Nadie salvará el amor,
no será posible rescatarlo
si no salvamos primero la mirada.
Porque amar es ver.
Ver que cae la piel o las infancias,
ver que a veces las palabras son estafas,
ver que hay quien se duele entre los muros desahuciados de sus casas,
ver que la risa es una máscara que cubre quizá alguna lágrima.
Ver que estamos aquí para ser mirados,
para ser amados.
Nadie salvará el amor
si estamos ciegos,
si caminamos con los párpados zurcidos,
si la desesperación no abrasa nuestras retinas.
De nada servirá nuestro cariño, cuerpo a cuerpo
si el espanto crece y crece invisible.
Transparente.
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