Se caracteriza por su fuerza, nobleza, energía y valor. Es destacable también la clara comprensión de la voluntad de su amo y el placer de someterse a esta, tales son sus principales condiciones. Es considerado un animal de extremada ligereza y esto forma parte de las características remarcables dado su volumen.
Su mayor desarrollo es adquirido a la edad de cuatro años y la esperanza de vida del caballo varía entre los veinticinco y los treinta años, pudiendo extenderse pero no demasiado.
Sus orígenes podemos encontrarlos en América del Norte, donde habitó hace 55 millones de años el eohippus, su antecesor equino.
El eohippus tenía un tamaño que oscilaba entre los 20 y los 40 centímetros de altura, con cuatro dedos en las extremidades anteriores y tres en las posteriores. A simple vista era similar a un perro. También se han encontrado restos fósiles de esta especie en Europa.
La evolución del eohippus le hizo aumentar su altura hasta los 115 centímetros y perder sus dedos hasta hacerse monodáctilo, es decir, con un solo dedo. Poco a poco su único dedo se endurecería hasta desarrollar pezuñas para poder huir de los depredadores.
Pronto surgirían sus mandíbulas, evolucionando hasta llegar a la especie denominada equus, de ahí el nombre de equinos, y del que procede toda la familia de los caballos. En realidad esta teoría no está aceptada por la totalidad de la comunidad científica, aunque sí es la más extendida.
El eohippus tenía un tamaño que oscilaba entre los 20 y los 40 centímetros de altura, con cuatro dedos en las extremidades anteriores y tres en las posteriores. A simple vista era similar a un perro. También se han encontrado restos fósiles de esta especie en Europa.
La evolución del eohippus le hizo aumentar su altura hasta los 115 centímetros y perder sus dedos hasta hacerse monodáctilo, es decir, con un solo dedo. Poco a poco su único dedo se endurecería hasta desarrollar pezuñas para poder huir de los depredadores.
Pronto surgirían sus mandíbulas, evolucionando hasta llegar a la especie denominada equus, de ahí el nombre de equinos, y del que procede toda la familia de los caballos. En realidad esta teoría no está aceptada por la totalidad de la comunidad científica, aunque sí es la más extendida.
El caballo es un animal que en vida
salvaje, se encuentra adaptado al medio que le rodea y en él sobrevive adecuadamente.
Desde el momento en que es domesticado, el caballo ya no depende 100% de sus capacidades
naturales para sobrevivir, pues al estar encerrado en una caballeriza o en una corraleta,
le es imposible buscar por si mismo su alimento, agua, sombra o abrigo, entre otras cosas.
Asi que cuando decidimos tener un caballo a nuestro cuidado, su vida
estará casi por completo en nuestras manos y tendremos la tarea de garantizarle comodidad,
seguridad y felicidad. Para que esta obligación y enorme responsabilidad resulten
sencillas de realizar, es importante estar informado de la manera adecuada de proveer a
nuestros amigos equinos con todo aquello que pueda hacerles falta.
El caballo utiliza todos sus sentidos para llevar a cabo la comprensión
de la información que le es proporcionada, ya sea por la naturaleza o
por el hombre.
Los sentidos de audición y de olfato son asombrosos. Los olores pueden ser percibidos a través de las membranas sensitivas de los labios o de las narinas. Por otro lado, la visión posee escasa bifocalidad, lo que contribuye a que el animal se asuste con movimientos violentos y sombras.
Poseen cierta sensibilidad a la atmósfera que los rodea. Son capaces de valorar el estado de ánimo de su jinete, convirtiéndose en el espejo de la persona que los monta. También perciben aquellos sentimientos provenientes de su amo, tales como timidez, vacilación o miedo, así como la confianza y el valor que se deposite en él.
Los sentidos de audición y de olfato son asombrosos. Los olores pueden ser percibidos a través de las membranas sensitivas de los labios o de las narinas. Por otro lado, la visión posee escasa bifocalidad, lo que contribuye a que el animal se asuste con movimientos violentos y sombras.
Poseen cierta sensibilidad a la atmósfera que los rodea. Son capaces de valorar el estado de ánimo de su jinete, convirtiéndose en el espejo de la persona que los monta. También perciben aquellos sentimientos provenientes de su amo, tales como timidez, vacilación o miedo, así como la confianza y el valor que se deposite en él.
¿Sabías que...?
"El viento de un caballo" es una enfermedad que hace que el
caballo emita unos ruidos extraños en su respiración, sobre cuando cuando está
realizando grandes esfuerzos.
