Mientras te escribo esto, siento la brisa del océano en la piel; ese mismísimo océano pronto será mi tumba.
Dicen que moriré siendo un héroe, que la seguridad de mi país será la recompensa por mi sacrificio, rezo porque tengan razón, sólo me arrepiento de no haberte dicho lo que sentía.
Quisiera estar en casa, quisiera agarrarte de la mano, quisiera decirte que te he amado, sólo a ti desde niño, pero no lo estoy haciendo, ahora veo que la muerte es fácil, el amor es lo difícil.
Al caer en picado mi avión, no veré las caras de mis enemigos, en lugar de esto, veré tus ojos, como rocas negras heladas en agua de lluvia.
Nos dicen que debemos gritar: ¡Banzai! al embestir el blanco!, yo en vez de eso susurraré tu nombre.
Y en la muerte, como en la vida seguiré siendo eternamente tuyo.
Alférez Hiroshi Takahashi.
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