El Maestro cogió
una vasija grande y piedras de diverso tamaño y preguntó
¿Cuántas piedras
pensáis que caben en la vasija?
Los alumnos
hicieron sus cálculos y el Maestro comenzó a introducir las
piedras hasta que llenó la vasija y preguntó: ¿Está llena?
Los alumnos asintieron, pero ante su sorpresa el Maestro sacó
otra vasija con piedrecitas de gravilla, introdujo esta gravilla
en la vasija grande y la agitó penetrando esta en los espacios
sin cubrir.
El Maestro con una
sonrisa irónica preguntó ¿Está llena?
Ahora, los alumnos
dudaron. El Maestro dijo, tal vez no y a continuación cogió
otra vasija con arena y la volcó en la vasija grande, la arena
se filtró por los más pequeños recovecos.
¿Está llena?
Preguntó. Los alumnos ante el fundado temor a equivocarse,
dijeron no.
¡Muy bien!
Exclamó el Maestro. Entonces sacó una vasija con agua y la
comenzó a verter en la vasija grande llenándola aún más, pero
la dejó ligeramente sin llenar
¿Cuál es la
enseñanza de esta historia y cuál su interpretación?
La vasija grande es
nuestra persona en la cual introducimos las piedras grandes,
éstas son el Arte Marcial que practicamos asiduamente, pero
debemos de llenarla con otras vasijas, con otros contenidos, es
decir; con otras Artes Marciales para intentar llenarla lo
máximo que podamos para asimilar las más diversas enseñanzas,
pero aún así, aunque le dediquemos nuestra existencia siempre
quedará ligeramente sin llenar, aún a sabiendas de esto,
debemos de intentar que llegue hasta el borde, que rebose.
Nuestra meta es que
nuestra vasija llegue a rebosar.
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