La "rasqueta" es un
utensilio de limpieza imprescindible para la higiene del caballo. Tiene unas
pequeñas puntas de metal o plástico que permiten quitar el polvo del cepillo o
de la bruza.
Las mejores cuerdas son las de
materiales naturales y trocitos de cuero para facilitar la sujeción y las
peores son las de materiales sintéticos porque nos pueden quemar las manos con
un tirón del caballo.
A pesar del uso del peto de
protección en los caballos de los picadores siguen ocurriendo accidentes, en
San Isidro´99 un caballo perdió la vida y otros cinco resultaron heridos.
Argentina es uno de los pocos
Países del mundo occidental donde se cría el caballo árabe con planteles
importados exclusivamente del desierto de Arabia. Esto se debe a Hernán Ayerza
y su mujer María Moreyra, que en 1892 importaron y criaron el pura sangre árabe
en Argentina.
Los cartujos se encargaron de crear
una de las castas de caballos más hermosa, que aún perdura: el caballo
Jerezano. Reyes, príncipes, y grandes señores iban a Jerez a buscar caballos
cartujanos sabedores de su categoría. Los descendientes del caballo cartujano
heredaron "el papillo y verruga" que, aunque defecto en principio,
paso a ser la señal buscada por todos.
La técnica de doma en libertad se
basa en el estudio del comportamiento del caballo para llevar a cabo un
condicionamiento de sus actitudes en las diversas situaciones posibles de una
forma lógica y natural.
Durante milenios, el caballo no fue
más que una pieza de caza para servir de alimento al hombre prehistórico. Su
velocidad no permitía abatirle fácilmente con los medios rudimentarios de
entonces. Solo la astucia y las emboscadas posibilitaban hacerse con las
manadas.
El estado de ánimo de un caballo no
siempre es el mismo. Por lo tanto, a la hora de competir hay que conocer sus
virtudes y defectos, para sacar lo mejor y potenciar así sus mejores
cualidades.
El primer caballo famoso en la
historia fue Bucéfalo, el caballo de Alejandro Magno que, según la leyenda, fue
domado por él. A lomos de este caballo Alejandro Magno conquistó países
colindantes con el mar Mediterráneo, el mar Negro y el Golfo Pérsico, llegando
desde Grecia hasta la India. Siempre a caballo.
Para conocer la edad del caballo se
puede recurrir a su dentadura, por medio de la cual un experto podrá saber la
edad del animal. Si no, puede hacerlo uno mismo teniendo en cuenta que los
dientes están formados por cemento, esmalte y dentina. Así se sabe que es joven
cuando el cemento no se ve y no existe inclinación en la dentadura, y que es
anciano cuando el cemento aparece muy gastado y los incisivos tienen tal inclinación
que casi sobresalen de los labios.
Según todos los indicios, el
caballo no tuvo su origen en Europa, sino que fue importado de alguna apartada
región oriental para su utilización doméstica.
Hasta la edad de bronce el hombre
no se percató de que el caballo podría convertirse en un elemento utilitario y
no solo en la base de su alimento. El caballo empezó entonces a emplearse como
elemento de trabajo.
El caballo es capaz de distinguir
lo salado, dulce, amargo y ácido. Lo salado y lo dulce le agrada mucho mientras
que la amargo y ácido se niega a comerlo.
En el año 1572 fue creada la
clásica "Alta Escuela Española de Viena" que sustituyó a un famoso
picadero cubierto austriaco. Fue en esta época el momento en que más se
escribió sobre la hípica y la equitación. Éstas constituyeron, junto con el
deporte o arte de la esgrima, y más tarde la gimnasia, los conceptos básicos de
lo que había de ser el deporte del mundo moderno.
Los caballos poseen un gran campo
visual lateral, pero no pueden ver lo que tiene enfrente suyo. Su vista es
buena a corta y larga distancia pero no a mediana y, en cuanto a su visión en
colores, debemos decir que es muy reducida ya que solo puede distinguir el
color verde, el amarillo y el gris.
La primera escuela de equitación de
la que se tiene noticia fue fundada por el conde de Fiaschi en el año 1539 en
la ciudad Italiana de Ferrara, esta fue la base de la creación de otras
escuelas, en especial las francesas de La Broue y La Baume.
Los caballos poseen la capacidad de
reconocer sonidos a grandes distancias, y pueden identificar voces que le sean
familiares, también es capaz de reconocer la procedencia de los sonidos.
