Ella…
¿Qué
puedo expresar acerca de ella a ella?
Alcanzó
mi vida de manera sosegada, apenas sin hacerse notar, como si de un susurro se
tratase.
Y
es que ella, es así… un dulce murmullo.
Ella…
Ella
es paz y armonía.
Con
su apacible melodía infunde en mi alma sosiego y seguridad.
Ella…
siempre ella.
Viaja
conmigo. Vive en mi pensamiento. Me colma de vida.
Si…
¡Eso es! ¡¡Me llena de vida!! Da sentido a mis días, a mi nostálgica existencia…
Cuando sus dedos discurren
sobre mi piel en una caricia perdurable, mi pecho se estremece, mis
sentimientos se proyectan…
Ella, siempre ella en mi
vida.
No puedo expresar cómo su influjo llegó con tanta fuerza hasta mi.
Cómo explicar lo que no logro
entender…
¿Por qué este dolor agudo en
mi corazón ante su ausencia?
Su risa…
Siempre cierro los ojos al
recordar su risa… Con ese gesto, puedo sentirla más fuerte
en mi corazón...
Cuando sus labios se curvan
en esa mueca juguetona y bella que tiene por sonrisa… en ese instante, no pudo
dejar de mirar al lago de sus ojos que brilla con luz propia.
Su risa…
Entra en mí como un rayo de
luz.
Como melodía a través de mis oídos,
para como una chispa de fuego anidar su
llama en mi corazón…
¿He dicho rayo de luz?
Si… así es ella.
Un rayo de luz que ilumina el
día con su presencia.
Es un sol, que llena de calor
y claridad todo lugar donde pisa.
Ella es mi luz…
Mi guía…
Mi referente…
Y hoy… ¿por qué me siento así?
Mi pecho está lleno de
angustia.
Siento soledad en mi mente.
Necesito su voz.
Me doy cuenta, que su
ausencia me asfixia…
Si… su ausencia me deja sin
aire
Sin ilusión…
Sin esperanzas.
Busco en mis recuerdos. Revivo
el instante de sus abrazos. Siento sus besos en mi piel, pero… no es suficiente.
Necesito su presencia…
La busco…
No está…
Más angustia en mi pecho.
Más necesidad en mi corazón.
Apreso el teléfono entre mis
dedos trémulos
No…
No debo llamar. Ella debe ser
libre
¿Qué hago?
Me siento vacío una vez más…
¿Dónde estará?
¿Qué hará en este momento?
¿Vivirá otros besos?
¿Me olvidará?
La inseguridad hace que me punce
el pecho por la angustia…
La traidora tristeza visita
mi débil mente, pero no… No la quiero a mi lado. No deseo su compañía.
Intento desechar malos
pensamientos…
Revivo nuestro último
encuentro. Me fundo en sus brazos. Vivo uno de sus abrazos. Si.., esos abrazos colmados
de ternura y fantasía.
Su aroma llega hasta mí y
agita las apacibles mariposas que dejó instaladas en mi pecho…
Abro los ojos que nunca
cerré…
No está… no
Sólo su ausencia implacable está
allí, a mi lado.
El pesimismo me visita de
nuevo.
Busco una canción que la
recuerde.
De nuevo su presencia en mi
cabeza. La belleza de su cara ovalada, el rojo de sus labios perfectos, el azul
de su mirada, la armonía de sus curvas…
Puedo sentir su cuerpo pegado
al mío. Su aliento dulce que flota en mi cara.
Finaliza la música.
Miro la puerta.
Deseo escuchar el chasquido
de la cerradura
Deseo…
Deseo verla entrar y con su
caminar mimoso llegar hasta mi.
Ella….
Ella, con su presencia me
llena de vida.
Ahora… ¿estoy muerto ante su
ausencia?
¡No!
Solo dormido…
Aletargado.
Sorteando los malos
pensamientos…
Sé, que pronto podré sentir su
piel de seda.
Sueño con el momento de rozarla.
El placer tan inmenso que es
abrazar su cuerpo.
Sentir su abrazo.
Cerrar los ojos.
Sentirse vivo de nuevo…
Ella…
¡Ha llegado!
¡¡Aquí está..!!
Avanza hacia mí. Una legión de mariposas agitan sus
alas dentro de mi pecho. Mi cara se ilumina…
Revive mi corazón.
Me abraza…
Siento paz.
Me abraza…
Se ha parado el mundo.
Me abraza…
Siento sus labios en mi piel.
Su pelo roza mi cara.
Ella..
Ella ha llegado…
Está aquí…
Mi alma adolescente revolotea
a nuestro alrededor.
¿Se irá..?
¿Esta vez vendrá para
quedarse?
No.
No quiero pensar… sólo quiero
sentir…
Vivir el momento.
Ser feliz porque… ella está a mi lado.
JpTorga
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