Quien decide tatuarse piensa que llevará una marca inalterable sobre la piel, pero en realidad las tintas se dispersarán con el tiempo y el dibujo original se acabará alterando. El profesor Ian Eames, del University College de Londres (Reino Unido), ha creado un modelo matemático que permite, por primera vez, simular los cambios que sufre un tatuaje a través de los años.
El tipo de piel, la edad, el tamaño del tatuaje, la exposición al sol y el tipo de tinta utilizado son los factores que determinan la forma en que el tatuaje se distorsionará con el tiempo?, explica Eames en declaraciones a la Agencia SINC.
Cuando el tatuador pincha la dermis con agujas para aplicar la tinta -una sustancia 'extraña' que proviene en muchos casos de metales pesados, como mercurio, plomo, cadmio, níquel, cinc y hierro -, el organismo genera una respuesta inmune que hace que los glóbulos blancos acudan a limpiarla. En este proceso se eliminan del cuerpo algunas de las partículas de la tinta; pero otras permanecen y quedan atrapadas en el tejido conjuntivo del organismo, formando parte del tatuaje. En el plazo de un mes, el nexo entre la epidermis y la dermis se habrá reformado y el dibujo quedará fijado para siempre en el cuerpo.
Sin embargo, no siempre conservará su aspecto original, ya que, con el transcurso del tiempo, las células que contienen la tinta mueren, se dividen o se desprenden del organismo, en un proceso inevitable que acabará alterando el dibujo. Eames ha creado el primer modelo teórico que integra los datos del movimiento de las partículas colorantes en las células cutáneas y que pronostica su evolución a largo plazo. Según los modelos matemáticos, los tatuajes de mayor tamaño y líneas más gruesas envejecen mejor que aquellos que son más pequeños y detallados, puesto que las líneas finas acaban desvaneciéndose antes -en unos diez años-.
Se estima que el 36% de los adolescentes estadounidenses de entre 18 y 25 años y hasta un 40% de los que tienen entre 26 y 40 años tienen alguna parte de su cuerpo marcada con tinta. También resulta común ver tatuajes en la piel de personajes famosos, como es el caso de Angelina Jolie, Rihanna, David Beckham o, incluso, la primera dama británica, Samantha Cameron.
Este es el proceso "natural", pero además hay que tener en cuenta que en la actualidad, esconder un tatuaje no es necesario, ya que el nuevo dispositivo Helios II permite borrar aquellos con los que, por una razón u otra, dejamos de identificarnos.
Este tratamiento cuenta con tecnología de láser multifraccionado y suma a sus óptimos resultados la ventaja de no dejar secuelas indeseables.
"Hay una gran concurrencia de pacientes, mujeres jóvenes en su mayoría, que desean eliminar un tatuaje", comentó Ricardo Hoogstra, jefe de Cirugía Plástica del Hospital "José M. Penna" de la ciudad de Buenos Aires y director de la Clínica de Estética Facial y Corporal, pionero en la introducción de la medicina láser estética en el país.
Hogstra afirmó que "aunque no siempre las pacientes comentan sus motivos en la consulta, algunas relatan que quieren hacerlo por motivos amorosos, ya que el tatuaje se hizo para demostrar compromiso con alguien y si ese compromiso ya no existe es un recuerdo constante, o tienen una nueva pareja y el tatuaje genera un conflicto".
"Pero también hay razones que se relacionan con el paso del tiempo, con cambios vitales. En la situación profesional o personal que vive hoy esta persona, un tatuaje hecho hace años le genera incomodidad o le resulta anacrónico y decide borrarlo, ahora que es posible de esta manera tan sencilla", explicó el especialista.
La cantidad de sesiones que se requieren para un resultado completo varían de acuerdo con el tatuaje, pero ya a partir de la primera sesión se notan cambios.
Helios II se basa en un láser de neodimio (Nd Yag) cuya longitud de onda ajustable permite que el especialista "elija" la coloración del pigmento a tratar.
El láser sólo actúa sobre ese cromóforo, y su energía divide esos depósitos de pigmento (manchas solares, melasmas, pecas, tatuajes) en miles de fragmentos que luego serán reabsorbidos por tejidos vecinos, o serán absorbidos por la capa córnea que se renueva constantemente.
"El efecto final se apreciará luego de varios días, ya que los depósitos de pigmento oscuro que han sido desintegrados por el láser, serán reabsorbidos por la piel o eliminados como células muertas", comentó Hoogstra.
Lo revolucionario de este sistema es su exclusivo mecanismo Q-switched, que divide el pulso en un tren de pulsos extremadamente rápidos que evitan que la piel aledaña sea afectada por la energía del láser, del mismo modo que se puede pasar la mano por sobre la llama sin quemarse si se lo hace muy rápidamente.
El resultado, señala el especialista, es que no hay edema, ni cicatrices, y por lo tanto no se requiere período de recuperación: "La persona puede reintegrarse inmediatamente a todas sus actividades después del tratamiento", aclara el Dr. Hoogstra.
El color del diseño que se desea borrar incide en el tipo de frecuencia láser que se usa en el tratamiento y solo los tatuajes blancos y color carne no deben ser tratados, porque esos colores con el láser se oscurecen de forma permanente.
Los tatuajes azul oscuro y negros son los que responden mejor al tratamiento Helios II mientras que los pigmentos amarillo, rojo y verde eran difíciles de remover, hoy en día con esta nueva tecnología láser se pueden retirar si producir daño de la piel circundante.
El tratamiento de tatuajes blancos y color carne debe ser evitado porque estos pueden cambiar a un color más oscuro, negro o gris inmediatamente después del tratamiento con láser Q-switched y ser imposibles de eliminar.
Cuando los tatuajes tienen varios colores, especialmente negro, rojo o verde, pueden emplearse diferentes longitudes de onda láser durante una sola visita para maximizar el grado de mejoría.
En estas situaciones el borde negro del tatuaje se suele tratar primero con luz infrarroja del láser Nd:Yag de 1064nm.
Luego se utiliza la luz verde del láser Nd: Yag de doble frecuencia de 532nm para tratar sólo las porciones rojas del tatuaje.
Fuente:
http://www.culturizando.com
http://www.lawebdeparana.com
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