Para montar a la brida, se requiere
un arnés cabeceo que se sujete al caballo mediante la brida propiamente dicha,
el freno o bocado y las riendas. La silla carece de resaltes o salientes
excesivos y los estribos han sufrido cambios en los materiales utilizados.
El caballo utiliza el olfato para
la búsqueda de alimentos, y para reconocer a la madre en el caso del potrillo y
a la yegua en el caso del padrillo.
La disposición de la guarnición
para el enganche de un único caballo a un carruaje se llama
"limonera"; si se pretende enganchar dos caballos puede hacerse
formando un "tronco", si los dos equinos se sitúan en paralelo, o un
"tándem", cuando uno va delante del otro. Se complica más la cosa con
tres caballos: si se sitúan uno detrás de otro formarán un "trídem";
si dos de los caballos forman "tronco" y el tercero va delante,
estamos ante un "tresillo"; y si los tres van en paralelo, se habla
de una "potencia", o "tres en fondo". Con más de tres
caballos aparecen muchas variantes, pero las más usuales son en
"cuarta" (cuatro caballos en dos "troncos"), "media
potencia" (cinco caballos, dos en varas y tres delante), "gran
potencia" (tres en varas y tres delante) y "a la larga", que
equivale a varios pares enganchados en prolongación.
El caballo colombiano con su fuerte
y reciente sangre andaluza es uno de los caballos más bellos del mundo. Su
genotipo, su velocidad, su fortaleza, y su tamaño son notables.
Fue en la época bizantina cuando
aparecieron elementos tales como la silla, la brida y las riendas. Sin olvidar
que con la silla se crearon los estribos que fueron de gran utilidad para unos
jinetes que tenían que buscar el máximo equilibrio en su caballo, a
consecuencia del peso que representaban sus armaduras y escudos.
El caballo se guía toda su vida por
el instinto. Condiciona su comportamiento lo que quiere decir que ante
estímulos iguales, el animal tiene reacciones iguales.
Entre batalla y batalla, o en
épocas de paz se generalizó el empleo del corcel en torneos y juegos a
caballos, como una preparación para el tiempo de guerra. Con el tiempo, estos
entrenamientos para la guerra habrían de convertirse en el deporte hípico.
El caballo se pone en tres patas y
esto le permite descansar, incluso dormirse de pie. Este instinto le quedo de
los tiempos lejanos, cuando en las noches corría el peligro de ser atrapado por
otro animal y debía dormir así para poder salir corriendo rápidamente.
Actualmente se puede ver que hay caballos que duermen parados en su box.
El caballo, cuando está sólo,
aislado de su manada, acepta y asimila más fácilmente las enseñanzas que le
inculca el hombre, si éste sabe transmitirle su superioridad en forma no
agresiva hasta convertirse en el sustituto del líder de la manada. Esta es la
base de las nuevas corrientes de doma natural.
El caballo argentino desciende de
los baguales de la pampa, vástagos a su vez de la caballada que Mendoza
abandonó cuando se frustró el primer establecimiento de Buenos Aires.
Las Cruzadas, que duraron tres
siglos, con suerte diversa movilizaron a la caballería de todos los países
Europeos lo que obligó a la repoblación equina y para ello se procuró por todos
los medios traer sementales de Oriente, lo que sirvió para mejorar las
especies, particularmente en Francia, en Italia y en Alemania.
El caballo es curioso por instinto,
esto se puede ver al observar como el animal se acerca rápidamente a la puerta
del box cuando alguien pasa o lo llaman.
En la doma del caballo torero juega
un importantísimo papel la utilización de toros mansos especialmente
adiestrados para esta función.
El caballo argentino, como el berberisco
y la mula, tienen solo cinco vértebras lumbares, mientras que los caballos
persa, árabe y tártaro tienen seis.
La silla con estribos apareció
durante la dominación bizantina, Constantino consiguió poner en marcha un
ejército de caballería de aproximadamente 150.000 hombres perfectamente
montados, y fue entonces cuando el hierro de la herradura sustituyó a la
defensa de cuero o hiposándalo.
Según se dice todos los caballos
árabes descienden de las cinco yeguas de Mahoma: Kuhalyan representa la fuerza,
Saqlaui la belleza y Muniqui la velocidad, mientras que Hamdani y Habdan serían
subfamilias de Kuhayla y Saqlaui.
Está documentada la presencia de
caballos berberiscos entre los antepasados del más prestigioso de los
purasangres actuales, el inglés.
Además del Polo, el deporte hípico
se manifestó en forma de pugnas de carros, de dos o cuatro caballos,
"bigas" o "cuádrigas" respectivamente, con lo que se
iniciaron ya unas competiciones con reglamentos y con espíritu deportivo.
