Jaipur es la capital del estado indio de la región de
Rajastán, está bien conectada por tren con las ciudades más importantes
del país. Antiguamente era conocida con el nombre de “Ciudad Esmeralda” ya que
desde muy antiguo, se hacía toda la talla y pulido de esmeraldas del
mundo.
Hoy Jaipur es una ciudad desordenada, turística y
rodeada de polvo del desierto. Cada año celebran un importante festival
de elefantes.
Se celebra la víspera del Holi (una especie de versión local de los Santos Inocentes), en el mes de Phalguna (marzo), como forma de dar la bienvenida a la primavera.
Y no se trata sólo de honrar a Ganesa (dios con cabeza de elefante) sino también de concursar: los mahouts (cuidadores) decoran los cuerpos de sus animales con motivos florales de múltiples colores, los cubren con ricas mantas artesanales tejidas por las mujeres y los adornan con joyas, pedrería y cascabeles para intentar ganar el premio al mejor adornado; un concurso de belleza paquidérmica.
Una vez “vestidos”, los elefantes, que siempre son hembras, protagonizan una gran cabalgata por las calles de la ciudad acompañados de caballos y camellos y amenizados por músicos y danzarines tradicionales. A continuación llega el momento de acudir al Jaipur Chaushan, el campo de polo local, donde habrá un espléndido desfile con los proboscidios aún enjaezados -algunos con ostentosos palanquines encima- y enarbolar de banderas, para finalmente pasar a algunos deportes y juegos populares: tiro de cuerda entre una veintena de hombres y uno de estos animales -normalmente hembra-, un partido de polo montando elefantes y jugado con balón de fútbol, demostraciones tácticas ancestrales y una batalla en la que usan sus trompas para rociarse con pintura, tal cual hacen los humanos con pistolas de plástico y baldes (pues, no en vano, al Holi se la conoce como Festividad de los colores). Para terminar, los mahouts invitan a los asistentes que lo deseen a subir a lomos de sus enormes monturas para dar un paseo.
Se celebra la víspera del Holi (una especie de versión local de los Santos Inocentes), en el mes de Phalguna (marzo), como forma de dar la bienvenida a la primavera.
Y no se trata sólo de honrar a Ganesa (dios con cabeza de elefante) sino también de concursar: los mahouts (cuidadores) decoran los cuerpos de sus animales con motivos florales de múltiples colores, los cubren con ricas mantas artesanales tejidas por las mujeres y los adornan con joyas, pedrería y cascabeles para intentar ganar el premio al mejor adornado; un concurso de belleza paquidérmica.
Una vez “vestidos”, los elefantes, que siempre son hembras, protagonizan una gran cabalgata por las calles de la ciudad acompañados de caballos y camellos y amenizados por músicos y danzarines tradicionales. A continuación llega el momento de acudir al Jaipur Chaushan, el campo de polo local, donde habrá un espléndido desfile con los proboscidios aún enjaezados -algunos con ostentosos palanquines encima- y enarbolar de banderas, para finalmente pasar a algunos deportes y juegos populares: tiro de cuerda entre una veintena de hombres y uno de estos animales -normalmente hembra-, un partido de polo montando elefantes y jugado con balón de fútbol, demostraciones tácticas ancestrales y una batalla en la que usan sus trompas para rociarse con pintura, tal cual hacen los humanos con pistolas de plástico y baldes (pues, no en vano, al Holi se la conoce como Festividad de los colores). Para terminar, los mahouts invitan a los asistentes que lo deseen a subir a lomos de sus enormes monturas para dar un paseo.
Dos millones de habitantes saldrán a las calles de esta ciudad caótica, de bocinazos, ruido y polución, para honrar a estos animales que forman parte de sus más antiguas tradiciones.
Todavía hoy
en día, se ven por las calles elefantes nupciales enjaezados de rojo y
oro que aseguran principios felices. Ganesha el dios
elefante, agitador de obstáculos, es una de las deidades más queridas
del panteón de dioses hindú, es normal que los paquidermos tuvieran un
festival acorde ya que el elefante en la India, está considerado un
vehículo hacia la fuerza y la fortuna.
Fuente:
http://www.elblogdekayak.es
http://quehaydonde.es
Elmer, David Mckee
Elmer, se considera un elefante diferente a los demás, y es por su piel de mil colores, y no gris, como el resto de los elefantes. Pero por encima de todo será él mismo.
http://quehaydonde.es
Elmer, David Mckee
Elmer, se considera un elefante diferente a los demás, y es por su piel de mil colores, y no gris, como el resto de los elefantes. Pero por encima de todo será él mismo.
Elmer es miembro de una manada de
elefantes de todos los tamaños y edades pero todos son de color elefante. Elmer
en cambio, es de todos los colores del arco iris, rojo, morado, verde,
amarillo...por este motivo es único y además es el elefante más alegre de toda
la manada.
Todos
los elefantes son más o menos iguales, menos Elmer, el elefante más
divertido de la literatura infantil. Elmer es distinto, tiene mil
colores en su piel. Esta es la primera entrega de su historia, la que
trata la diversidad desde la tolerancia. Con humor se presenta esta
historia que supone aceptarnos tal como somos.
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