Ninguna vida se conforma sin una referencia constante al amor. Ningún sentimiento es más determinante en nuestras vidas, ninguno tiene un impacto más radical en nuestra capacidad de ser felices, ninguno justifica tanto las responsabilidades, los anhelos y los deseos que pesan sobre las personas desde que nacen hasta que mueren. El amor nos guía, nos da esperanza, nos entristece y nos mueve por encima de todo. El amor es la vida a la búsqueda de más vida.
A través de los continentes y de las culturas, el amor es la vida a la búsqueda de más vida, de creatividad, de refugio, de placer, de ternura, de protección, de seguridad. Del cóctel de todas esas necesidades, a veces contradictorias, sobresale la batalla interna de cada persona entre la necesidad de autonomía y la necesidad de intimidad. No siempre necesitamos el mismo amor, ni con la misma intensidad.
Pero al final, sea cual sea el color de amor en nuestra vidas, hay que encontrarle una salida, una forma de expresarse, un lugar en el que enraizarlo.
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