“Es curioso, uno así mismo siempre se reconoce por los ojos, porque
en ellos es donde anida ese miedo a dejarse de reconocer, a haber
perdido algún eslabón de la propia herencia, el miedo es lo que une el
yo de ahora con los de antes, un ansia de pesquisa que imprime al rostro
la expresión más incondicional, como una lucecita al fondo de la
pupila.”
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