El caballo bereber o berberisco,
criado con esmero durante siglos por los tuaregs, aunque no puede competir en
belleza con sus hermanos, el purasangre árabe y los caballos andaluces, cada
vez está siendo más apreciado por su fortaleza y resistencia unidas a su
docilidad y longevidad.
Mucho antes de que al hombre se le
ocurriera montar sobre un caballo, ya utilizaba equinos para arrastrar grandes
pesos. El enganche es, por tanto, la más antigua de las variadas artes
ecuestres.
La mejor forma de corregir a los
caballos que "muerden" es con una palmada en el cuello y nunca en el
hocico.
La "espalda adentro" es
un ejercicio de doma en el que el caballo se incurva alrededor de la pierna
interior del jinete y las patas del caballo describen tres líneas, el pie
exterior sobre la primera línea, el pie interior y la mano exterior sobre la
segunda y la mano interior sobre la tercera.
La vacuna de la gripe equina
permite prevenir la enfermedad en un 80% de los casos. La vacuna se debe
aplicar cada once meses y tarda quince días en ser efectiva.
En los concursos Internacionales se
exige que el caballo esté vacunado quince días antes de la celebración de la
competición. Pues el caballo puede presentar fiebre los primeros días
posteriores a la vacunación.
Fue el autor ateniense Jenofonte,
quien escribió la primera manifestación sobre el "arte ecuestre".
Nacido en el año 440. a. C en el seno de una familia aristocrática y alumno
predilecto de Sócrates no solo escribió acerca del caballo, sino que extendió
su estudio al jinete, a la caballería, y al mando de la misma en su acción
colectiva.
El caballo argentino, tan sufrido
como el númida, de famoso recuerdo, es capaz de andar 30 leguas, o sea 150
kilómetros, de sol a sol. Sólo el mustang, el caballo común criollo de Tejas,
también de cría española, es de tanto vigor y resistencia; que si bien pequeño,
anda con su jinete hasta 50 millas todos los días, durante una semana, sin más
alimento que el pasto que puede mordisquear por la noche, atado con un lazo de
algunas varas. Exactamente como el caballo argentino.
Las carreras de Sanlucar, nacieron
de las competiciones que se hacían entre los comerciantes de pescados. Los
barcos que llegaban, se descargaban en carros, que tirados por caballos
llevaban el pescado hacia fuera del mar.
El polo es uno de los juegos mas
antiguos de todos cuantos actualmente se practican con taco y al aire libre. Es
imposible establecer a ciencia cierta, cuando se jugó por primera vez, pero se
sabe que se practicaba en Egipto allá por el año 330 antes de la era cristiana.
Caballos históricos
Muchos son los caballos que han hecho historia, marchando y
conquistando, y en muchos casos sus nombres han quedado grabados en la
posterioridad.
Desde la mitología griega, hasta la época romana y pasando por tiempos más contemporáneos e, incluso, en la literatura. Por ello, la historia de la humanidad es también la historia del caballo.
Pero dentro de esta enorme cantidad de caballos que contribuyeron paso a paso a forjar la historia moderna, hay algunos que ganaron fama al pasar de los años y que tienen un espacio privilegiado dentro de la memoria histórica .
El hombre que susurraba al oído de los caballos
Un libro apasionante que describe con tanta delicadeza y
intensidad, la historia del triángulo formado por madre-hija-caballo,
transformándose en un círculo cuyo centro es el susurrador, ese hombre que con
sus palabras a media voz, su charla al oído del animal, le va devolviendo la
confianza en el ser humano y le cura las heridas que lleva en el alma,(al
caballo y la niña), y la madre que se deja llevar también por las mágicas
susurraciones del hombre, por esas miradas, por esos silencios que en ella
también despiertan sentimientos nuevos y sensaciones nuevas, sazonadas con
mucha más fuerza por esos impresionante paisaje que sirve de fondo a la cura de
alma y cuerpo de los dos protagonistas del drama.
Los caballos en la pintura
La
obra “Caballo
blando” del pintor
español Diego Velázquez es una pintura
realizada con óleo sobre lienzo, que se llevó a cabo entre 1635 y 1638 y fue
hecha para tener como “repuesto” de una obra más importante, aunque
posteriormente terminó siendo una excelente pintura que refleja las
características del arte
Barroco.
En
esta obra de arte podemos apreciar un caballo
blanco que se encuentra en una postura idéntica al que monta el Conde-Duque
de Olivares, en el retrato ecuestre que realizó el mismo pintor en el año
1638.
