¿Por qué la sal conserva los alimentos?
Hay diferentes métodos para mantener los alimentos conservados durante más tiempo del que se mantendrían en condiciones aptas para el consumo si no aplicásemos ninguno.
El secado al sol es uno de los métodos más antiguos de conservación
de alimentos. Y también lo es el congelado, usado de antiguo en las
zonas más septentrionales del planeta.
El otro es la salazón: curar con sal carnes, pescados y otras sustancias para su conservación.
Todos ellos tienen un punto en común que es la eliminación del agua
para que los microorganismos no proliferen. Claro que en el caso del
frío no se elimina el agua, pero el hielo ya no es utilizable.
Sin entrar a tratar estos otros dos métodos en profundidad, vamos a pasar a ver la salazón.
La sal retira el contenido acuoso de los alimentos mediante un
proceso conocido por ósmosis. Cuando dos soluciones acuosas con
diferente concentración de soluto se encuentran separadas por una
membrana semipermeable, se genera un trasvase de agua desde la zona de
más baja concentración o hipotónica, hacia la de alta concentración o
hipertónica, buscando el equilibrio.
Sencillamente, la sal retira el agua de los alimentos reduciendo al límite el factor conocido como la actividad de agua.
La actividad de agua (aw) es la relación entre la presión de vapor
del agua del alimento y la del agua pura a la misma temperatura. O sea,
mide el agua disponible en un alimento. Y como la sal reduce este valor
por debajo de un 0,60 no permite crecer prácticamente nada, pues muy
pocos microorganismos y ningún patógeno crecen a aw menor que 0,7.
Pero éste no es el único mecanismo conservador de la sal. Como la
concentració salina es mayor en el exterior que en el interior de los
propios microorganismos, éstos pierden agua de manera alarmante hasta
morir deshidratados. La sal es un eficaz enemigo de los microorganismos,
que no soportan una elevada salinidad.
Notas sabiondas: Algunas bacterias son inmunes a la sal, como algunas bacterias del género Sarcina. Por suerte no son patógenas.
Tan importante era la sal en la
conservación de alimentos en épocas antiguas y tan alto su valor, que
las legiones romanas recibían en ocasiones su sueldo o soldada en sal.
De ahí que el cobro por un trabajo prestado reciba el nombre de salario.
Debido al proceso físico-químico de la ósmosis es peligroso beber agua salada.
¿Por qué los cactus tienen espinas?
Las plantas tienen hojas, eso es un hecho, pero los cactus también son plantas y no las tienen. ¿Por qué?
Estas hojas, generalmente de color verde
por la clorofila, les sirven para ofrecer una mayor superficie a los
rayos solares. Así capturan mayor cantidad de rayos solares y realizan
más eficientemente la fotosíntesis.
Pero la superficie de la hoja no depende de este único factor, sino
también del grado de humedad. Unas hojas de un tamaño adecuado permiten
que se evapore una cantidad adecuada de agua, de manera que la planta se
desprenda del exceso de agua absorbida por las raíces juntro con los
nutrientes. Pero unas hojas demasiado grandes ofrecerían demasiada
superficie a los rayos solares y el agua evaporada podría ser excesiva
para la planta.
Así, las plantas de zonas tropicales tienen, generalmente, hojas
grandes y lustrosas, ya que la humedad y la pluviosodad son elevadas. En
cambio las plantas de regiones secas tiene las hojas duras y pequeñas.
En algunos casos —como el que nos ocupa— las hojas han reducido su superficie hasta convertirse en espinas.
Este fenómeno de reducción extensiva de la hoja se ha producido, en
la historia evolutiva de estas plantas, por una necesidad básica de
supervivencia: no perder por transpiración la poca humedad de acumulan.
El climas desérticos el agua es un bien muy preciado y hay que evitar la
pérdida de humedad.
Nota sabionda: Pero no es esta la única adaptación
al medio. Las raíces de las plantas de climas secos están muy
desarrolladas, de manera que puedan recoger agua en un radio y
profundidad notables. Las palmeras del desierto, por ejemplo, tienen
raíces que pueden llegar a ser quilométricas.
