La lluvia de meteoros más impactante e impredecible del año, llega a partir de mañana y se prolongará hasta el 23 de abril.
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Si por algo estará marcada esta semana que empezamos será
por la lluvia. Pero tranquilidad, el tiempo seguirá como hasta ahora.
Parece extraño, pero la lluvia que se avecina no es de agua, sino de
estrellas. Las Líridas llegan mañana para quedarse hasta el próximo 23
de abril. Siete días en los que disfrutar y admirar, si hay suerte, de
una de las imágenes, junto a las que dejan las Perséidas, Leónidas y
Cuadránticas, más impactantes del año.
La Asociación Astronómica de España asegura que las Líridas
son una de las lluvias de meteoros “más imprevisibles” que pueden
ocurrir en 365 días. “Proceden de la constelación de Lyra y su número de
meteoros por hora tiene una media de 18, aunque en ocasiones se alcanza
un máximo de 200, como ocurrió en 1982. De ahí que se considere una
lluvia totalmente inesperada y sorprendente. Las estrellas fugaces
suelen ser brillantes y entran en nuestra atmósfera a una velocidad de
49 kilómetros por segundo, es decir, 175.000 kilómetros por hora. Dichos
meteoros se hacen visibles al entrar en contacto con la atmósfera a 100
kilómetros de altura y van desapareciendo cuando alcanzan los 50”,
explican fuentes de la asociación al tiempo que señalan que, como ocurre
con el resto de lluvias de estrellas, el tamaño y la densidad del
objeto “será crucial para que se acerque más o menos al suelo antes de
desintegrarse”.
Las estrellas fugaces provienen de diminutas partículas de
hielo y rocas que el cometa C/1861 G1 (Thatcher) deja en el espacio
durante su viaje alrededor del Sol. Pese a que podría darse el caso de
que los meteoros fueran tan grandes que brillaran más que el planeta
Venus - objeto celeste más brillante tras el Sol y la Luna-, lo normal
es que sean del tamaño de un grano de arena, de una lenteja o un
garbanzo.
Aunque los días de mayor actividad de las Líridas serán del
22 al 23 de abril, los astrónomos españoles recalcan que este año habrá
un inconveniente para contemplar en su máxima plenitud este
espectáculo, que será la luz de la Luna, a la que le faltarán unos
cuatro días para convertirse en Luna llena. “Es por eso que quienes
quieran ser partícipes de esta escena deberán empezar a observar la
lluvia los primeros días -16 de abril-, cuando la Luna todavía estará en
fase de creciente”, precisan.
¿Cómo sacarle el máximo provecho a este espectáculo?
Alejarse de las luces de las ciudades y escapar a zonas oscuras, para sacar el máximo partido a la esta lluvia.
No mirar siempre hacia la constelación de Lyra que empezará a aparecer por el horizonte en la madrugada del 16 al 17.
La forma más cómoda para ver la lluvia, es utilizar una
tumbona y, por supuesto, llevar comida, bebidas, ropa de abrigo, mantas,
linterna de luz roja -para no deslumbrarse- y otra linterna de luz
blanca para poder acomodarse.
Fuente:
http://www.ideal.es.
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