"La vida es una fuente interminable de reflexiones, desmedida como la eternidad, inagotables como la maldad e inmensas como el amor".
viernes, 14 de septiembre de 2012
Asiento vacío
Cuentan que era un 25 de Junio de 1978 en el estadio Antonio Vespucio Liberti de Buenos Aires. Faltaban 10 minutos para empezar la final del mundial de futbol de 1978, que enfrentaba a la selección anfritiona, Argentina y la antiguamente conocida por Paises Bajos, ahora Holanda.
Cuentan que el estadio era un hervidero de hinchas argentinos que cantaban y gritaban tratando de alentar a su equipo.
Cuentan que un hombre buscaba un asiento libre en el estadio, cuando insospechadamente se topó con uno, junto al que un señor mayor ocupaba la plaza contigua.
Cuentan que el señor sentado le dijo a este otro que pretendía ocuparar la plaza vacía, que esa era suya, que habia adquirido las dos localidades 2 años antes de la final, pues pensaba venir con su esposa ya que ambos soñaban con que Argentina llegase a la final y se había cumplido.
Cuentan que aquel señor le explicó al otro que aquel asiento no lo ocuparia nadie porque su esposa habia fallecido.
Cuenta que el sorprendido hincha le preguntó si no había invitado a algún familiar o amigo a que viera el partido en el lugar de su fallecida esposa.
Cuentan que la respuesta del señor a la pregunta representa el sentimiento de los argentinos con el fútbol,
" No, nadie quiso venir al partido, prefirieron ir al entierro de mi mujer".
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