El rey y su hijo caminaban por el jardín del palacio mientras discutían acaloradamente.
—¡Te dije que esas son todas habladurías! ¡Leyendas, seres que no existen!
—Padre,
con todo respeto debo disentir.¡Lo he visto volando! ¡Es majestuoso! Y
no iré a combatirlo, ¡no! Sólo iré a convencerlo para que me regale una de
sus plumas doradas. Con ella tendré la inmortalidad ¿Sabes tú lo que
significa? ¡La inmortalidad!
—La
inmortalidad es el sueño que ha matado a muchos guerreros hijo… Vive tu
vida tal como es… ¡No vayas en busca de lo imposible! ¡No existe ese ser
que te hará inmortal!
—Está decidido, padre. Partiré al amanecer. Aguarda mi regreso. ¡Juro que lo hallaré!
Apenas despuntó el alba, el joven príncipe partió montado en su brioso corcel.
En
una milenaria cueva escondida en la cima de la montaña, el grifo
limpiaba sus áureas plumas con el filoso gancho de su pico, mientras
observaba la diminuta silueta que comenzaba su ascenso por la escarpada
ladera. Entrecerrando los ojos con un gesto de satisfacción, recordaba
otros tiempos, hace miles de años ya, cuando tuvo la brillante idea de
crear la historia de la inmortalidad de sus plumas. La estupidez humana
hizo el resto, difundiendo a través de los siglos la leyenda que año
tras año atraía a jóvenes valientes y ambiciosos ante su presencia.
Hombres que buscaban la inmortalidad. Igual que él, que para ser
inmortal… debía alimentarse de carne de caballo. Claro que luego, para
no estropear la leyenda, se veía obligado a devorar también al jinete.
Del griego gryphos proveniente a su vez del persa shirdal = león-águila; algunas variantes lingüísticas se refieren a los grifos como: gryphon, griff, griffen, griffon, griffoun, griffun, griffyn, grifon, grifyn, grefyne, gríobhán, gryffen, gryffin, gryffon, gryfon, gryf, gryphen y gryphin, entre otros. Los grifos son seres mitológicos cuya forma varía con el tiempo, si bien es fácilmente reconocible ya que combina un cuerpo de león con cabeza, pecho, alas y garras de águila. La cabeza puede ser de buitre o de león. Las patas pueden ser todas de león o todas de águila o bien aparecer dos y dos. Es posible también que el cuerpo del felino aparezca alado y sea más pequeño, del tamaño del lobo, y ocasionalmente puede tener cola de serpiente. Otras veces se le atribuía cuerpo de león, pero con cabeza y alas de águila, orejas de caballo y una cresta con aletas de pez.
La creencia en estos seres se remonta al antiguo Egipto alrededor del 3300 a.C; sin embargo, hay quienes afirman que son más antiguos y existen referencias en las culturas babilónica, asiria y persa. Plinio el Viejo creía que los grifos provenían del norte de Rusia; Esquilo, por su parte, pensaba que provenían de Etiopía, mientras que Bulfinch afirmaba que sus orígenes se encontraban en India. Heródoto, por su parte, creía que la leyenda del grifo provenía del pueblo mítico del los Isedones que vivían en los Montes Urales. Existe, sin embargo, una teoría donde el origen real del grifo puede encontrarse en los restos fósiles de dinosaurios de la familia Ceratopsidae (cuyas características físicas coinciden con la descripción del grifo mitológico) hallados en los desiertos de Asia Central, en especial en Mongolia.
Dado que, para muchas culturas antiguas, el león era considerado el rey de las bestias y el águila la reina de los aires, entonces se entiende que el grifo fuera considerado como una criatura especialmente majestuosa y poderosa. Se decía también que el grifo era tan rápido como el águila y tan feroz y majestuoso como el león. Sus enemigos naturales sólo eran los caballos, pero también algunas serpientes y basiliscos podían convertirse en sus enemigos en la medida que estos personificaran fuerzas malignas.
Se creía además que vivían en grupos de entre 5 y 30 seres con una organización jerárquica muy similar a la de los leones, donde el más grande y viejo es la cabeza de la manada. Conforme a un documento escrito en el siglo IX por el irlandés Stephen Scotus, los grifos son monógamos e incluso, si un miembro de la pareja muere, el otro grifo pasará sólo el resto de su vida sin necesidad de buscar un nuevo compañero. Por otro lado, los hábitos de la hembra fueron descritos por Santa Hildegarda de Bingen en el siglo XII, quien afirmaba que la grifo hembra buscaba una cueva donde pudiera poner a salvo sus tres huevos y cuidarlos hasta que éstos eclosionaran.
Otra leyenda asegura que Alejandro Magno (356-323 a. de C.) puso arneses a ocho grifos y los sujetó a una cesta, que él posteriormente empleó para volar hasta los cielos.
Al igual que los dragones, se decía que los grifos custodiaban tesoros y eran especialmente feroces a la hora de defenderlos. Suelen aparecer en los bestiarios y son emblemas del coraje regio, tal como demuestra su inclusión en los escudos de armas. En la cristiandad medieval, el hecho de combinar una bestia terrenal con un ave propició su utilización como símbolo de las cualidades humanas y divinas de Cristo. Por esta razón, en las iglesias solían esculpirse imágenes de grifos.
