" Amado señor mío, no tengas miedo, no te muevas, permanece en silencio, nadie nos verá.
Permanece
así, te quiero mirar, yo te he mirado tanto pero no eras para mí, ahora
eres para mí, no te acerques, te lo ruego, quédate como estás, tenemos
una noche para nosotros, y quiero mirarte, nunca te había visto así, tu
cuerpo para mí, tu piel, cierra los ojos y acaríciate, te lo ruego, no
abras los ojos si puedes, y acaríciate, son tan bellas tus manos, las he
soñado tanto que ahora las quiero ver, me gusta verlas sobre tu piel,
así, sigue, te lo ruego, no abras los ojos, yo estoy aquí, nadie nos
puede ver y yo estoy cerca de ti, acaríciate señor amado mío, acaricia
tu sexo, te lo ruego despacio, es bella tu mano sobre tu sexo, no te
detengas, me gusta mirarla y mirarte, señor amado mío, no abras los
ojos, no todavía, no debes tener miedo estoy cerca de ti, ¿me oyes?,
estoy aquí, puedo rozarte, y esta seda, ¿la sientes?, es la seda de mi
vestido, no abras los ojos y tendrás mi piel, tendrás mis labios, cuando
te toque por primera vez será con mis labios, tú no sabrás dónde, en
cierto momento sentirás el calor de mis labios, encima, no puedes saber
dónde si no abres los ojos, no los abras, sentirás mi boca donde no
sabes, de improviso, tal vez sea en tus ojos, apoyaré mi boca sobre los
párpados y las cejas, sentirás el calor entrar en tu cabeza, y mis
labios en tus ojos, dentro, o tal vez sea sobre tu sexo, apoyaré mis
labios allí y los abriré bajando poco a poco, dejaré que tu sexo cierre a
medias mi boca, entrando entre mis labios, y empujando mi lengua, mi
saliva bajará por tu piel hasta tu mano, mi beso y tu mano, uno dentro
de la otra, sobre tu sexo, hasta que al final te bese en el corazón,
porque te quiero, morderé la piel que late sobre tu corazón, porque te
quiero, y con el corazón entre mis labios tú serás mío, de verdad, con
mi boca en tu corazón tú serás mío, para siempre, y si no me crees abre
los ojos señor amado mío y mírame, soy yo, quién podrá borrar jamás este
instante que pasa, y este mi cuerpo sin más seda, tus manos que lo
tocan, tus ojos que lo miran, tus dedos en mi sexo, tu lengua sobre mis
labios, tú que resbalas debajo de mí, tomas mis flancos, me levantas, me
dejas deslizar sobre tu sexo, despacio, quién podrá borrar esto, tú
dentro de mí moviéndote con lentitud, tus manos sobre mi rostro, tus
dedos en mi boca, el placer en tus ojos, tu voz, te mueves con lentitud,
pero hasta hacerme daño, mi placer, mi voz, mi cuerpo sobre el tuyo, tu
espalda que me levanta, tus brazos que no me dejan ir, los golpes
dentro de mí, es dulce violencia, veo tus ojos buscar en los míos,
quieren saber hasta dónde hacerme daño, hasta donde tú quieras, señor
amado mío, no hay fin, no finalizará, ¿lo ves?, nadie podrá cancelar
este instante que pasa, para siempre echarás la cabeza hacia atrás,
gritando, para siempre cerraré los ojos soltando las lágrimas de mis
ojos, mi voz dentro de la tuya, tu violencia teniéndome apretada, ya no
hay tiempo para huir ni fuerza para resistir, tenía que ser este
instante, y este instante es, créeme, señor amado mío, este instante
será, de ahora en adelante, será, hasta el fin. No nos veremos más, señor. Lo que era
para nosotros, lo hemos hecho, y vos lo sabéis. Creedme: lo hemos hecho
para siempre. Preservad vuestra vida resguardada de mí. Y no dudéis un
instante, si fuese útil para vuestra felicidad, en olvidar a esta
mujer que ahora os dice, sin añoranza, adiós."
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