En varias ocasiones, al ir caminando por la calle, he pensado eso de "me suena esa cara"... Luego, recordando, he podido asociar la cara a un momento, a un lugar, a una circusntacia...pero el nombre se me ha resistido.
Quizás sea el motivo por el que este artículo me ha llamado la atención.
Sé que hay muchas personas que con relativa frecuencia viven una situación similar, quizás encuentren aquí la respuesta a cómo funcionamos por dentro ante esta escena....
¿Por qué olvidamos el nombre y no la cara?
Cuántas veces habremos escuchado la conocida frase
"puedo olvidar un nombre pero jamás una cara". Una situación muy común
en nuestra vida cotidiana para la que un equipo de investigadores de la
Universidad de Bristol (Inglaterra) ha encontrado la complicada
solución: para que podamos asociar la cara y el nombre del sujeto, ha de darse una interacción entre varias regiones cerebrales. Es decir, como un "trabajo en equipo" de nuestro portador de neuronas.
Las
regiones de nuestro cerebro necesarias para que esto se produzca, son
conocidas también por tener un papel especial en la construcción de
recuerdos y son: la corteza perirrinal (que ayuda a identificar si un objeto lo hemos visto antes o no), la corteza prefrontal media (asociada a funciones cerebrales mayores) y el hipocampo (con un importante papel en la memoria espacial y la orientación).
Este estudio, publicado en la revista de divulgación: Journal of Neuroscience, es el primer estudio que encuentra relación de interactividad entre estas tres regiones.
Para estudiar con más detenimiento la relación entre el hipocampo y los
recuerdos, llevaron a cabo distintos experimentos con ratones, en las
que analizaron también cada región involucrada por separado.
Según
declaró la Dra. Clea Warbuton, para BBC: "Los procesos pueden volverse
defectuosos con el paso de la edad, o quizás estamos demasiado ocupados
para esforzarnos en recordar, o puede deberse a que una porción del
circuito cerebral no está funcionando".
¿Donde están las llaves?
Según los investigadores de Bristol, algo tan cotidiano como encontrar las llaves, puede acabar con un rezo a "San Cucufato" a ver si nos ayuda a encontrar las pertenencias. El
recordar 'dónde dejamos las llaves' y el 'dónde las vimos por última
vez' depende, principalmente, de que no se rompa en ningún caso la
comunicación e interactividad entre estas tres áreas. Para los investigadores, el estudio revela un importante circuito cerebral que hasta ahora era desconocido.
Un poquito de estrategia
Según la directora del estudio, la Dra. Warbuton, es aconsejable "usar estrategias para poder procesar mejor la información". Trucos
a utilizar, que ya muchos ponen en práctica, serían: repetir en alto el
nombre de la persona que nos acaban de presentar, fijarnos en su pelo,
sus facciones, sus ojos... cualquier cosa que ayude a fijar mejor el
recuerdo en nuestro cerebro.
Según el equipo de investigadores de
Bristol, estos resultados obtenidos en el estudio podrían ayudar a
entender mejor cómo funciona nuestra memoria. Dicha investigación ayudaría también, a tratar a personas con problemas similares al Alzheimer.
Fuente:
quo.es
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