Por
este motivo es que la obra que presentamos en este artículo se trata de una
pieza que el artista español tenía preparada, por si acaso surgían problemas
con el lienzo
original, para de ese modo evitar contratiempos con la figura más importante de
la corte madrileña de aquellos tiempos.
De este modo quedan en evidencia los deseos de Velázquez por
agradar a sus clientes, en especial cuando se trataba del personaje más
influyente de España. Cuando el pintor falleció, sobre el caballo se situó una
figura de Santiago Matamoros, aunque por suerte hace poco tiempo fue removida
para que se pueda apreciar la perfección de este animal, siendo esta una de las
obras más curiosas del artista.
Con
respecto al tamaño de los caballos de Velázquez, vale aclarar que se trataba de
una raza que fue creada especialmente para la caballería española, ya que la
misma combinaba la fortaleza de los caballos flamencos con la rapidez de los animales
andaluces.
De
este modo los caballos podían ser empleados como máquinas de guerra, el cual
era el principal objetivo de los mismos. La luz que recae sobre el
pelaje blanco del caballo y la postura escorzada le dan una mayor categoría a
este trabajo. Cabe aclarar que esta técnica era muy característica del Barroco.
La figura del rey está representada de perfil en este caso. El monarca viste una media armadura de acero
pavonado (tratamiento que se da al acero para protegerlo y
embellecerle), con adornos y puntas de oro, greguescos noguerados, botas
de ante, banda de color carmín con las puntas flotando al viento; en su
mano derecha porta la bengala de general y con la izquierda sujeta las
riendas del corcel. La actitud del jinete es natural y apuesta, con gran
prestancia, sentado en una silla de montar con rica guarnición, al
estilo de la monta española, en una postura de nobleza.
El caballo es un trotón castaño, cuadralbo, con largas crines y cola.
Los caballos que pinta Velázquez en estos cuadros de retratos son una
mezcla del caballo frisón, fogoso y con brío y el caballo resistente y
con pesadez de formas. Como en el retrato del príncipe Baltasar Carlos,
le presenta aquí en corveta.
La figura del rey está colocada en una altura, para poder así pintar
la perspectiva del paisaje, tan común en estas obras de Velázquez. A la
izquierda ha pintado el tronco de un roble, árbol que era muy común en
aquellos entornos, y en la lejanía y en profundidad, un panorama que
Velázquez conoce bien: el bosque de El Pardo de Madrid y más allá, la
sierra de Guadarrama. No falta tampoco en esta pintura el cielo
velazqueño que ocupa casi la mitad del lienzo, con el azul
característico y los grises.
Este retrato que Velázquez hizo al rey Felipe IV es el que sirvió como modelo para el escultor toscano Pietro Tacca cuando realizó la estatua ecuestre del rey entre los años 1634 y 1640. La estatua estuvo casi siempre en el Palacio del Buen Retiro de Madrid, pero en 1843, al configurar la nueva Plaza de Oriente, se trasladó allí para situarla en lo alto de un nuevo monumento en su centro.
El Monumento a Felipe IV o Fuente de Felipe IV ocupa el centro de la Plaza de Oriente, uno de los recintos de mayor interés histórico-artístico de Madrid (España). Fue levantado a instancias de la reina Isabel II en la primera mitad del siglo XIX, si bien su pieza más relevante, la estatua ecuestre del rey Felipe IV, data del siglo XVII.
Ésta se debe al escultor Pietro Tacca, quien la realizó en Italia utilizando un diseño de Velázquez y con el asesoramiento científico de Galileo Galilei para asegurar su estabilidad. Contó también con la colaboración del escultor Juan Martínez Montañés, autor del busto del monarca que, al igual que el diseño de Velázquez, se envió de Madrid a Florencia.
Se trata de una obra maestra de la estatuaria ecuestre, no sólo por
su calidad artística, sino también por sus características técnicas. Es
la primera escultura a caballo del mundo en la que éste se sostiene
únicamente sobre sus dos patas traseras, y discretamente también sobre
su cola. La obra consigue su difícil equilibrio gracias a un calculado
estudio de los puntos de apoyo y la distribución de los pesos.
El conjunto se completa con un pedestal, adornado con diferentes
grupos escultóricos, y dos fuentes, elementos de menor interés
artístico. Fueron realizados en el siglo XIX, dentro del contexto de las obras de construcción de la Plaza de Oriente.
El monumento ecuestre más grande del mundo se encuentra en Minas en el departamento de Lavalleja en Uruguay.
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