¿Por qué el pegamento no se pega a su envase?
Eso, si es pegamento… se tendría que pegar ¿no?
Se tendría que pegar en el tubo, en el bote o donde quiera que venga
envasado. Pero no lo hace. Espera pacientemente a que volvamos a
desenroscar el tapón, lo utilicemos y volvamos a taparlo hasta que de
nuevo lo volvamos a necesitar.
Pero a todos nos ha pasado (y si no es que lo has usado poco)
encontrarnos que, tras el uso, el tapón se ha pegado a la rosca o que la
parte más superficial se ha solidificado; mientras que el resto de
pegamento se mantiene como siempre.
Y eso ha pasado porque no se ha cerrado correctamente el tubo o el
bote. De lo que se deduce que el contacto con el aire tiene la culpa.
Efectivamente, el pegamento solamente se endurece y realiza su
función de pegado cuando entra en contacto con el aire. Y en su envase
no se pega porque no hay aire en su interior o hay muy poco.
¿Y qué hace el aire? ¿airea?
En aquellos pegamentos disueltos en agua, como la cola, o en otros disolventes más potentes, como el pegamento Imedio,
el aire permite que se evapore el agua o el agente disolvente que
contienen, quedando únicamente el agente adhesivo solidificado. Son
adhesivos por evaporación.
En otro tipo de pegamentos, los cianocrilatos, pegamentos rápidos como el SuperGlue,
el proceso es diferente. Éstos se endurecen y adhieren al entrar en
contacto con el hidrógeno. Los monómeros de cianocrilato polimerizan al
hidrogenarse con el vapor de agua contenido en el aire. Son adhesivos
por polimerización.
Nota sabionda: Para eliminar el pegamento de cianocrilato de los dedos, utilizar un algodón empapado en quitaesmalte de uñas.
Nota sabionda: Para que no se pegue el tapón del
tubo de pegamento una vez abierto, basta con untar con una gota de
aceite de oliva el cuello del tubo.
¿Cómo desempañar el parabrisas empañado?
Es realmente molesto un parabrisas empañado. Y peligroso cuando se
empaña de repente y las condiciones atmosféricas son adversas: lluvia,
nieve… o simplemente es de noche.
Así que es necesario desempañarlo lo antes posible y mantenerlo así para tener visibilidad y facilitar la conducción.
Pero para saber la mejor forma de hacerlo es conveniente saber primero por qué se empaña.
Tanto el parabrisas como el resto de lunas del coche se empañan
cuando el aire está húmedo y el cristal está suficientemente frío para
que el vapor de agua se condense sobre él. Como lo más habitual es que
haya más humedad dentro del habitáculo cerrado del coche que en el
exterior y que la temperatura interna sea más elevada que la externa, el
cristal se empaña por dentro.
Y la razón de esta diferencia de humedad y de temperatura son los
propios ocupantes del vehículo. El vapor de agua que exhalamos con la
respiración, la evaporación de agua de las prendas y objetos por la
temperatura corporal… Por eso se empañan más rápidamente cuanto más
ocupantes hay en el vehículo.
Sabiendo que el factor determinante es la humedad, es fácil deducir
que lo que se debe hacer para desempañar el cristal es secar el
ambiente. ¿Y cómo?
No es cuestión de dejar de respirar, así que bastará abrir un poco
las ventanas para que el aire del menos húmedo del exterior penetre y
los seque, o poner en marcha el aire acondicionado dirigido al
parabrisas para secarlos más rápidamente. Pero ¿aire caliente o frío?
En realidad no importa la temperatura del aire porque no se empañan
por diferencia térmica. Se empañan por condensación de humedad, así que
hay que secar los cristales, no enfriarlos o calentarlos. Por ello
tomaremos la solución más cómoda, y si en el exterior hace frío no
abriremos las ventanas ni pondremos el aire frío para congelarnos, si no
que usaremos la calefacción. Y si en el exterior no hace excesivo frío y
en el interior hace calor, abriremos las ventanas o pondremos el aire
frío. O ambas cosas a la vez.
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