Una hipótesis plantea que el origen real del grifo como criatura mitológica se encuentra en los numerosos restos fósiles de dinosaurios pertenecientes a la familia Ceratopsidae, que se pueden encontrar en gran número en los desiertos de Asia central, especialmente Mongolia.
Los esqueletos aplastados de estos dinosaurios, de boca en forma de pico ganchudo, amplios huesos escapulares, cola larga y patas con pezuñas de varios dedos pueden haber dado lugar a una reinterpretación de los dueños de esos esqueletos convirtiéndose en criaturas mitológicas a falta de un referente real.
Fuente:
seresmitologicos.net
lascosasquenuncaexistieron.com
taringa.net
tejiendoelmundo.wordpress.com
Del griego gryphos proveniente a su vez del persa shirdal = león-águila; algunas variantes lingüísticas se refieren a los grifos como: gryphon, griff, griffen, griffon, griffoun, griffun, griffyn, grifon, grifyn, grefyne, gríobhán, gryffen, gryffin, gryffon, gryfon, gryf, gryphen y gryphin, entre otros. Los grifos son seres mitológicos cuya forma varía con el tiempo, si bien es fácilmente reconocible ya que combina un cuerpo de león con cabeza, pecho, alas y garras de águila. La cabeza puede ser de buitre o de león. Las patas pueden ser todas de león o todas de águila o bien aparecer dos y dos. Es posible también que el cuerpo del felino aparezca alado y sea más pequeño, del tamaño del lobo, y ocasionalmente puede tener cola de serpiente. Otras veces se le atribuía cuerpo de león, pero con cabeza y alas de águila, orejas de caballo y una cresta con aletas de pez.
Por otra parte, la postura del
grifo no es uniforme: aparece amenazador y rampante, como custodio de un trono
real, como montura de un dios o, simplemente, como un animal de presa. Lo mismo
se puede decir respecto a su color.
De todo lo anterior se deduce
que el grifo reunía en sí los caracteres físicos de los dos animales más
poderosos de la tierra y del aire, el león y el águila. Era, por tanto, regente del aire y también
de la tierra.
La creencia en estos seres se remonta al antiguo Egipto alrededor del 3300 a.C; sin embargo, hay quienes afirman que son más antiguos y existen referencias en las culturas babilónica, asiria y persa. Plinio el Viejo creía que los grifos provenían del norte de Rusia; Esquilo, por su parte, pensaba que provenían de Etiopía, mientras que Bulfinch afirmaba que sus orígenes se encontraban en India. Heródoto, por su parte, creía que la leyenda del grifo provenía del pueblo mítico del los Isedones que vivían en los Montes Urales. Existe, sin embargo, una teoría donde el origen real del grifo puede encontrarse en los restos fósiles de dinosaurios de la familia Ceratopsidae (cuyas características físicas coinciden con la descripción del grifo mitológico) hallados en los desiertos de Asia Central, en especial en Mongolia.
Dado que, para muchas culturas antiguas, el león era considerado el rey de las bestias y el águila la reina de los aires, entonces se entiende que el grifo fuera considerado como una criatura especialmente majestuosa y poderosa. Se decía también que el grifo era tan rápido como el águila y tan feroz y majestuoso como el león. Sus enemigos naturales sólo eran los caballos, pero también algunas serpientes y basiliscos podían convertirse en sus enemigos en la medida que estos personificaran fuerzas malignas.
Se creía además que vivían en grupos de entre 5 y 30 seres con una organización jerárquica muy similar a la de los leones, donde el más grande y viejo es la cabeza de la manada. Conforme a un documento escrito en el siglo IX por el irlandés Stephen Scotus, los grifos son monógamos e incluso, si un miembro de la pareja muere, el otro grifo pasará sólo el resto de su vida sin necesidad de buscar un nuevo compañero. Por otro lado, los hábitos de la hembra fueron descritos por Santa Hildegarda de Bingen en el siglo XII, quien afirmaba que la grifo hembra buscaba una cueva donde pudiera poner a salvo sus tres huevos y cuidarlos hasta que éstos eclosionaran.
Otra leyenda asegura que Alejandro Magno (356-323 a. de C.) puso arneses a ocho grifos y los sujetó a una cesta, que él posteriormente empleó para volar hasta los cielos.
Al igual que los dragones, se decía que los grifos custodiaban tesoros y eran especialmente feroces a la hora de defenderlos. Suelen aparecer en los bestiarios y son emblemas del coraje regio, tal como demuestra su inclusión en los escudos de armas. En la cristiandad medieval, el hecho de combinar una bestia terrenal con un ave propició su utilización como símbolo de las cualidades humanas y divinas de Cristo. Por esta razón, en las iglesias solían esculpirse imágenes de grifos.
Una hipótesis plantea que el origen real del grifo como criatura mitológica se encuentra en los numerosos restos fósiles de dinosaurios pertenecientes a la familia Ceratopsidae, que se pueden encontrar en gran número en los desiertos de Asia central, especialmente Mongolia.
Los esqueletos aplastados de estos dinosaurios, de boca en forma de pico ganchudo, amplios huesos escapulares, cola larga y patas con pezuñas de varios dedos pueden haber dado lugar a una reinterpretación de los dueños de esos esqueletos convirtiéndose en criaturas mitológicas a falta de un referente real.
Fuente:
seresmitologicos.net
lascosasquenuncaexistieron.com
taringa.net
tejiendoelmundo.wordpress.com
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