de remarcar el gran éxito obtenido por Gaudí en Japón, donde
su obra es muy admirada, destacando los estudios realizados por Kenji
Imai y Tokutoshi Torii. Desde entonces la valoración de Gaudí ha ido en
aumento, culminando en 1984 con la proclamación de varias obras del
arquitecto como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
En 1952, centenario del nacimiento del arquitecto, se fundó la
Asociación de Amigos de Gaudí, para divulgar y conservar el legado
dejado por el artífice catalán. En 1956 se creó la Cátedra Gaudí,
perteneciente a la Universidad Politécnica de Cataluña, con el objeto
igualmente de profundizar en el estudio de la obra gaudiniana y
participar en su conservación; en 1987 el rey Juan Carlos I le concedió
el título de Real Cátedra Gaudí. En 1976, con motivo del 50 aniversario
de su muerte, el Ministerio de Asuntos Exteriores organizó una
exposición sobre Gaudí que recorrió todo el mundo.
Hombre de profunda religiosidad y de vida ascética, se ha propuesto la
beatificación de Antoni Gaudí, proceso iniciado en 1998 por el arzobispo
de Barcelona, Ricard Maria Carles. El año 2000 fue autorizado el inicio
del proceso por parte del Vaticano.
Con motivo del 150 aniversario del nacimiento de Gaudí se celebró el año
2002 el Año Internacional Gaudí, con multitud de actos oficiales,
conciertos, espectáculos, conferencias, publicaciones, etc.
Entre otros
eventos, el 24 de septiembre de ese año se estrenó en el Palau d'Esports
de Barcelona el musical Gaudí, sobre la vida y obra del arquitecto
reusense, obra de Jordi Galceran, Esteve Miralles y Albert Guinovart.
El
año 2008 se instituyeron en su honor los Premios Gaudí, otorgados por
la Academia del Cine Catalán, que reconocen las mejores producciones
cinematográficas catalanas del año.
Fuente:
http://www.culturizando.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario