martes, 9 de octubre de 2012

Instrucciones para llorar, Julio Cortázar y algo más...

Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.



 Razón de lágrimas

 La noche por ser triste carece de fronteras.
Su sombra en rebelión como la espuma,
rompe los muros débiles
avergonzados de blancura;
noche que no puede ser otra cosa sino noche.

Acaso los amantes acuchillan estrellas,
acaso la aventura apague una tristeza.
Mas tú, noche, impulsada por deseos
hasta la palidez del agua,
aguardas siempre en pie quién sabe a cuáles ruiseñores.

Más allá se estremecen los abismos
poblados de serpientes entre pluma,
cabecera de enfermos
no mirando otra cosa que la noche
mientras cierran el aire entre los labios.

La noche, la noche deslumbrante,
que junto a las esquinas retuerce sus caderas,
aguardando, quién sabe,
como yo, como todos.

Luis Cernuda



Llorar a lágrima viva

Llorar a lágrima viva.
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas,
las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma, la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando.
Festejar los cumpleaños familiares, llorando.
Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo...
si es verdad que los cacuíes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz, con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría.
Llorar de frac, de flato, de flacura.
Llorar improvisando, de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!
 
Oliverio Girondo
 
 
Sonrisas y lágrimas 
 
En 1965 una de las producciones más famosas de la historia del cine llegó a las pantallas.

Con Julie Andrews como protagonista. 10 nominaciones a los Oscar y aficionados en todo el mundo, desde EEUU a Japón.

Basada en el ya exitoso musical "The Sound of Music" (escrito por Rogers y Hammerstein, representado en Broadway casi 1.500 veces, premiado con  6 Tony Awards  y vendido como disco más de 3 millones de veces), Robert Wise produjo y dirigió la película "The Sound of Music" (Sonrisas y lágrimas).
En 1965 la película fue nominada con 10 Oscars y ganó 5 (mejor película, mejor director, mejor sonido, mejor guión y mejor adaptación musical). Para Julie Andrews, que protagonizaba la película, fue el inicio de una carrera ejemplar. Ella misma dijo una vez en una entrevista que para ella es un honor haber participado en una película que ha hecho feliz a tanta gente.
La película está basada en hechos reales: Maria von Kutschera, nacida en Viena, era aspirante al noviciado en la abadía benedictina de Nonnberg, en Salzburgo, cuando fue enviada por su abadesa como institutriz de los siete hijos del viudo barón Georg Ritter von Trapp. Poco después María se casó con el barón y a principios de los años 30 formó un coro familiar, con el que ofrecieron numerosos conciertos en Austria.
Después de la anexión a Alemania en el año 1938 la familia se vio obligada a marchar de Austria y su única fuente de ingresos fueron sus representaciones musicales. Esto les permitió llegar a los EEUU, donde compraron una granja en Vermont (Stowe) en 1941, que fue remodelada para acoger la Trapp Family Lodge, que hoy en día es un próspero hotel.
 
 
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario